Dividendos y bonus, en la diana

Yolanda Díaz viste de Zara: por qué salva a Inditex en su cruzada contra el Ibex 35

La vicepresidenta del Gobierno destaca la ejemplaridad del grupo textil gallego en pandemia mientras carga contra los beneficios extraordinarios del resto de las cotizadas y les pide que arrimen el hombro.

Yolanda Díaz
Yolanda Díaz viste de Zara: por qué salva a Inditex en su cruzada contra el Ibex 35
Europa Press

Yolanda Díaz ha fijado dos líneas rojas en la negociación en el seno del Gobierno de coalición para terminar de definir el paquete de medidas que irá al Consejo de Ministros el martes y que tiene como objetivo contrarrestar el impacto socioeconómico de la guerra en Ucrania y la escalada de los precios energéticos. La vicepresidenta y ministra de Trabajo le pide a Pedro Sánchez que despliegue un nuevo escudo social y que lo paguen los que más tienen. En el centro de la diana, las eléctricas. Pero la cruzada de Díaz se extiende contra todas las cotizadas que han obtenido beneficios extraordinarios. ¿Con una excepción? La gallega suele tener buenas palabras para sus paisanos de Inditex y no es solo porque le guste vestir de Zara de vez en cuando.

No es el momento de despedir ni de bajar los salarios, sino de arrimar el hombro. La vicepresidenta sostiene esta premisa con datos: las empresas cotizadas han obtenido unos beneficios históricos de 64.000 millones de euros y las eléctricas han incrementado su beneficio antes de impuestos un 47%, hasta los 10.022 millones. "No sería comprensible que los centenares de miles de trabajadores que tienen estas empresas, con esos beneficios, vieran cómo les proponen congelar los salarios o incluso reducirlos, cuando además estamos conociendo que los consejos de administración se están otorgando bonus que acrecientan las retribuciones individuales de los directivos". Con estas palabras, la vicepresidenta advertía el jueves en una entrevista radiofónica que esta crisis va a empobrecer a toda la sociedad en su conjunto y son los más ricos los que deben correr con los costes, porque los mileuristas "no tienen ya nada más que dar".

El Gobierno está ultimando el plan nacional de respuesta al impacto socioeconómico del conflicto bélico desatado por Rusia en suelo europeo con tres paquetes de medidas: de corte energético, social y laboral. Este último apartado lo pilota Díaz. La vicepresidenta está valorando volver a incorporar medidas pandémicas como el encarecimiento del despido y añadir otras dirigidas a garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores, como la limitación del alcance del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, que permite a las empresas bajar sueldos al poder modificar las condiciones de trabajo de manera unilateral. "Las empresas que tienen beneficios no pueden congelar los salarios", aseguró Díaz tajante, dejando entrever que la medida podría dirigirse solo a las cotizadas o a las grandes empresas con resultados contables positivos.

En este sentido, la vicepresidenta también está presionando en el seno del Gobierno para vetar el reparto de dividendos y la asignación de bonus en empresas que reciban ayudas públicas. El ingente coste fiscal que van a tener los mecanismos de flexibilidad interna, las ayudas directas para proteger a sectores específicos especialmente afectados por la crisis, como los transportistas, y a los hogares y familias, las medidas para garantizar el poder adquisitivo de trabajadores y otros colectivos, como los pensionistas... tiene que sufragarse con los beneficios de las compañías que se han enriquecido en plena pandemia, especialmente las eléctricas. Es la propuesta de Unidas Podemos para responder a esta crisis. "Las empresas que más tienen son las que más tienen que arrimar el hombro", insistía la vicepresidenta a los micrófonos de la Cadena Ser.

La cruzada contra el Ibex tiene, no obstante, excepciones. "En pandemia, hubo muchísimas multinacionales que no se acogieron a los ERTE y fueron ejemplares, como es el caso de Inditex y otras muchas", recordó Díaz. He ahí el motivo por el que la vicepresidenta venera a la compañía que fundó Amancio Ortega y que ha sido atacada en numerosas ocasiones desde Unidas Podemos. No solo porque 'el diablo' vista de Zara, el buque insignia del grupo textil, sino porque Díaz valora positivamente que Inditex siguiera sufragando el salario de sus trabajadores con sus propios recursos pese a que todas sus tiendas estuvieron cerradas por el estado de alarma y aplaude una decisión que evitó el agujero que hubiera supuesto para las arcas públicas tener que costear la prestación por desempleo de los más de 50.000 trabajadores con los que la empresa cuenta en España.

