Más de 13.000 salidas

Getir, Gorillas, Klarna... Crece la ola de despidos en las startups internacionales

Desde hace algunas semanas que las tecnológicas tanto estadounidenses como europeas están haciendo recortes en sus plantillas debido a la incertidumbre que se vive a nivel global. 

Repartidores de Gorillas.
Repartidores de la plataforma alemana Gorillas
Gorilla.

La tendencia no ha hecho más que avanzar. Los despidos en Estados Unidos han ido en aumento en las últimas tres semanas que se han convertido en un ‘invierno adelantado’ para las startups extranjeras. En Europa ya existen algunas empresas como Klarna, Getir o Gorillas, que también han comenzado a ‘abrochar sus cinturones’ y a tomar estas decisiones. A pesar de que esta tendencia aún no ha tocado de fondo a España, la amenaza ya toca la puerta a las empresas nacionales con una ola de despidos que ha llegado para quedarse en el ecosistema. Hasta el momento van más de 13.000 recortes desde inicios de este año.

Estados Unidos ha sido uno de los más tocados por esta crisis y poco a poco Europa ve que esta incertidumbre se apodera de sus propias compañías. Pero además, este invierno no solo ha tocado a las compañías de un sector en particular, sino que ha removido diversas áreas. Desde empresas dedicadas a la compra de viviendas hasta fintech o plataformas para la edición de fotografías. Una de las primeras en cerrar mercados por un “cambio de enfoque en su rentabilidad” fue la compañía de movilidad compartida adquirida por Ford, Spin. En enero de este año la startup decía adiós al mercado español, alemán, portugués y sumó algunas localidades específicas de Estados Unidos. Esta medida afectaba a la cuarta parte del personal de Spin a nivel global.

La startup americana que facilita la compra de viviendas, Better.com, ha sido una de las más polémicas después de realizar su primer recorte de personal. Comenzó con 900 personas, a quienes dio aviso a través de una reunión por Zoom, y después continuó con los ‘layoffs’ y ya lleva más de tres tandas de despidos. En términos numéricos ha significado el recorte de más de 5.000 trabajadores; es decir, más de un 33% de su plantilla. Otras como Workrise, un unicornio americano para la gestión de fuerza laboral, tomaron la decisión de vender partes de sus negocios y dijo adiós a alrededor de 450 personas. 

Tal es la incertidumbre en el sector que diversos fondos han comenzado a enviar comunicados a sus participadas para que sean más estratégicos con sus planes de negocio. La aceleradora de startups, Y Combinator, ha enviado un correo a las compañías que han pasado por su programa con diversos consejos porque consideran que "las cosas no se ven bien". Entre sus declaraciones comenta que independientemente de la capacidad para recaudar fondos de las startups, “es su responsabilidad asegurarse de que su empresa sobreviva si no puede recaudar dinero durante los próximos 24 meses”. Sequoia Capital también considera que este es “un momento crucial” para el ecosistema y recomendó que analicen detenidamente cómo gastan su dinero y que de ser necesario, reduzcan sus gastos en I+D, marketing o proyectos no esenciales.

Gorillas, la plataforma de entregas ‘megarrápidas’ alemana ha seguido este último consejo. Hace solo unos días la compañía anunció que despediría a un prácticamente un 50% de su plantilla, unos 300 trabajadores, al margen de todos los ‘riders’ que deberá despedir. Esto implicaría su salida de más de un mercado, entre ellos España por no ser uno de sus mercados prioritarios: pondrán toda su energía en el mercado alemán, estadounidense, y otros. El sector del delivery viene arrastrando hace muchos meses una capa que los ha llevado a sumar grandes pérdidas en bolsa (más del 70% de Delivery Hero, por ejemplo), la pérdida de valor a más de la mitad de Glovo, salidas de mercados, fin de las restricciones, entre otros. 

Gorillas no ha sido, en definitiva, la única. Getir, la empresa turca de entregas rápidas confirmaba el recorte de un 14% de su plantilla a nivel global. Actualmente la plataforma opera en nueve mercados y aunque asegura que no dejarán de operar en ninguno de ellos, el recorte será para todos. Reducirán gastos en marketing, promociones y en su expansión general. ¿Sus razones? Las perspectivas macroeconómicas a nivel global que los obliga a adaptarse a la nueva realidad. Gopuff reducía más de un 3% su fuerza de trabajo (unas 550 personas). Glovo, aunque ya es cotizada y fue adquirida, ‘eliminó’ una decenas de puestos de trabajo en su negocio de Rumanía, según adelantaba el medio americano Sifted.

Los inversores meten presión a las startups y recomiendan que analicen sus gastos y que de ser necesario, reduzcan sus movimientos en los próximos meses

“Cuando establecimos nuestros planes de negocios para 2022 en el otoño del año pasado, era un mundo muy diferente al que estamos hoy”, decía el director ejecutivo de Klarna, tras anunciar el despido de 700 personas. Culpando a una “posible recesión”, la compañía sueca aseguraba que había que anteponerse a esta situación y tomar medidas. La fintech Bolt, redujo su plantilla un 27% después de haber sido valorada en más de 10 millones de dólares. El problema de estos despidos es que los trabajadores que pidieron préstamos a la empresa y ahora fueron desvinculados, además de quedar sin trabajo, deben dinero a la compañía: “Estamos siendo extremadamente considerados con cualquier impacto, incluido el Programa de Préstamo y Ejercicio Anticipado", comentaba el portavoz, según Bloomberg

De la misma manera Lacework (300 personas); Picsart, respaldada por Softbank (90 empleados); Reef (700 personas) y otras compañías han iniciado este proceso de reducción de personal para afianzar su terreno para los próximos meses. Las razones de estos despidos son variadas: crisis económica, geopolítica, decisiones estratégicas, y movimientos pensados para que las startups no sigan ‘quemando’ caja antes de poder conseguir nueva financiación externa. Incluso, estos movimientos vienen de aquellas startups que recaudaron miles de millones de dólares o euros durante el año pasado o este año como es el caso de Getir. Ahora buscan controlar los gastos a través de medidas extremas. 

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