Michel Barnier, arquitecto de la unión bancaria europea y "pesadilla" de la City

El veterano político francés Michel Barnier, designado este miércoles por la Comisión Europea para liderar las negociaciones de salida del Reino Unido del bloque, fue el arquitecto de la unión bancaria europea y está considerado como una "pesadilla" para la City de Londres.

"Después de todos estos años en que fue diabolizado por la City, con frecuencia de manera muy injusta, la Comisión Europea no podría lanzar un mensaje más claro a los ingleses" dijo a la AFP Jacques Lafitte, el fundador de Avisa Partners, una consultora en Bruselas.

Barnier, un férreo europeísta que lleva 40 años en política, fue uno de los miembros más activos de la segunda comisión europea dirigida por José Manuel Barroso (2010-2014), donde ocupó la cartera de Mercado Interior y Servicios Financieros. En 2004 y 2005 ocupó la cartera de Exteriores durante la presidencia del conservador Jacques Chirac.

En esa época fue un hombre clave para hacer frente a la crisis de la deuda en la zona euro que estuvo a punto de poner fin a la moneda única. También reformó el sistema bancario.

Bajo su liderazgo, la Unión Europea impuso normas más estrictas a las agencias de calificación financiera, instauró sanciones penales en caso de abusos en el mercado, hizo más seguros y transparentes los créditos inmobiliarios e instauró un nuevo marco legislativo para las compañías de seguros.

Una actividad que gustaba poco en la City de Londres, la primera plaza financiera en Europa, tradicionalmente reacia a las regulaciones procedentes de Bruselas.

Pese a ello Barnier, un hombre alto de mirada franca y larga cabellera blanca, siempre defendió que "hay que mantener a los británicos a bordo" en las cuestiones financieras.

En junio, pocos días después del 'sí' al Brexit, dijo a la cadena BFM TV que el resultado del referéndum era un "debilitamiento colectivo". "Más allá del Brexit seguiremos teniendo una comunidad de intereses con los británicos, en particular en todo lo que afecta a la seguridad colectiva", aseguró.

Su último puesto en la Comisión Europea reforzó su reputación de hombre trabajador a pesar de que antes de llegar a Bruselas no estaba muy familiarizado con las cuestiones financieras.

Con un inglés menos fluido que sus colegas de la Comisión, Barnier era conocido por usar términos muy técnicos en sus intervenciones.

Nacido el 9 de enero de 1951 en La Tronche, un pequeño pueblo de la Savoya francesa, Barnier se reivindica como un hombre de montaña y un pragmático dotado de sentido común.

El no haber pasado por la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA) francesa, donde estudiaron la mayoría de políticos del país, y tener sólo un diploma de una escuela de comercio le aleja un poco más de la élite política.

Casado y padre de tres hijos, este gaulista empezó en la política muy joven. En 1978, a los 27 años, fue elegido diputado y luego dos veces senador. Su carrera ha estado marcada por sus idas y vueltas entre París y Bruselas, donde ya fue comisario de Política Regional entre 1999 y 2004.

Entre 1993 y 1995 fue ministro de Medio Ambiente de su país. Luego dirigió la delegación francesa para negociar el tratado de Amsterdam en tanto que ministro de Asuntos Europeos, un puesto que ocupó hasta 1997.

Su homólogo británico de la época, David Davis, es el nuevo ministro encargado de la salida de la UE.

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