Mercamadrid por dentro: el gigante que se 'reinventa' rumbo a la cima mundial

  • El mayor mercado de abastos de Europa se recicla para generar 400 nuevos puestos de trabajo directos y captar una inversión de empresas de 36 millones de euros.

    Lainformacion.com recorre sus inmensas naves. Uno de sus desafíos es intentar superar en 2017 el récord de beneficios netos de 8,4 millones de euros que obtuvo el pasado año. 

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El Mercado de Pescados de Mercamadrid, uno de los más importantes del mundo.
El Mercado de Pescados de Mercamadrid, uno de los más importantes del mundo.
Diego Caldentey

Cada madrugada, cuando aún es noche cerrada, este gigante de la distribución de alimentos (el principal de Europa y uno de los más grandes del mundo ) levanta el telón. Mercamadrid, el 'mercado de mercados' que abastece a diario nada menos que a doce millones de habitantes, se prepara para afrontar una auténtica temporada récord, por diversos motivos. 

Su desafío, desde el mes próximo, cuando recupere al máximo el nivel de actividad (tras la merma lógica que acarreó la temporada estival) será inmenso: buscará consolidarse hacia la cima mundial. Por volumen, inversiones y otros indicadores claves, es uno de los centros distribuidores alimentarios de productos perecederos de mayor magnitud del planeta. Sus cifras descomunales y previsiones brindadas a este medio por portavoces de la sociedad que lo administra lo posicionan rumbo a esa cúspide global. Solo el legendario mercado Tsukiji de Tokio aparece delante en cuanto a volumen de distribución de pescado. Pero Mercamadrid va a por todas. 

En la antesala de ese objetivo, mientras 'calienta' motores, lainformacion.com se ha adentrado en este colosal espacio, donde ni siquiera en pleno agosto decrece su frenético ritmo de proveedores, hosteleros, empresarios y comerciantes. En la

actualidad se encuentra en plena fase de 'reinvención'.

Mientras se rehabilitan por estas horas gran parte de sus estructuras, se prepara, entre otros aspectos, para generar en los próximos meses 400 nuevos puestos de trabajo directos, superar eventualmente el récord de beneficios netos de 8,4 millones de euros del pasado año, comercializar los pocos espacios disponibles que quedan (el 95% de su superficie ya está ocupado por empresas) acaparar una inversión de empresas que suponen 36 millones de euros y climatizar su mercado central de pescados, sin dudas el sector insignia del lugar (en variedad de productos es el primero a nivel mundial, y el segundo en cuanto a volumen, detrás del mencionado Tsukiji japonés).

Para quien no se haya acercado nunca hasta su superficie de más de dos centenares de hectáreas, es importante destacar que su acceso, por ejemplo, se asemeja al de un gran aeropuerto. Es la madrugada del viernes. Nos desplazamos por la M-40 y, nada más desviarnos en la salida 19-A que indica la dirección del predio, ya se divisan sus puestos de acceso. Hay una decena de vías y las largas filas de coches, furgonetas y camiones se distinguen de un extremo a otro.

Nada más cruzar esa entrada principal, advertimos que Mercamadrid es una gran ciudad dentro de otra. Básicamente respira y 'late' por la noche. A partir de las 22.00 horas sus muelles comienzan a saturarse de camiones y vehículos pesados, de los que descienden y se comercializan nada menos que 2,5 millones de toneladas de alimentos al año.  Cada día por aquí pasan además 25.000 personas. Desde este punto, por otra parte, sale a diario el producto más fresco y saludable no solo para España, sino para tiendas y mercados de varios países europeos.El Mercado central de Pescados, área estratégica

Nuestro recorrido comienza en el Mercado Central de Pescados, que obviamente huele 'intensamente' a mar y en el que se pueden encontrar piezas exquisitas de Galicia, Santander, cualquier punto del Mediterráneo y hasta de Senegal o Mauritania. Junto al de Frutas y Hortalizas y al de Carnes, el área de Pescados compone la columna vertebral del espacio. Cientos de clientes buscan las mejores ofertas en los más de 42.600 metros cuadrados de este segmento de superficie. Aquí están instaladas 165 empresas de las 800 que posee Mercamadrid. El tránsito de mayoristas, hosteleros y tenderos resulta incesante. Observamos incluso compradores con walkie-talkies. Se trata de grupos asociados que van comunicándose por esta vía para ir informando sobre las mejores ofertas. Una cosa fundamental en este macromercado: aquí el regateo se torna un elemento fundamental y los precios 'se negocian' en base a oferta, demanda y decenas de otros factores.

En la apuesta por revitalizar Mercamadrid, abierto desde 1982 y con una cifra anual de negocio de unos 4.000 millones de euros, en este espacio se desarrolla la renovación del pavimento interior, con materiales antideslizantes y resistentes mecánica y químicamente, que permiten mejorar la movilidad de su maquinaria habitual, de limpieza y seguridad alimentaria. Francisco Marcos Pérez González tiene 50 años. Lleva más de tres décadas en Mercamadrid. Su empresa, Ender, comercializa un centenar de toneladas a la semana de salmón noruego y bacalao skrei, el de máxima calidad. "El desafío de los empresarios que estamos instalados en Mercamadrid, de cara al futuro, será trazar estrategias certeras para competir con las grandes superficies, que inevitablemente plantean otras reglas del juego, porque los hábitos de consumo ya no son los mismos", asegura.

