Los robots obligan a replantear el Estado del bienestar ¿Quién pagará las pensiones?

  • Europa estudia gravar a ciertas máquinas como si fueran personas ante el avance de la inteligencia artificial en las empresas, aunque eso exigiría revisar de las leyes comunitarias.

    En 20 años, hasta un 15% de trabajadores habrán perdido su trabajo por culpa de los robots y ya hay voces reputadas que abogan por una renta básica universal para afrontar la situación.

Luis Díaz

Los robots se están convirtiendo en protagonistas en el sistema productivo y, poco a poco, están tomando el relevo a los humanos. La irrupción de las máquinas ya es una realidad y, en el corto y medio plazo -entre 10 y 20 años- conquistarán no sólo la industria, también el sector servicios.

Así, las recientes mejoras en las capacidades sensoriales y de procesamiento, junto con el desarrollo del big data y de la inteligencia artificial, están permitiendo que la automatización se extienda a casi todo tipo de tareas no repetitivas, como la conducción de vehículos (el automóvil sin conductor de Google) o el diagnóstico médico (el robot Watson de IBM).

El avance tecnológico es tan importante que a día de hoy se podrían automatizar el 45% de las tareas existentes en EEUU, según un estudio de McKinsey. Sin embargo, no hay que confundir tareas con puestos de trabajo: un puesto de trabajo o una profesión comprende múltiples tareas, como la interacción social o el ejercicio físico.

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Según un reciente informe de Caixabank, un 43% de los puestos de trabajo actualmente existentes en España tienen un riesgo elevado (con una probabilidad superior al 66%) de poder ser automatizados a medio plazo, mientras que el resto de los puestos de trabajo quedan repartidos a partes iguales entre el grupo de riesgo medio (entre el 33% y el 66%) y bajo (inferior al 33%).

Según el informe, la tecnología ya es capaz de automatizar profesiones cualificadas (contables, analistas financieros y economistas), mientras que aquellas en las que la interacción humana y la creatividad tienen más importancia (médicos de familia, músicos) son las que están más protegidas.

Esta cuarta revolución industrial, como es conocido el proceso de transformación al que se ha visto sometido el mercado laboral, trastocará los cimientos del sistema, pero no los destruirá. La robotización eliminará estos puestos, pero creará otros nuevos que todavía son difíciles de imaginar o potenciará otros más cercanos a perfiles técnicos, como ingenieros o expertos en ciberseguridad. Además es importante tener en cuenta que no todas las innovaciones se adoptarán de golpe, principalmente porque el elevado precio de algunas de ellas no lo permitirá. Aunque, como en el caso de los ordenadores, su coste se irá reduciendo.¿Pagarán los robots impuestos?

Este proceso disruptivo ha causado que una pregunta pulule por el aire: ¿deben los robots, que quitan esos puestos a cotizantes, pagar impuestos? Por descabellada que sea la idea, en la Unión Europea se está empezando a discutir sobre la materia, que innegablemente ganará peso con el paso de los años. Y es que una pérdida gradual de cotizantes podría desbaratar el Estado del bienestar si las arcas públicas no reciben suficientes ingresos.

El Parlamento Europeo deberá valorar propuesta de la Alianza Progresista de Socialistas Demócratas, conocida como Informe sobre Personas Electrónicas. Ésta, que introduce el término 'personas eléctricas' para marcar posturas, pretende que las máquinas inteligentes paguen impuestos y coticen a la Seguridad Social. Para ello lo primero es una profunda transformación de las leyes comunitarias.

El pasado jueves se aprobó una resolución para que la Comisión Europea sea consciente de que la legislación se tiene que adaptar al avance de las máquinas. En concreto pide "un instrumento legislativo para gobernar la robótica y la inteligencia artificial y anticipar los desarrollos científicos a medio plazo para atender a las grandes cuestiones éticas que enfrenta la humanidad".

Recalcar que cuando se habla de que los robots deben pagar impuestos lo que se pone sobre la mesa es que las empresas que se benefician de la robotización sean las que asuman los costes. Esos robots serían gravados como si de personas se tratase. Esto supone una reforma fiscal, algo que a las empresas no les agrada. Podría desincentivarse la utilización de robots si los costes a pagar no compensan. Cabe plantearse si además de personas físicas y jurídicas, las 'personas electrónicas' deberán regirse por sus propios gravámenes. ¿Renta mínima para compensar la pérdida de empleos?

