Zambia elige como presidente al candidato 'anti-chino'

  • China es el mayor socio comercial de Zambia con una inversión de 2.000 millones de dólares. Las minas del país africano son el gancho, pero el Nuevo presidente quiere frenar la influencia china en el continente. Michael Sata se ha mostrado conciliador, pero Pekín tiembla por su abastecimiento de cobre, cobalto y níquel.
Zambia elige como presidente al candidato 'anti-chino'.
Zambia elige como presidente al candidato 'anti-chino'.
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Erin Conway-Smith, Johanesburgo (Sudáfrica) | GlobalPost

Michael Sata es un ex barrendero de una estación de tren, apodado "Rey Cobra", por su afilada lengua. Hizo campaña para la presidencia de Zambia en 2006 en una plataforma anti-China.

Se ganó titulares arremetiendo contra los chinos, el principal inversor extranjero del país, con 2.000 millones de dólares, principalmente en el cobre, el cobalto, el níquel y las minas de carbón.

Sata se refirió a los inversores chinos como "parásitos". Exigió que los trabajadores migrantes chinos fueran expulsados de Zambia. Y describió a Taiwán como un país, poniendo en peligro la política obsesiva de Pekín de "una China única", que considera a Taiwán como una provincia solitaria más que como un país independiente. China amenazó con cortar los vínculos con Zambia si Sata ganaba.

Tardó cinco años, pero finalmente Sata, en su cuarto intento, fue elegido esta semana como presidente de Zambia, provocando la alarma en Pekín y asestando un duro golpe a la influencia china en África.

Mientras que Sata rebajó el tono de sus críticas a Pekín durante esta campaña, su reputación anti-China ya era bien conocida en Zambia, donde derrotó al titular a favor de China, Rupiah Banda.

China respondió a la derrota de Banda con el mismo pragmatismo que utilizó tras la pérdida de sus regímenes amigos de Sudán del Sur y de Libia: trato de entablar amistad con el nuevo jefe.

"Como un país amigo de Zambia, China respecta la elección de la gente de Zambia y le gustaría trabajar con Zambia para promover la relación de amistad y ampliar la cooperación en beneficio mutuo en todos los ámbitos", dijo en Pekín el portavoz del ministro de asuntos exteriores chino, Hong Lei.

Pero en privado, el Gobierno chino debe estar preocupado. Sata ha dicho que podría implementar controles en la capital destinados a mantener los ingresos de las divisas en Zambia, el mayor productor africano de cobre y un país que ha experimentado un fuerte crecimiento económico del promedio del 6 por ciento en los últimos tres años. Los controles de divisas impedirían a las compañías chinas enviar sus ganancias de vuelta a casa, a China.

Muchos de los partidarios de Sata no están satisfechos con la presencia de China en Zambia. Los empresarios chinos tienen fama de malas condiciones de trabajo, y los comerciantes chinos han arrebatado el control de algunos mercados locales, más notoriamente en el mercado del pollo, expulsando a los comerciantes de Zambia.

Los zambios también estaban enfadados por el hecho de que el Gobierno de Banda fracasase a la hora de procesar a dos directores chinos acusados de intento de asesinato por disparar a los mineros del carbón durante un conflicto laboral el año pasado.

Después de su victoria, Sata trató de tranquilizar a los chinos.

"La inversión extranjera es importante para Zambia y vamos a seguir trabajando con los inversores extranjeros que son bienvenidos en el país... pero es necesario que cumplan con la legislación laboral", dijo Sata después de jurar su cargo como presidente el viernes.

A pesar de la garantía de Sata, los mercados de Zambia se vieron sacudidos por su victoria. La moneda de Zambia, la kwacha, se debilitó el viernes, lo que indica el nerviosismo de que Zambia sea catalogada como una zona de inversión de riesgo, bajo el mandato del presidente populista que tiene unas opiniones subidas de tono respecto a la inversión extranjera.

Al ganar Sata se pone fin a los 20 años en el poder del partido de Banda, el Movimiento para la Democracia Multipartidaria, y esta elección es un raro ejemplo en África de una transición pacífica del poder político a un partido de la oposición – el último ejemplo fueron las elecciones, ampliamente elogiadas, de Ghana en 2009.

Banda, enjugándose las lágrimas, reconoció su derrota después de haber recibido sólo el 36 por ciento de los votos frente al 43 por ciento de Sata, y felicitó a su rival.

"El pueblo de Zambia ha hablado y hay que escuchar a todos", dijo Banda. "Hablando en mi nombre y en el de mi partido, vamos a aceptar los resultados. Somos un partido democrático y no conocemos otra forma. No es nuestro caso negar al pueblo de Zambia".

La elección de esta semana se vio empañada por la violencia, sobre todo por los partidarios de Sata en las ciudades mineras del país en Copperbelt enojados por las demoras al contar los votos y por la prohibición gubernamental de publicar resultados no oficiales.

Hubo informaciones de que Banda estaba gastando sospechosamente los fondos de campaña, y preguntas acerca de si los chinos estaban echando una mano: se distribuyeron a los votantes piruletas "made in China" en envolturas adornadas con un lema a favor de Banda.

Pero, en general, las elecciones fueron elogiadas por ser libres y justas. La Coalición Cívica para las Elecciones, un organismo independiente que envió a unos 9.000 observadores para supervisar la votación del 21 de septiembre, dijo que las encuestas "generalmente cumplen con los estándares internacionales y regionales para unas elecciones democráticas".

"Los zambios han sido capaces de ejercer sus derechos democráticos y por lo tanto todos somos ganadores, independientemente de la forma en que votaron", dijo la CSEC. "Una vez más, Zambia ha sido capaz de demostrar un buen ejemplo para África de cómo es una transición pacífica del poder tras unas elecciones democráticas".

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