Más de 4.000 niños han pasado este año por las ocho aulas hospitalarias que hay en Castilla y León

  • Más de 4.000 niños, según los datos que maneja la Consejería de Educación consultados por Europa Press, han pasado este año por alguna de las ocho aulas que hay en los 36 hospitales de Castilla y León con el objetivo de que la situación especial por la que atraviesan estos alumnos no se convierta en un impedimento para su formación educativa.
Más de 4.000 niños han pasado este año por las ocho aulas hospitalarias que hay en Castilla y León
Más de 4.000 niños han pasado este año por las ocho aulas hospitalarias que hay en Castilla y León
EUROPA PRESS
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Las aulas hospitalarias surgieron con la filosofía de humanizar los hospitales hace más de 20 años, cuando el Ministerio de Educación, el de Sanidad y el Instituto Nacional de la Salud firmaron un convenio de colaboración con el objetivo de resolver la escolarización de los niños convalecientes o ingresados en hospitales en edad de enseñanza obligatoria, para que esta situación no se convierta en un impedimento para su formación educativa.

Además, de este modo se cumple con los derechos de los menores, que se recogen en la Carta Europea de los Derechos del Niño Hospitalizado, aprobada por el Parlamento Europeo en 1986, uno de estos derechos indica que los niños hospitalizados tienen derecho a proseguir su formación escolar durante su permanencia en el hospital.

Las aulas se contabilizan en todas las provincias de la Comunidad salvo en Palencia, Soria y Zamora. El resto cuenta con una sala adaptada para esta actividad, excepto en Valladolid donde hay tres (dos en el Clínico Universitario -pedriatía infantil y psiquiatría infanto-juvenil- y otra en el Río Hortega).

Aunque la actividad educativa se puede llevar a cabo de varias maneras, son dos fórmulas las más comunes. Por un lado está la asistencia por parte del alumno al aula específica que hay en alguno de los hospitales de la Comunidad, siempre que éste se encuentre en condiciones físicas para desplazarse hasta ella. También la puede recibir en su propia habitación, cuando su estado de salud aconseja que sea el profesor el que se desplace hasta ella.

El profesorado de las aulas hospitalarias procede de la Consejería de Educación y además de su actuación directa con el alumnado, realiza una coordinación interna con el centro hospitalario y otra externa con las familias, centros docentes de referencia, Administración Educativa (Área de Programas, Servicio de Inspección), otras aulas hospitalarias e instituciones y asociaciones que tengan como objetivo el mejorar la atención del niño hospitalizado o enfermo.

Milagros León lleva ejerciendo 33 años la docencia en este tipo de aulas, concretamente, en el de pediatría del Clínico Universitario de Valladolid. Por allí han pasado este curso 480 alumnos en diferentes etapas y con estancias "variables".

"Las estancias han evolucionado mucho desde que arranqué en el Clínico en 1985 por la propia evolución de la medicina y por la humanización de los hospitales y cada vez son más cortas", reconoce la profesora vallisoletana que explica que las estancias se clasifican en "cortas", "medias", "intermitentes" y "largas".

Milagros León también habla de la posibilidad que existe de "atención domiciliaria", que se establece cuando el alumno recibe el "alta hospitalaria" pero no puede incorporarse a su centro docente de manera "inmediata". En esa situación se presta este tipo de servicio que se solicita desde el centro de referencia del alumno con el objetivo de que el niño "normalice" su vida lo "antes posible".

ATENCIÓN MULTIDISCIPLINAR

La docente reconoce que su tarea forma parte de un servicio de atención multidisciplinar que se ofrece al paciente. En este sentido, su labor va más allá de la mera enseñanza, ya que se pone en contacto con la familia, trabajadores sociales, personal sanitario para conocer las "particularidades" de cada alumno.

"A parte de atender en la medida de lo posible al currículo escolar y al centro al que pertenece, a veces tenemos que recurrir a un proyecto dentro del plan anual de este tipo de docencia, que recoge unidades didácticas vertebrales a lo largo de todo el curso y que sirven de herramientas para estar con los estudiantes", explica.

El horario de clase es similar al de un centro escolar, desde las 10 hasta las 15 horas, con media hora para comer. "Entendemos que al 'normalizar' su situación dentro del hospital generamos mayor tranquilidad tanto en el niño, que se relaciona con otros estudiantes en una situación similar, como en los padres, que pueden hacer otro tipo de tareas durante su estancia en el aula", continúa Milagros León.

La empatía entre profesor, alumno y familiares se "potencia mucho más" que en una situación normal, resume la docente, que insiste en que "la interactuación" entre las diferentes partes es "más constante" y "directa".

"Se intenta siempre, además de dar contenidos al currículo, que el niño desarrolle su rol, sea feliz a través de una atención multidisciplinar", concluye Milagros León.

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