El final de un 'tira y afloja' de dos años

La compra por fases de Glovo permite a Delivery Hero ‘ahorrarse’ 500 millones

El gigante alemán invertirá, entre efectivo y acciones, algo más de 1.750 millones para hacerse con el 100% de la española, valorada en 2.300 millones, después de tomar posiciones hace más de tres años.

Un 'rider' de Glovo
Un 'rider' de Glovo
EFE

Aterrizó de manera silenciosa, sin fanfarrias y en los primeros meses de 2018. Aportó la mitad de la primera ‘megarronda’ que cerró Glovo. No se hizo público hasta que tuvo que hacerlo ante sus accionistas en verano. Casi cuatro años después el gigante alemán Delivery Hero ha completado una adquisición de la startup española por fases, salpicada de cierto 'tira y afloja' con el equipo directivo y el núcleo duro, que le ha permitido ganar peso a un ‘precio’ inferior. El 43% de las acciones que tenía en su poder antes de anunciar la toma de control esta Nochevieja le habían costado algo menos de 600 millones. Lo que le queda por abonar es casi el doble y lo entregará principalmente en acciones. Si finalmente convence a todos los accionistas minoritarios habrá puesto sobre la mesa 1.750 millones para una empresa valorada sobre el papel en algo más de 2.300.

Ese año 2018 apareció como un socio industrial más. Como sucede con otras startups en fases avanzadas, Glovo optó por dar entrada a compañías del sector. En aquella ampliación entró el dueño de La Tagliatella (Amrest). Luego llegó Drake, propietario de la cadena de pizzerías Papa John´s. Pero Delivery Hero, después de un inicio dubitativo, venía con ganas de comerse todo el pastel. En 2019 dieron un paso atrás pequeño y se diluyeron, pero en 2020 enseñaron claramente sus cartas. Ese año, marcado por la pandemia, pusieron sobre la mesa 280 millones de euros para las ampliaciones de capital y también para comprar en el mercado secundario, tal y como desvelaron en sus propios informes anuales. Eso hizo saltar las alarmas.

Tanto saltaron que obligó al equipo directivo a tomar medidas en la última parte de 2020. Primero con un pacto de sindicación, con el que se aseguraba unidad de acción entre el núcleo duro de accionistas y el equipo directivo, evitando un ‘sorpasso’ y la toma de control de los alemanes que no dejaban de comprar acciones y ganar tamaño. Y luego buscando un contrapeso grande en el accionariado, llegando a tener a Alibaba como potencial aliado, sin que finalmente se llevara a cabo. Eso entre bambalinas. En público tampoco se ocultaron. En el verano, el consejero delegado de los alemanes, Niklas Ostberg, dijo a los analistas que mantenía conversaciones regulares para potenciales compras con otros rivales, como la propia Glovo. A principios de este año, su homólogo español, Óscar Pierre, tuvo que salir a la palestra en declaraciones a Bloomberg: “Delivery Hero sabe que nuestro sueño es mantenernos independientes y ellos lo respetan”.

Pierre defendió en público una y otra vez su intención de salir a bolsa. Pero el desastre de la salida a bolsa de Deliveroo, con un desplome importante de las acciones (de un 30% en el arranque) ante las dudas sobre el negocio y los problemas regulatorios, fue un auténtico aviso a navegantes. Buscaba una valoración de hasta 12.000 millones de dólares. Hoy la británica cotiza en menos de la mitad. En ese contexto había que salir de nuevo al mercado para levantar más capital. Era la oportunidad para tratar de instaurar ese contrapeso en el accionariado. Pero fue la primera ‘capitulación’, según explican varios accionistas minoritarios. Dos ‘hedge funds’ que son accionistas de referencia de Delivery Hero lideraban la operación oficialmente. Unos días después se conoció que los germanos aportaron la mitad de esos 450 millones. ¿Resultado? Más del 43% de las acciones en circulación -sin contar el bonus de stock options- estaban en manos de ellos.

