Liberbank busca adelgazar en un 70% el ladrillo para reconquistar al inversor

  • El lastre en ladrillo e impagos pasará de 5.700 a 1.700 millones en 2020 con la venta de activos. Se trata de una reducción de 4.000 millones sobre la actual cartera.

    El banco prevé aprovechar el exceso de solvencia para mejorar la rentabilidad y baraja una “remuneración extraordinaria” al accionista.

La CNMV prohíbe las ventas en corto y operaciones similares de Liberbank
La CNMV prohíbe las ventas en corto y operaciones similares de Liberbank
E. C.

Dar carpetazo al ladrillo para volcarse en ganar rentabilidad es la ruta que transitará Liberbank. Según han detallado sus máximos ejecutivos a analistas se propone adelgazar en un 70% o el equivalente a 4.000 millones de euros la cartera de activos improductivos en menos de tres años y medio para desalojar de raíz las dudas sobre su viabilidad y centrarse en el negocio financiero.

Si cumple la ruta habrá bajado desde los 5.700 millones actuales a 1.700 millones la exposición bruta al ladrillo hacia el año 2020. El paso intermedio es la ampliación por valor de 500 millones proyectada y que, junto a los 85 millones en plusvalías de la venta de Mihábitans, le permitirán engordar la hucha de provisiones sobre inmuebles desde el 40 al 50% para acelerar la desinversión sin que ese esfuerzo diluya la solvencia a ratios preocupantes.

El anuncio de la mega ampliación hizo caer ayer su cotización más del 27% en algún momento del día por la dilución intríseca que implicará -ampliará capital en una horquilla entre el 50 y 60% conforme al valor actual-, aunque logró limitar el descenso al 12,3% al cierre de sesión, mientras su deuda se disparaba.

La lectura de numerosos analistas ha sido muy favorable tras conocer el plan directamente del consejero delegado del banco, Manuel Menéndez, el director financiero Jesús Ruano y responsable de relaciones con inversores, Juan Pablo López. Bankinter, por ejemplo, cambió ayer la recomendación desde vender a neutral y JB Capital Markets, que también apuesta por invertir, celebró que ponga “fin a las dudas” que le sobrevuelan por el ladrillo con un plan defendido en un informe como “desafiante y alcanzable”.

En el encuentro con analistas los principales ejecutivos lanzaron varios mensajes adicionales de refuerzo del proyecto y confianza de futuro: el excedente de solvencia se destinará a mejorar la rentabilidad y dará “soporte a una extraordinaria remuneración a los accionistas”. No solo acudirá el ‘núcleo duro’ de la entidad a la ampliación -el fondo Oceanwood, Tinajero y Masaveu controlan un 20% del capital- y la Fundación en lo que pueda -posee otro 43,6%-, sino también todos los miembros del consejo y Comité de Dirección -unos 25 directivos-, según desvelaron.

Dicho pago extraordinario no será inmediato porque este año la cuenta sufrirá el esfuerzo adicional en dotaciones y suprimirá un dividendo que busca restablecer con cargo al beneficio de 2018, con la intención de repartir el 20% de lo que gane en cash, y alcanzar un pay out del 40% en 2020.Irá toda la ejecutiva a la ampliación

Para entonces espera haber dado un empujón definitivo a los márgenes: quiere crecer al 3% anual en ingresos por comisiones de la mano de la alianza suscrita con JP Morgan, ampliar el margen que obtiene con clientes desde el 1,6% al 2,1%, empujar la rentabilidad sobre recursos propios al 8% o que sus costes de explotación se coman menos del 55% de los ingresos ordinarios. De ahí la importancia de la ‘limpieza’ anticipada en el ladrillo, que deje de drenar recursos en provisiones de forma ascendente.

La ampliación apuntala de manera inmediata el balance para acelerarlo, pero el banco esconderá dos balas en la recámara que reforzarán el capital de forma adicional y harán hucha para ese potencial ‘dividendo’ extraordinario. Por un lado, antes de la operación debe reducir el capital por una cuestión técnica. La ley impide emitir acciones por un valor inferior al nominal y éste se encuentra cercano a la cotización actual, algo que impediría aplicar descuentos para colocar los nuevos títulos. Solo por este ejercicio llevará o 'aparcará' a una reserva indisponible más de 800 millones de capital. El banco espera además que el BCE alivie la carga de recursos propios cuando apruebe su modelo interno de gestión de riesgos.

Para colocar con celeridad los inmuebles cuenta con Haya Real Estate (sociedad de Cerberus), el especialista al que vendió su plataforma inmobiliaria. De aquí a fin de año buscará vender activos por 800 millones -hasta junio alcanzó los 510 millones-. Con el acelerador pisado ahora proyecta que el volumen de activos dañados en proporción al crédito caiga del 22% de junio pasado hasta el 6,5% en 2020 -cuando presentó sus últimos resultados en julio, su meta era bajarlo al 12,5% en 2019-.

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