Mientras habla, a sus espaldas pueden observarse un puñado de veterinarios que recorren los puestos, uno a uno, para chequear la máxima calidad de los productos ofertados y que cumplan con los requisitos sanitarios y de seguridad pertinentes. En total, hay 12 profesionales destinados a estos fines, que pertenecen al Ayuntamiento de la capital.

Seguimos avanzando y realmente hay que tener buenos  'reflejos' para evitar ser arrollado por remolques que cargan pescados, haciendo zig-zag a toda velocidad, entre clientes que seleccionan minuciosamente las mercaderías. Las amplias calles de la nave parecen infinitas, y el trasiego de visitantes es constante. Atunes rojos inmensos, mariscos selectos para los paladares más exigentes, peces espada y (casi) todos los frutos de mar que uno quiera o imagine, procedentes de medio centenar de países y distribuidos a los cinco continentes, pueden ser adquiridos aquí.

Roberto González Tejera, de 34 años, muestra de pronto orgulloso uno de sus productos estrella: los galanes. Él es uno de los 25 empleados de la empresa Mare Nostrum, que en Mercamadrid dispone de tres sucursales y se especializa en mariscos. "En una época no tan lejana valían 300 euros el kilo. Los popularizó el Rey Juan Carlos, y a partir de allí aumentó la producción e importación. Hoy el kilo no supera los 15 euros", explica. En su empresa, la línea a seguir también acompaña los 'vientos de cambio' de Mercamadrid. "El secreto pasa por ofrecer productos de alta gama, que marquen la diferencia. En nuestro caso, nos asesoramos con chefs con estrellas Michelin para saber por dónde pasan las nuevas tendencias. La fórmula sería un modelo más gourmet y menos industrial", asevera.

Adecuarse al nuevo escenario parece ser una de las estrategias, que incluso es acompañada por la dirección del mercado. No en vano, la sociedad que administra Mercamadrid (el 51% pertenece al Consistorio madrileño) prevé invertir siete millones de euros para mejoras de instalaciones, además de promover el comercio de proximidad y ratificar un novedoso programa de visitas, tanto para ciudadanos de a pie como para escolares, que ya se ha puesto en práctica con inusitado éxito.

"En 2016 Mercamadrid obtuvo su mejor resultado de los últimos cinco años, con un beneficio neto de 8,4 millones de euros, un 35% más que el año anterior. Ha sido una situación extraordinaria, pero al cierre de este ejercicio los números serán muy buenos y ojalá podamos superar ese número", asegura un portavoz de Mercamadrid S.A. que nos acompaña durante la visita. Esta fuente también resalta otros cambios estratégicos que se han puesto en marcha o figuran en carpeta. La nueva ecoárea, capaz de gestionar adecuadamente el reciclaje, es una infraestructura que permitirá valorizar por encima del 75% de los residuos en el medio plazo.

También, a la vuelta de las vacaciones, se lanzará oficialmente el plan para digitalizar los servicios de Mercamadrid. La iniciativa contempla aplicaciones móviles para los usuarios, que permitirán realizar trámites de acreditación, gestión de abonos y compra de mercancías a través de dispositivos móviles.

La próxima estación en nuestro recorrido es el gran Mercado Central de Frutas y Hortalizas. En infraestructuras es el de mayor dimensión: está conformado por ocho naves. Uno de los rostros más reconocibles por todos allí es el de Andrés Olivar, dueño de Frutas Olivar, otro comerciante histórico de Mercamadrid. "Estamos asistiendo a un cambio espectacular en el mercado. No solo por la mejora de las instalaciones, que incluyen la pintura y la iluminación exterior. Avanzamos hacia otro concepto con el cliente. En nuestro caso también somos productores. La especialización es la mejor herramienta contra la saturación o producción excesiva, que conlleva una guerra de precios", explica.

En esa dirección, también asoma otro cambio eventual en el horizonte. "Necesitamos cambiar el horario de actividad aquí. Adecuarse y adaptarse a los nuevos tiempos", explica Antonio Montes, de 31 años, uno de los propietarios de la empresa

Hermanos Montes. El joven considera que el modelo de Mercabarna (cuyos empresarios han modificado históricas pautas horarias de apertura) permitiría un salto exponencial. Y no son pocos quienes piensan como él.

Tras observar hoteles, gasolineras y una zona comercial donde hay varias entidades bancarias, el Mercado de carnes se impone al final del recorrido. Nos espera allí Carlos Fernández Mesa, de 30 años. Trabaja en la empresa Diocarnes. Su compañía, que es

productora y posee una granja con 3.000 cabezas de vacuno, "ha decidido especializarse cada vez más. El cliente en Mercamadrid es mucho más exigente que antes. Ahora piden cortes específicos de otros lugares del mundo. En el futuro imagino un mercado que tienda más a la especialización que a la cantidad. El desafío es reciclarnos, y en eso estamos", concluye. 

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