Rioja, queso manchego... 18 barreras a la exportación que no existirán con el CETA

  • Exportadores de productos con denominación de origen, contratistas de la Administración y farmacéuticas, principales beneficiarias del acuerdo comercial de Canadá con la UE.

    Las Cámaras de Comercio admiten que el acuerdo ha despertado el interés de los exportadores españoles por el mercado canadiense.

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European Council President Donald Tusk, Canadian Prime Minister Justin Trudeau and European Commission President Jean-Claude Juncker
European Council President Donald Tusk, Canadian Prime Minister Justin Trudeau and European Commission President Jean-Claude Juncker

Las grandes cifras se han difundido hasta la saciedad en los últimos días. El acuerdo de intercambio comercial entre la UE y Canadá, el CETA, hará que las empresas europeas se ahorren 500 millones de euros en aranceles que en la actualidad se ven obligadas a pagar para 'colocar' sus productos en el mercado canadiense, abrirá de par en par las puertas (hasta ahora semicerradas) a un volumen de negocio potencial de 30.000 millones de euros anuales en contratos públicos y movilizará nuevos intercambios comerciales por valor de 12.000 millones de euros que se espera generen 168.000 puestos de trabajo en toda Europa.

Éste, al menos, es el argumentario oficial con el que la Comisión Europea ha intentado vender este acuerdo comercial, que pese a su amplio apoyo político - fue respaldado por todos los gobiernos de la UE y gozó de una amplia mayoría en el Parlamento Europeo - ha desencadenado alguna voz crítica.

Más allá de esas grandes cifras, el CETA augura ventajas reales para las empresas españolas que ya están en Canadá y abre un nuevo mercado a productores que en las condiciones actuales tenían virtualmente vetada en la práctica la entrada al país.

El Gobierno de España tiene identificadas 18 barreras comerciales a la exportación española en Canadá, que afectan en algunos casos a productos con un potencial de exportación muy importante y que forman parte de la espina dorsal de la Marca España en el mundo. "A día de hoy cualquier productor avispado puede comercializar queso manchego, jamón o vino de Rioja o Ribera en Canadá sin atender a los parámetros marcados por nuestras Indicaciones Geográficas, ya que las autoridades del país no las reconocen como tales y les daban el mismo trato que a una marca", explica Alfredo Bonet, director Internacional de la Cámara de España. (Puedes consultar las barreras comerciales a las empresas españolas aquí).

Una de las cosas que hará el CETA es reconocer y proteger un total de 23 productos españoles con Denominación de Origen (143 en toda Europea), entre los que se encuentran el queso manchego, el jamón de Huelva, el turrón de Alicante o la longaniza de Vic. Productos de alta gama con un mercado global y un gran potencial exportador.

Las trabas a los productos españoles en Canadá son numerosas: quesos, vinos y otras bebidas alcohólicas, jamones, productos cárnicos, lácteos, vehículos de transporte, calzado, moda, productos agroalimentarios, zumos, frutas, verduras...Pymes y grandes contratistas

"El CETA es un acuerdo muy ambicioso y acabará con muchas de las barreras que las empresas han venido denunciando", explica Bonet. "Por una parte eliminará los aranceles de entre el 10% y el 15% que gravan a determinados productos españoles, principalmente alimentarios y de moda; por otra, acabará con los obstáculos regulatorios, y además hará otra cosa muy importante, y es que abrirá un marco de cooperación regulatoria que permitirá que la UE pueda modular de algún modo las regulaciones a nuevos productos que se hagan en Canadá".

Las principales beneficiarias de la implantación de este nuevo marco de relación comercial serán las pymes. De las 5.449 empresas españolas que exportan a Canadá el 91% son empresas de pequeño y mediano tamaño con el siguiente perfil sectorial: farmacéuticas (22%), combustibles y minerales (11,6%), maquinaria pesada (10,9%) o bebidas (6%), según los datos del ICEX.

Pero el acuerdo también beneficiará a las grandes adjudicatarias de contratos públicos, un campo en el que España ostenta una posición de liderazgo mundial en campos con el de la construcción de infraestructuras. Hasta la firma del CETA, las empresas foráneas podían competir en pie de igualdad con las locales en los contratos del Estado, pero éstos apenas suponen un 25% del total. La mayoría del mercado se concentran en unidades administrativas territoriales y locales, que tras el CETA tendrán que levantar las barreras proteccionistas con que orientaban las concesiones a las empresas locales.

Según los últimos datos disponibles (año 2015), España exportó bienes y servicios por valor de 1.400 millones de euros a Canadá. El tiempo dirá si el CETA servirá realmente o no para incrementar esta cifra. "No será un resultado que se perciba de inmediato. El CETA contempla una entrada en vigor progresiva de las estipulaciones del acuerdo y las decisiones de las empresas de instalarse en un país no son tan inmediatas. Pero sí es cierto que en los últimos meses hemos percibido un incremento del interés y de las misiones de empresas españolas a Canadá", concluye Alfredo Bonet.

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