Según el pacto

Glovo se blinda en el pacto con Delivery Hero y evita un cisma por nuevos pleitos

El contrato desliga el centenar de frentes legales y laborales abiertos del límite de los 100 millones de contingencias que podrían echar abajo el acuerdo de compra ‘in extremis’.

Repartidor Glovo rider
Glovo tiene blindaje por causas legales en el contrato con Delivery Hero
Europa Press

Glovo tiene decenas de inspecciones laborales abiertas en España y varias decenas más de casos en otros países en Europa y Latinoamérica. Pero la startup española se blindó en el contrato de compraventa a Delivery Hero firmado por los grandes fondos en la Navidad pasada. El acuerdo contempla que los alemanes pueden romper el acuerdo en caso de que después de la debida ‘due diligence’ encargada se encuentren contingencias que sumen una cantidad superior a los 100 millones de euros. Pero cuenta con una cláusula en la que se precisa que esos casos deberían ser ajenos al centenar que se reflejan en uno de los anexos del documento.

Delivery Hero logró la ‘toma de poder’ en la startup española a finales de diciembre. Era seis meses después de que entrara en vigor la llamada ‘ley rider’, que endurecía las normas laborales para evitar la proliferación de falsos autónomos en plataformas como Glovo. La compañía optó en un principio por mantener una mayoría de los ‘riders’ como autónomos, contratando directamente (o subcontratando) a una clara minoría. Esto llevó a la Inspección a abrir numerosas investigaciones, que se sumaban a las que continuaban abiertas del modelo anterior. En total tienen abiertas, según el anexo del contrato, un total de 28 en las que destacan Barcelona, Bilbao, Sevilla o Málaga.

A estas hay que sumar el más de medio centenar de actas levantadas que, pese a la jurisprudencia en contra del Tribunal Supremo, están siendo recurridas en los tribunales por la compañía y se encuentran en diferentes instancias. En total suman algo más de 21 millones de euros. Por último se incluyen otras inspecciones en varios países europeos y latinoamericanos -en estos últimos ya no opera tras vender sus filiales a la propia Delivery Hero pero asume las contingencias-. Tanto las primeras como estas están incluidas en el contrato y reflejadas de manera pormenorizada.

Como figura en la cláusula tres de dicho acuerdo, todos estos casos son asumidos por el comprador alemán. Y lo deja claro en su redacción: el límite de los 100 millones de pérdidas potenciales, tanto directas como indirectas, o cualquier pérdida vinculada a un delito o fraude con coste superior a 2,5 millones son para frentes que no estén relacionados con ese listado “o con el estado regulatorio, fiscal o laboral mundial aplicable a los repartidores que colaboran con la empresa”. Es decir, los futuros dueños de la startup asumen todas las responsabilidades vinculadas con el ‘modelo rider’, tanto presentes como futuras.

Los futuros dueños de Glovo asumen todas las responsabilidades vinculadas con el 'modelo rider', tanto presentes como futuras

Esta última ‘coletilla’ dentro de la cláusula también le protege ante decisiones como la que acaba de tomar con el cambio de modelo para el mercado español. La compañía ha comunicado a sus clientes, entre los que se encuentran grandes cadenas de restaurantes o de distribución, una modificación de la facturación: ellos sólo facturarán la tasa por la intermediación mientras que el servicio de reparto será facturado por los repartidores. Esto ha puesto en guardia a todo el sector de la restauración, ante las potenciales implicaciones legales para ellos, pues se podría inferir que asumen la responsabilidad legal de una relación laboral ilegal. La patronal de la hostelería ya ha mostrado su “preocupación” por esta modificación unilateral.

Este cambio de modelo no sólo implicaría un problema jurídico y legal por esa posible asunción de la responsabilidad sobre el ‘rider’ y la relación laboral sino también generaría un problema para estos grandes clientes, según explican varias fuentes del sector. Esto acarrearía un cambio en la contabilidad de esa comisión de servicio (entre el 10% y el 20% en la mayoría de los casos) dentro de la cuenta de resultados como gasto operativo. Los clientes analizan medidas a tomar. Aún así el contrato sigue blindado y la decisión se toma ya con el conocimiento claro de Delivery Hero, que tiene dos miembros en el consejo de administración debido a que cuenta con el 37% de las acciones -aún no ha sido autorizada para la compra de la mayoría-.

Esa autorización regulatoria aún no ha llegado. La Comisión Europea aún no se ha pronunciado ni se ha anunciado formalmente la ‘luz verde’ del Ministerio de Industria en España, pues se trata de una transacción que afecta al llamado ‘escudo antiopas’ aprobado por el Gobierno. Éste último tiene un mes para pronunciarse, pues el plazo es de seis meses desde la comunicación, que se produjo nada más anunciarla en Navidad. Lo lógico es que no tenga ningún impedimento, pues no existen solapamientos claros entre las dos empresas en los mercados en los que operan.

Los socios más pequeños de la startup ya han sido notificados por Delivery Hero de que serán pagados con dinero en efectivo y no en acciones de la empresa. La razón es que debido a que se trata de cantidades muy pequeñas, el coste de la apertura de una cuenta de valores en Alemania sería inasumible. Eso sí, estas transacciones se harán a la valoración actual. Hay que tener en cuenta que los títulos de la alemana hoy cotizan un 70% por debajo del valor del día 1 de enero de 2022. Esta es una proporción muy pequeña del precio final, que sí que se pagará en ‘papeles’. Los socios más grandes confían en que haya una cierta recuperación en bolsa mientras se finiquita el cierre de la transacción, que se espera para septiembre. 

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