Londres cede y acepta firmar el divorcio antes de empezar otra relación con la UE

  • Los derechos de los ciudadanos y la factura del divorcio serán las prioridades en las negociaciones, según han anunciado los negociadores del Brexit.

    Los encuentros tendrán lugar una semana al mes a partir de ahora y hasta el 29 de marzo de 2019, fecha de salida del Reino Unido. 

Londres acepta firmar el divorcio antes de empezar con la relación futura
Londres acepta firmar el divorcio antes de empezar con la relación futura

Los negociadores del divorcio de Reino Unido de la UE, el ministro británico del Brexit, David Davis y el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, han mantenido su primer encuentro oficial para establecer las líneas maestras que guiarán el complicado proceso que concluirá en marzo de 2019. Tras su primera discusión formal, que se prolongó durante ocho horas, la principal conclusión es que Reino Unido ha aceptado las reglas de la Unión Europea al aceptar que primero se hable de los derechos de los ciudadanos y la factura de la salida, para posteriormente definir la futura relación entre el país y los 27. Lo han explicado durante la rueda conjunta posterior en la que han anunciado que ambos se reunirán una semana al mes a partir de ahora y hasta el 29 de marzo de 2019.

La factura del Brexit ha sido uno de los principales temas del divorcio. Los cálculos de la Comisión ascienden a 86.400 millones de euros en concepto de pago de los compromisos financieros que Reino Unido asumió como estado miembro. Además, Bruselas quiere que Reino Unido cubra 11.500 millones de euros por obligaciones contingentes y que además, cumpla con los 1.700 millones comprometidos para fomentar el desarrollo. En total: 99.600 millones de euros, según adelantó Financial Times. Esta suma corresponde al presupuesto a largo plazo de 2014-2020 de la Unión Europea. Si Reino Unido paga esta cantidad se evitaría que el resto de países tengan que elevar sus aportes.

En el caso español, supondría elevar en unos 906 millones de euros su aportación como socio de la UE, según un estudio llamado Coste y beneficio de una salida de Reino Unido de la Unión Europea. El estudio apunta que España sería el cuarto país que más debería elevar su contribución a la Unión Europa. Alemania, con 2.503 millones realizaría el mayor incremento, frente a los 1.781 millones de Francia y los 1.384 de Italia. De cumplirse este pronóstico, nuestro país dejaría de ser receptor neto de los recursos de la UE. Según aparece en el proyecto de Presupuesto Generales del Estado para 2017, el saldo presupuestario con la UE debe ser favorable a España en 825 millones de euros, pero esta situación cambiaría en caso de que Reino Unido no pagase su factura.

Los ciudadanos, primero

Durante la rueda de prensa, los negociadores de Bruselas y Londres han coincidido en subrayar que los derechos de los ciudadanos europeos que viven en Reino Unido, y los ingleses residentes en la UE son una prioridad. En concreto, algo más de 3,6 millones de ciudadanos europeos vivían en el Reino Unido en 2016, un tercio de los cuales en Londres y su región metropolitana, según estimaciones del Observatorio sobre Migraciones de la Universidad de Oxford basadas en los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

Todos los estudios señalan que los inmigrantes van al Reino Unido sobre todo a trabajar, no a reclamar ayudas sociales. De los 3,6 millones de europeos en el Reino Unido, 2,2 millones tenían empleo, según la ONS. Camareros, banqueros, enfermeras... Los inmigrantes europeos trabajan en el sector de la hostelería y la restauración (24%), las finanzas (18%) y servicios públicos (17%), como la sanidad. Estos sectores son los primeros en inquietarse, sobre todo el sanitario. Un informe parlamentario publicado el 28 de abril de 2017 cifró en 60.000 el número de europeos que trabajan en el NHS (Servicio Nacional de Sanidad) en Inglaterra. "El impacto" del Brexit "en su moral es preocupante", advertía el informe.

Tras la primera reunión entre los negociadores, su futuro parece que no será moneda de cambio. "Los europeos a ambos lados del Canal de la Mancha podrían seguir viviendo como antes”, ha dicho Michel Bernier. Por su parte, el británico David Davis ha asegurado que ya de partida existen muchos puntos en común en lo que a los derechos de los ciudadanos se refiere, pese a la rotundidad con la que el Gobierno británico se ha expresado en contra durante meses.

Respecto al futuro acuerdo con Reino Unido, por el momento no hay nada claro. El responsable europeo ha insistido en que es Reino Unido quien ha decidido abandonar la Unión Europea, su mercado único y la Unión Aduanera, por lo que debe asumir las "consecuencias y responsabilidad" del proceso.21 meses por delante 

Entre las novedades que se han desvelado en la reunión figuran los intermediarios se reunirán una vez cada cuatro semanas, siendo las próximas rondas el 17 de julio, el 28 de agosto, el 18 de septiembre y el 9 de octubre. El francés y el inglés serán ambos idiomas de trabajo en las conversaciones y las partes pactarán en la medida de lo posible las declaraciones públicas relacionadas con la negociación.

Tras este primer encuentro da la sensación de que la fragilidad del gobierno británico, con su premier desgastada tras perder mayoría absoluta en las elecciones y por su mala gestión en el incendio de la torre Grenfell ha obligado al gobierno británico a aceptar las condiciones de la Comisión. Es el primer asalto, por delante 21 meses de arduas negociaciones.

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