El novillero Pablo Santana asume que llega al toro en una época "muy difícil"

  • Roberto Jiménez.

Roberto Jiménez.

Valladolid, 24 sep.- El novillero Pablo Santana, de 24 años y que el próximo 6 de octubre toma la alternativa en Mojados (Valladolid), asume que llega al primer escalafón en una época "muy difícil", de aguda crisis económica, de poco público en las plazas y de fuerte contestación social en contra de la fiesta brava.

"He tenido la mala suerte de haber querido ser torero en uno de los peores momentos, a nivel general, que ha vivido la tauromaquia. Si ser torero es muy complicado, ahora lo es más fundamentalmente por la crisis económica" y la ausencia de un relevo generacional entre los aficionados, ha analizado hoy en una entrevista con Efe.

Pablo Santana (Valladolid, 1989) llega al doctorado de la mano del empresario y exmatador Jorge Manrique, con el bagaje técnico que le inculcó Andrés Sánchez, otro diestro retirado, y el apoyo que recibió en sus inicios con caballos del empresario y apoderado Manolo Martín, de los cuales se acuerda especialmente ahora.

El matador francés Juan Bautista le cederá el toro de nombre "Hortelano", herrado con el número 38 y perteneciente a la ganadería de Caridad Cobaleda, en la corrida concurso de ganaderías programada en Mojados (Valladolid) el 6 de octubre y en la que Jesús Martínez "Morenito de Aranda" oficiará como padrino.

Treinta y cinco festejos sumados en tres temporadas con picadores, desde su debut en mayo de 2001 en la Feria de Cáceres, jalonan una trayectoria que, en su caso, considera un "verdadero privilegio" por el mero hecho de poder tomar la alternativa, consciente como es de que "hay muchos novilleros y muy pocas novilladas".

Sin antecedentes familiares en la fiesta brava, ni formación en escuela taurina alguna, Pablo Santana se aficionó desde pequeño al toro "por esas cosas que a veces parece que no van a ser", y que luego desembocan en una firme vocación que encarriló el aficionado Félix Zorita Bienvenido y forjó el salmantino Andrés Sánchez.

"Andrés Sánchez me aportó toda la técnica y la base del toreo durante los tres años que estuve junto a él, uno de ellos viviendo en Salamanca", ha explicado el neófito antes de agradecer la ayuda recibida y elogiar que sus principales maestros hayan sido matadores de toros: "eso es muy importante".

Al reflexionar sobre la organización y estructura de la fiesta, Santana admite que buena parte de la escasez de público en las plazas pueda deberse a que se trata de un espectáculo "muy caro", y no entiende que el aficionado pague lo mismo por ver en la plaza a El Juli que "por verme a mí", dice.

"La gente no viene a los toros y tampoco es verdad que se haya cuidado al aficionado aunque ahora haya un mayor apoyo a los jóvenes. El problema no es de ahora, viene de atrás", incluso antes de la gran contestación social en torno a la tauromaquia que se ha desatado en los últimos años: "se ha dejado pasar", ha reconocido.

Los antitaurinos "han hecho mucho daño a la profesión", ha manifestado antes de pedir respeto a una realidad económica y cultural de primer orden.

Los toros "mueven mucho dinero y generan numerosos puestos de trabajo" y los toreros "no somos seres crueles y bárbaros, sino personas normales, trabajadoras, cultas y educadas", se ha defendido.

Desde 2007, año en que tomó la alternativa Raúl Alonso, ningún otro matador vallisoletano ha ingresado en el escalafón superior, relevo que ahora recoge Santana para "mover un poco esto" e intentar hacerse un nombre, como primer objetivo, en la zona.

Su nombre se une al de otros dos nuevos matadores esta misma temporada: el zamorano Alejandro Durán y el salmantino Dani Martín, doctorados este verano en Zamora y en El Burgo de Osma (Soria), respectivamente.

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