Junto al debate de los impuestos van de la mano otros dignos de la ciencia ficción. Estos hablan sobre la posibilidad de que estos robots sean utilizados con fines violentos, por lo que se debe incorporar un botón rojo para desactivarlos en caso de emergencia.

Sin embargo, hay cuestiones cuyos planteamientos son más cercanos al día a día de la ciudadanía. Es el caso de la renta mínima, una idea con la que Podemos sorprendió a todo el mundo cuando nació hace un par de años y que ahora están planteando los socialistas en el Parlamento Europeo. Ante el temor de que se destruyan miles de empleos se quiere facilitar a los ciudadanos un sustento mínimo. 

La necesidad de una renta básica universal ha sido debatida en varios países europeos. En el caso de Suiza, los ciudadanos dijeron no, pero el gobierno de Finlandia ha sacado adelante un experimento para ver cómo actúan los beneficiados por la salario base. Desde este mes de enero2.000 finlandeses fueron seleccionadas para recibir 560 euros al mes sin realizar ningún tipo de labor a cambio. Si encuentran trabajo seguirán cobrando. La intención es comprobar si una renta mínima desincentiva la búsqueda de empleo.

Favorable a esta renta mínima se ha mostrado Elon Musk, uno de los grandes revolucionarios tecnológicos del momento. El cofundador de PayPal, dueño de los coches eléctricos de Tesla Motors y mente pensante de SpaceX, que quiere llegar a Marte en 2020, también da su visto bueno a la renta básica universal.

"Creo que necesitamos ser muy cuidadosos en la forma en la que adoptamos la inteligencia artificial", aseguró Musk, preocupado por la posibilidad de que existan máquinas "que son mucho más inteligentes que el humano más inteligente de la Tierra". Pero lo realmente preocupante de esa inteligencia es que puede sustituir a los humanos.

Musk calculaba que en veinte años "el 12-15 por ciento de la fuerza de trabajo podría estar desempleado", dijo, señalando el alcance de la automatización. Y ante la realidad que se viene, "No creo que vayamos a tener una opción", afirma el dueño de Tesla. Subrayar que sus coches autónomos podrían destruir empleos en el mundo del transporte.

Esto último abre otro debate: ¿qué ocurre cuando un robot es responsable de un accidente?. Pues el Parlamento Europeo deberá debatir también sobre las responsabilidades casos como los accidentes coches autónomos.Bill Gates avala una renta mínima

Pero Musk no es el único genio multimillonario que defiende estas ideas. También Bill Gates, fundador de Microsoft y hombre más rico del mundo, ha propuesto compensar la perdida de puestos de trabajo con cotizaciones de los robots. La función de estos impuestos sería ayudar a los colectivos más débiles.

En una entrevista en 'Quarz', Gates recuerda que "ese empleado pagaba impuestos a los que no puede renunciar". Por lo que "los impuestos son sin duda una mejor manera de manejar el desarrollo tecnológico que la prohibición de algunos elementos del mismo", aseguraba el dueño de Microsoft en referencia al temor a los avances en la robótica.Los sindicatos también quieren que los robots paguen impuestos

En la misma línea que el Parlamento Europeo se ha pronunciado el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. El líder sindical ha pedido en varias ocasiones que las empresas compensen la pérdida de empleos a través de una cotización a la Seguridad Social, ya que los avances tecnológicos suponen la desaparición de los puestos de trabajo de los trabajadores menos formados. Asimismo, pedía tratar estos temas en el marco de las conversaciones que ocurren en la comisión del Pacto de Toledo.

Álvarez plantea que "los robots paguen por los trabajadores que no están en las empresas a la Seguridad Social" para intentar hacer sostenible el Estado de bienestar. "Que los robots no sólo tengan beneficios sobre el precio final del producto o la cuenta de resultados de las empresas, sino también sobre los trabajadores en activo que no van a tener un puesto de trabajo porque las máquinas nos lo habrán quitado", explicaba el secretario general de UGT hace unos meses.

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