Xunta, PSdeG y BNG ofrecen un "aval" político a la fusión, parada por su gobernanza

Santiago de Compostela.- El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y los líderes del PSdeG, Manuel Vázquez, y del BNG, Guillerme Vázquez, han llegado hoy a un acuerdo para garantizar su "aval" político a la fusión "equilibrada" de las cajas gallegas, cuyo principal escollo es el reparto de poder en la futura entidad.

Núñez Feijóo se reunió por espacio de una hora con Guillerme Vázquez y por algo más de una hora y media con el líder de los socialistas gallegos para intentar llegar a un compromiso "político" para avalar una "fusión equilibrada" entre Caixanova y Caixa Galicia.

Ambas entidades llevan desde finales de marzo, cuando se comprometieron oficialmente sus máximos dirigentes, negociando un proyecto de unión, vía fusión.

Núñez Feijóo destacó que tras la tercera reunión que mantiene con ambos líderes para hablar sobre las cajas, éstos le transmitieron que "sólo contemplan el escenario de fusión como único y posible".

Sobre los obstáculos aún pendientes entre las cajas para lograr una fusión, una vez avalada la solvencia, es decir, el reparto de poder en las futura entidad fusionada, el presidente gallego se mostró convencido de que "lo transitorio no debe frustrar lo permanente" o, dicho de otro modo, "lo temporal no debe frustrar lo definitivo".

"Lo temporal son las personas, lo definitivo es que Galicia tenga una caja solvente, la quinta española", afirmó.

Está previsto que mañana representantes del Banco de España, de la Xunta y los máximos dirigentes de las cajas se reúnan en Santiago para abordar las reticencias que separan a ambas entidades sobre la gobernanza de la futura entidad fusionada.

El secretario general del PSdeG, Manuel Vázquez, se mostró convencido de que hablando "en términos ciclistas" sobre el proceso de fusión, a partir de hoy se trata de la "escapada buena", aunque ha reconocido que hay "obstáculos".

Tras reunirse con el presidente de la Xunta, el líder de los socialistas gallegos indicó que es momento de "trabajar todos juntos", para lo que pidió "echar agua helada, enfriar" la situación y dejar que sean las cajas las que lleguen a un acuerdo sobre la gobernanza, ya que ése es el obstáculo en estos momentos.

Preguntado por la actitud el alcalde de Vigo, Abel Caballero (PSdeG), se limitó a decir que defiende el 'status quo' de su ciudad, aunque le recordó que pertenece a una organización que tiene un discurso sobre la fusión de las cajas gallegas, que es el que transmite su líder, es decir, él mismo.

Vázquez destacó que en estos momentos de la negociación "hay elementos de confrontación lógicos", pero se mostró partidario de superarlos para conseguir una "gran caja equilibrada social y territorialmente".

Además, destacó que ya hay acuerdos y recordó que ha habido una "batalla dura y cruenta, en la que nadie puede pretender que no tiene pasado", dijo antes de aludir al "ataque legislativo" a una ciudad y pedir que el Parlamento retome la Ley de Cajas para volver a redactarla y llegar a un consenso.

Para lograr un acuerdo "no convienen insultos ni amenazas", reiteró varias veces Vázquez, quien abogó por que "nadie convierta en cuestión de honor, que nadie pida la cabeza de nadie" en este asunto, concluyó.

Por su parte, el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, pidió a Núñez Feijóo, que dé un "golpe en la mesa" y que haga una propuesta "concreta" a las cajas sobre el reparto de poder de la futura entidad fusionada, así como de las sedes.

Vázquez indicó, tras reunirse con el presidente de la Xunta, que coincidió con él en demandar una fusión "paritaria y equilibrada" entre Caixanova y Caixa Galicia y le mostró la necesidad de que se apliquen los artículos de la Ley de Cajas autonómica que no están recurridos por el Gobierno.