Cierre previsto en 2022

Glovo elimina exclusivas para zanjar la compra de Foodpanda ante el regulador

Es la principal cesión que la startup española ha presentado a Competencia en Rumanía para convertirse en líder absoluto con una cuota de mercado dominante.

Glovo
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EFE

Glovo deberá ceder para comprar los activos de su socio mayoritario, Delivery Hero, en Rumanía. La startup española ha prometido que eliminará la exclusividad para los restaurantes que se conecten a su plataforma como restricción para que la autoridad de la competencia del país dé su visto bueno definitivo. La razón de este escrutinio es que la compañía dirigida por Óscar Pierre ganará mucho más tamaño en un mercado en crecimiento cuando se haga con la marca Foodpanda y todos sus negocios. El grupo alemán vendedor espera que la transacción quede definitivamente cerrada en el primer trimestre de 2022.

La adquisición tuvo lugar en el primer semestre de este año. En lo que ha resultado ser un ‘reparto’ de los diferentes mercados en los que estaban presentes, Delivery Hero y Glovo acuerdan la transacción de todos los negocios de la zona de los Balcanes en Europa. La primera quería salir de ahí para centrarse en Latinoamérica. La segunda adquiere los activos en Serbia, Bosnia, Montenegro, Bulgaria y Rumanía. Unos meses antes le había vendido a los alemanes todas sus filiales en territorio latinoamericano. En el caso de la primera transacción, todas las operaciones fueron cerradas en el mes de junio, menos Rumanía que exigiría de un proceso regulatorio más largo que ahora se está dilucidando.

La razón es que Glovo conseguiría ser aún más líder en el país después de adquirir el negocio de Foodpanda, no sólo vinculado a las entregas de comida y todo tipo de productos de consumo, sino también a las ‘cocinas fantasma’ (bajo la marca Pandamart). Esto le dejaba a una distancia enorme del segundo competidor, Bringo. La marca de Delivery Hero era la cuarta en discordia. “Había algunas preocupaciones sobre el poder de mercado que ganará con la transacción y el efecto que este tendría en sus competidores y en el acceso de los clientes”, asegura el regulador rumano. Por eso inició hace unas semanas un proceso de consulta pública, que ya está concluido, y en el que recibió todas las posiciones del resto de rivales.

Para tratar de plantear restricciones previas y así convencer al regulador, Glovo ha prometido que eliminará la obligación exclusiva a los restaurantes que estén en su plataforma, tanto en los contratos vigentes, como en los futuros. Es decir, ni se le exigirá que utilicen su plataforma para exhibir sus platos, ni deberán utilizar sus canales de pedidos, ni tampoco condicionará a través del contrato el nivel de comisiones pagadas por el servicio. Tampoco penalizará a los establecimientos que se unan a otros. Esto no es para siempre. Los compromisos tienen una duración de dos años desde la fecha de finalización de la transacción tras la autorización regulatoria. El Consejo de la Competencia revisará la evolución del mercado y podrá dar por terminada la ejecución antes de ese plazo.

Glovo busca crecer más en este mercado rumano en el que, pese a ser el líder, genera pérdidas importantes. En el año 2020, la filial del país registró unos 'números rojos' de 2,4 millones de euros. Bien es cierto que son un tercio de las apuntados en 2019, cuando ascendieron a 6,9 millones, siendo la que mayores problemas de rentabilidad había causado después lógicamente de España y Brasil. No hay cifras sobre el volumen total de negocio, pero según las cifras de la consultora Statista, estaría por encima de los 33 millones de euros al cambio respecto a ley rumano.

La operación en Rumanía forma parte del plan de Pierre y el equipo directivo de la española para ganar más peso en Europa. Tanto para hacerse con esos activos como con los del resto que vendió Delivery Hero en la región de los Balcanes puso sobre la mesa 170 millones de euros. En ningún momento se precisó si todo era en efectivo o incluía algún intercambio accionarial. “Europa Central y Oriental es una parte importante del plan”, aseguraba Pierre. Ese plan se centra en ser primero o segundo operador por ingresos en cada uno de los mercados.

Latinoamérica ha salido de esa hoja de ruta, después de que unos meses antes se deshiciera de todas las filiales allí -donde existe una durísima guerra comercial a base de descuentos y precios de compañías como la propia Delivery Hero o Rappi- y entregárselas a la propia Delivery Hero por 230 millones de euros. Con esa transacción se apuntaron unas plusvalías, según queda reflejado en sus cuentas anuales de 74,5 millones, pues el precio abonado inicialmente fue de 150 millones. La diferencia es el ‘earn out’ basado en el rendimiento económico y en unos hitos que a cierre de 2020 no se habían cumplido.

Mientras todo esto sucede en Europa del Este, Glovo mantiene un pulso con Trabajo en España -donde espera ganar más tamaño tras la salida de Deliveroo- después de la entrada en vigor de la llamada ‘ley rider’ y su decisión de mantener un modelo mixto con trabajadores por cuenta ajena y autónomos con algunos cambios en la relación contractual. Hace unos días se conocía una nueva multa por no regularizar el contrato de sus repartidores. La Inspección en Sevilla ha comunicado formalmente un acta de infracción por 6,1 millones de euros y una liquidación de cuotas impagadas de 2,4 millones por no contratar como empleados a 1.316 repartidores de la ciudad andaluza.

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