Pese a que la compra por fases avanzaba y el poder de los alemanes se incrementaba (con dos puestos en el consejo de administración), hubo un intento por mantener esa salida a bolsa. Se iniciaron algunos contactos y se hicieron los primeros cambios societarios. Pero el riesgo, con Deliveroo en la retina, era alto. Si no había parqué bursátil, sólo quedaba un comprador en ese proceso de consolidación en el mercado de la comida a domicilio. Era realmente complicado contar con un proceso competitivo teniendo a un jugador del sector controlando ese porcentaje, pese a que sobrevolara también la estadounidense Doordash, que finalmente se hizo con la nórdica Wolt por 7.000 millones de euros.

La venta, anunciada apenas unos minutos antes de despedir el año 2021, permite al equipo directivo y personal clave de la plantilla asegurarse un jugoso bonus de unos 700 millones de euros (7,2 millones de acciones a 98 euros cada una). Esta cifra se cumplirá si se lleva a cabo lo que se conoce como ‘roll over’, es decir, se transfieren las acciones no consolidadas del plan de ‘stock options’ actual de Glovo a este nuevo. ¿Y las que ya están consolidadas? Estas, en teoría, se cobrarían, aunque no se ha hecho pública la cantidad definitiva. A finales de 2020, la startup española disparó la provisión en sus cuentas hasta superar los 55 millones, al entender que existían posibilidades de que hubiera una venta a medio plazo. Ese incentivo -el 20% de las acciones- generó cierta controversia con algunos de los socios iniciales, no por el premio en sí, sino por la dilución que acarreaba y la valoración a la baja a la que se cerraron las primeras ampliaciones de capital a cambio.

Con el difícil antecedente de Deliveroo en bolsa, Glovo optó por el comprador más obvio tras años de una relación de 'amor-odio'

Esta compra de Glovo -que colocaría la valoración total incluida la deuda y el plan de 'stock options' en unos 2.600 millones, según explican varias fuentes conocedoras- regará de dinero a parte de la plantilla, con los planes de incentivos, pero también al ecosistema inversor español. Según explican fuentes del sector, algunos de los accionistas iniciales podrían acumular múltiplos que se acercan a las 100 veces. Varios centenares de socios siguen aún teniendo participaciones después de que se haya mantenido una estrategia de recompra parcial en las diferentes ampliaciones de capital de los últimos años, lo que ha fomentado que muchos tenedores mantuvieran posiciones inferiores al 0,1%. Y se espera que la mayoría de los títulos en manos de esos tenedores más pequeños (casi el 20%) pasen a manos alemanas en las próximas semanas después de aceptar la oferta planteada por Delivery Hero.

El escudo antiopas

Ha arrancado una cuenta atrás de dos meses para hacer efectiva la 'toma de control' de Delivery Hero. Pasará a ser una marca más dentro del grupo. Queda pendiente la autorización regulatoria, entre ellas la del llamado 'escudo antiopas' del Gobierno español. Respecto a la 'luz verde' de las autoridades de la competencia, hay que tener en cuenta que en el último año ambas partes se han 'repartido' los mercados, con los alemanes comprando el negocio latinoamericano de los españoles y éstos haciendo lo propio con las filiales de Centroeuropa. Esto ha hecho que no haya un gran solapamiento en ningún mercado y que sólo existan algunas plazas con mayor concentración, como Rumanía.

Aunque con un pago mayoritario en acciones -hay posibilidades de cobrarlo en efectivo pero bajo condiciones concretas y, con toda probabilidad, con un descuento sobre la valoración fijada-, esta es una de las ventas más destacadas del sector de startups español. Uno de los unicornios tecnológicos dejará de serlo cuando se formalice el cambio de manos en los próximos meses. Otro de los 'históricos' de esta lista, Cabify, también cuenta con un accionista, el gigante japonés Rakuten, que controla más del 40% de sus títulos. Queda por ver si la pretendida salida a bolsa es el camino o se calca la estrategia de la startup fundada por Óscar Pierre y Sacha Michaud.

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