La multinacional textil registró un beneficio neto de 3.243 millones de euros en su último ejercicio fiscal (del 1 de febrero de 2021 al 31 de enero de 2022), lo que supone triplicar sus ganancias respecto al año anterior, marcado por el cierre de tiendas por la pandemia. El primer accionista de la compañía, Amancio Ortega, ingresará este año 1.718 millones de euros en concepto de dividendos, por encima de los 1.294 millones que percibió por este concepto el año pasado. En total, Inditex retribuirá este año a sus accionistas con 2.898 millones de euros, tras elevar un 33% el dividendo, hasta 0,93 euros por acción. La compañía va a subir los precios un 2% en esta campaña de primavera por la escalada de la inflación. 

Inditex ha triplicado sus beneficios y Amancio Ortega ingresará este año un dividendo de 1.718 millones de euros

Cierto es que, mientras Inditex salvaba empleo, muchas empresas del Ibex se acogían a los ERTE e incluso sectores enteros envueltos en procesos de reestructuración, como el bancario, se tiraban directamente a los ERE. Solo en 2020, el virus se llevó por delante 117.000 empleos en el Ibex, pues las 35 compañías del selectivo español cerraron el año con una plantilla media en conjunto de 1,4 millones de trabajadores, frente a los 1,52 millones del año anterior. Con todo, la vicepresidenta no solo ha destacado la ejemplaridad de la compañía textil gallega durante los últimos meses. Los bancos, por ejemplo, se han ganado su aplauso por adelantar las prestaciones cuando el SEPE estaba colapsado. Y otras empresas, como Chocolates Valor, también han conseguido su felicitación por subir los sueldos a su plantilla un 20% en plena pandemia por su esfuerzo y entrega en esos duros meses.

La vicepresidenta está abonando el terreno porque los ERTE vuelven a repuntar. Durante el paro de transportistas las autoridades laborales han registrado una veintena de expedientes –se desconoce a cuántos trabajadores afectan-. La cifra es todavía reducida, pero supone un punto de inflexión, al volver a inclinar la curva hacia arriba cuando los ERTE ya eran prácticamente residuales. El esquema pandémico está vigente hasta el 31 de marzo y a partir de entonces las empresas tendrán que adaptarse al nuevo marco de flexibilidad interna que incorpora la reforma laboral. El procedimiento para solicitar el mecanismo RED ya está listo, pero hay que recordar que tiene que activarlo el Consejo de Ministros. Este mismo martes está previsto que el Gobierno dé el visto bueno al RED para las agencias de viajes, aunque fuentes gubernamentales no descartan que más adelante puedan activarse más mecanismos para otros sectores afectados por la crisis.

El RED es solo una de las medidas del paquete laboral cuyo diseño corresponde a Yolanda Díaz, pero que se está debatiendo en el seno de la coalición porque existen diferencias entre el PSOE y Unidas Podemos, especialmente en la parte que afecta a la limitación de los beneficios, dividendos y bonus del Ibex 35. La vicepresidenta lleva semanas estudiando distintas opciones, incluso convocó a medio centenar de economistas para recopilar sus propuestas. Entre ellas, el veto a los despidos y a las bajadas de sueldos, la aprobación de ayudas directas para parados, pensionistas y trabajadores con sueldos bajos vía cotizaciones sociales o la imposición de la prioridad de los mecanismos de flexibilidad interna frente a los despidos. Todas están sobre la mesa en estos momentos.

En paralelo, la vicepresidenta está presionando a los agentes sociales para que alcancen un consenso en el marco del AENC (el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva) que sirva de base para firmar un gran pacto de rentas con el Gobierno. En la mesa bipartita, la patronal y los sindicatos están debatiendo sus propuestas de subida salarial, pero no lo están haciendo de forma oficial, ya que no han vuelto a convocarse reuniones desde que la CEOE accediese a subir los sueldos hasta un 9% de aquí a 2024 e incorporar cláusulas de revisión salarial al final del periodo. Sí se están produciendo contactos informales a todos los niveles. La intención del Gobierno es incorporar el pacto de rentas al plan nacional de respuesta al impacto de la guerra, pero los tiempos son ajustados. Fuentes gubernamentales aseguran que todavía es posible lograr esa foto.

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