Se cumplen cinco años de la reforma laboral: los datos del descenso

  • El 10 de febrero de 2012 entró en vigor la reforma laboral, momento en el que el desempleo era del 24,8% y había más de cinco millones de desempleados. 

    La última Encuesta de Población Activa (EPA) corrobora que se ha producido un descenso hasta situarse en el 18,6% a cierre de 2016.

Se cumplen cinco años de la reforma laboral
Se cumplen cinco años de la reforma laboral
L.D.

Hoy es el quinto cumpleaños de la reforma laboral impulsada por Fátima Bánez. El Ministerio de Empleo diseñó, cuando el Partido Popular tenía mayoría absoluta, la norma que el Gobierno pudo aprobar el 10 de febrero de 2012. Un lustro después, el debate entre partidos de la oposición-sindicatos y Gobierno-patronales sigue vigente.

Ese mismo año el desempleo en España era del 24,8%, había 5,6 millones de desempleados y 18,2 millones de españoles podían presumir de tener un trabajo. Si que es cierto que las cifras son más positivas ahora, pero también es cierto que la reforma no tuvo consecuencias inmediatas.

Si en 2012 se aprobó, en el primer trimestre de 2013 se alcanzaron los máximos históricos de desempleo: 6,2 millones de parados, 17 millones de cotizantes y una tasa de paro del 26,9%. Fue a partir de 2014 cuando se empezaron a notar los efectos de la mayor flexibilidad laboral.

En 2014 y 2015 se crearon 433.900 y 525.100 puestos de trabajo, respectivamente. En 2016, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) se gestaron 413.600 nuevos empleos. Al cierre del pasado ejercicio había 4.237.800 parados, 18.508.100 ocupados y una tasa de paro del 18,6%. Así, el paro ha bajado en más de 1,4 millones de personas. Hay, por lo tanto, niveles de ocupación similares a los de 2011, pero lejos de los casi 20 millones que había antes de la crisis que estalló en 2008.

Sin embargo, el desempleo continúa siendo la mayor preocupación de los españoles, según reflejan los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En enero de 2017, último dato del que hay constancia, el 73,3% de los españoles lo colocaron como uno de los tres primeros males del país. Siendo el punto álgido de esta preocupación mayo de 2011, cuando un 84,1% de los españoles no dudaban a la hora de señalar cuál era la lacra de España.La temporalidad, principal inconveniente

La reforma laboral buscaba facilitar la contratación o, como se dice habitualmente, flexibilizar el mercado laboral. Esto es lo mismo que abaratar el despido para que los empresarios pudiesen contratar y despedir a los trabajadores con más facilidad.

Para ello se introdujeron medidas como la reducción de los costes del despido improcedente de 45 días por año trabajado a 33. Además, al eliminar la necesidad de una autorización administrativa para poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) dio a las empresas la capacidad de mermar su plantilla si llevaba tres trimestres en pérdidas.

En las recesiones económicas se tiene la opción de devaluar la moneda para aumentar las exportaciones. Es la manera que tienen los países menos productivos de competir con otros más eficientes: sus productos serán más baratos, aumentarán las ventas y la economía podría volver a funcionar. Pero España, y demás países que tienen el euro como moneda, no pueden llevar a cabo este tipo de operaciones monetarias.

Así, la otra posibilidad es ejecutar una devaluación interna. Esto supone reducir los salarios de los trabajadores para que los costes sean inferiores. Los mismos trabajadores que fueron despedidos han logrado un empleo peor remunerado. El salario medio bruto ha pasado de casi 26.000 euros a 25,211 euros en 2015.50 contratos por cada nuevo empleo 

Por otra parte, la temporalidad ha aumentado en este último lustro. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que España es el segundo país con mayor tasa de temporalidad dentro de Europa, solo por detrás de Polonia. Desde el 24,8% de asalariados con un contrato temporal en 2012 se ha pasado al 26,5% en 2016.

Otro dato que explica la temporalidad lo aportó el Ministerio de Empleo. En todo 2016 se han firmado casi 20 millones de contratos, pero el descenso de personas afiliadas las oficinas de los servicios públicos de empleo se quedó en 390.534. Esto significa que por cada nuevo empleo creado se firmaron más de cincuenta contratos.

Un inconveniente que se suma a la situación laboral española es el número de parados de larga duración. Los desempleados que llevan más de dos años en esa situación son 1.758.200, un 41% del total. En 2011 eran el 27,06%, un total de 1.431.300. La larga duración del desempleo se traduce en el fin de las tasas de cobertura. Las ayudas a los desempleados han pasado de estar disponibles para casi un 70% de los parados a un 56%.

Por último, destacar que el número de personas activas es inferior. Esto supone que hay menos ciudadanos que puedan formar parte del mercado laboral. En 2016 había 22.745.900 de personas activas, por los más de 23 millones que estaban disponibles en 2012. Uno de los factores es demográfico, y es que el envejecimiento de la población ha supuesto que aumente de número de pensionistas y descienda el de personas en disposición laboral.

Otro motivo es la difícil entrada al mundo laboral de los jóvenes, que todavía arrastran una tasa de desempleo del 42,91% a cierre de 2016. Lo que desincentiva el intento de buscar un trabajo. Ni siquiera la mayor participación de la mujer en la actividad económica iguala el número de personas activas con los datos previos a la crisis.

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