¿Zara y Seat tiemblan ante un Brexit sin acuerdo? Londres les aplicaría aranceles

  • El Reino Unido adelanta que podría aplicar un coste a la entrada de exportaciones a sectores como el de la ropa o el de los coches. 
Exterior de una tienda de Zara en Londres
Exterior de una tienda de Zara en Londres
EP

Las posibles consecuencias directas sobre la empresa española del escenario más caótico posible por un adiós brusco del Reino Unido de la Unión Europea siguen saliendo a la luz. Ahora, en estos días de votaciones encadenadas en Londres, el Gobierno de Theresa May ha adelantado que pretende suprimir los aranceles sobre la gran mayoría de importaciones del país en caso de una retirada sin acuerdo de la Unión Europea, ya que alrededor del 87% del importe total de las compras al exterior se beneficiaría de este régimen. El reverso menos amable es que, por contra, un 13% de estas sería objeto de tarifas y cuotas, incluyendo productos cárnicos, textiles o automóviles fabricados en países de la UE que hasta ahora disfrutaban de las ventajas de pertenecer al mercado único.

Lo que ha provocado la inquietud de no pocas empresas españolas como Inditex, Seat o diversas enseñas dedicadas a la venta de productos de alimentación. La firma de Pablo Isla, de hecho, ya ha preparado su plan de contingencia para hacer frente a las repercusiones de un Brexit sin ningún tipo de acuerdo.

Asimismo, el plan de Londres pretende eludir la amenaza de una 'frontera dura' con Irlanda al garantizar que no se impondrán controles adicionales sobre los bienes que atraviesen la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte. El nuevo sistema, que se implementaría durante 12 meses, mientras el Gobierno británico elabora una nueva estrategia, reduciría al 82% desde el actual 100% los productos procedentes de la Unión Europea que no pagan aranceles, pero elevaría a más del 90% las importaciones libres de tasas procedentes de otros mercados, cuando en la actualidad solo se benefician de esta condición un 56%.

Según el Gobierno británico, que ha calificado la medida como "modesta liberalización", este régimen arancelario temporal se ha diseñado para "minimizar los costes para empresas y consumidores, así como para proteger a sectores vulnerables".

De este modo, el Ministerio de Comercio del Reino Unido ha señalado que aproximadamente el 13% del valor de sus importaciones seguirá sujeto a aranceles, incluyendo la imposición de gravámenes o cuotas sobre carnes de vacuno, cordero, porcino y algunos productos lácteos con el fin de apoyar a granjeros y productores que históricamente se habían beneficiado de los aranceles aplicados por la UE a estos productos.

Entre los alimentos afectados, según la documentación publicada por el Ministerio británico, estarían el jamón sin deshuesar, sometido al pago de una tasa arancelaria de 10,2 euros por cada 100 kilogramos importados, el atún en conserva, con un arancel del 24%, mientras que también se verán gravados el arroz, algunos tipos de queso, legumbres y mantequillas, recoge Ep.

Asimismo, Reino Unido aplicará aranceles a las importaciones de automóviles fabricados fuera del país con el objetivo de apoyar a la industria automotriz británica, incluyendo una tasa del 10% a los coches y del 16% a tractores y algunos vehículos de transporte de pasajeros, aunque no se aplicarían aranceles adicionales a los fabricantes de automóviles dependientes de cadenas de suministro en la UE.

Por otro lado, el Gobierno británico contempla introducir aranceles en sectores como la cerámica, los fertilizantes y los combustibles para proteger a los fabricantes británicos frente a prácticas desleales como el 'dumping' y los subsidios públicos. Además, las importaciones de productos textiles estará sometida a aranceles del 12% en los casos de chaquetas, pantalones, camisas y ropa interior, así como en el de ropa de cama y toallas.

"Nuestra prioridad es garantizar un acuerdo con la UE que permita evitar perturbaciones de nuestras relaciones comerciales globales", indicó el ministro británico de Comercio, George Hollingbery. "No obstante, debemos estar preparados ante cualquier eventualidad", añadió.

En este sentido, el responsable de Comercio del Gobierno británico defendió que el plan contribuirá a evitar subidas abruptas de los precios, que afectarían especialmente a los hogares con menos recursos, mientras protege al empleo en Reino Unido. 

En caso de una retirada de la UE sin acuerdo, el Reino Unido se vería expuesto a un potencial impacto de 9.000 millones de libras (casi 10.500 millones de euros) por la subida de precios de las importaciones de alimentos, según cálculos de la firma de análisis Retail Economics.

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