Take-Two refuerza su personal creativo en España con la adquisición de elite3d

El mundo de los videojuegos no deja de crecer. España se ha transformado en un país de diversos exponentes independientes como la compañía valenciana, pero de origen murciano, Codigames. Pero también ha ido sumando peso en ámbitos de crecimiento internacional tras la compra de Genera Games o Digital Legends. Otro gigante del sector que dobló su apuesta por el mundo ‘gamer’ español fue el gigante americano Take-Two (desarrollador de Grand Theft Auto: San Andreas) tras haber adquirido a la valenciana elite3d y años antes al estudio Social Point.

Meses después de aquella operación que realizó a través de la filial 2K, su consejero delegado, Strauss Zelnick, ha reafirmado la importancia de esta compra para la compañía y ha asegurado que durante el último trimestre de 2021 “aumentaron el talento creativo con la incorporación de más de 300 desarrolladores”. Aunque no se han revelado las cifras de este movimiento, la compañía afirmó que sumó a su plantilla todo el talento de elite3d y Roll7, el desarrollador de videojuegos británico que compró a través de su división privada de etiquetas editoriales.

La firma elite3d es un estudio especializado en el arte 2D y 3D para la industria de los videojuegos triple A, móviles y tabletas, razón clave por la que la americana decidió adquirirla con el objetivo de mejorar sus productos y sumar especialistas de este ámbito a su empresa. 2K también adquirió el estudio de desarrollo Turia Games S.L, que era copropiedad de los fundadores de elite3d. Su objetivo principal es transformar las oficinas de Valencia en la sede para 31st Union Studio y dejarla como un complemento de la sede central de California con la división de servicios globales de 2K.

El director ejecutivo de la americana Take- Two ha reafirmado la importancia de la compra de elite3d. Hace casi cinco años que también se hizo con el estudio catalán Social Point.

Pero esta no es la primera vez que el gigante de los videojuegos puso el foco en España. En 2017 desembolsó 250 millones de dólares (232 millones de euros) para comprar a la empresa catalana Social Point. El pago fue de 175 millones en efectivo y el resto en acciones. ¿El fin? Poder diversificar su negocio a través de los dispositivos móviles. La startup fundada por Horacio Martos, Andrés Bou y Mac Canaleta se ha especializado en este sector y creó juegos como Monster Legends o Dragon City.

Tras aquella compra el Zelnick indicó que con Social Point iban a diversificar “todavía más su negocio, ampliar su cartera de propiedad intelectual”, además de mejorar significativamente su posición en el mercado de videojuegos móviles gratuitos. Aunque el ‘boom’ de esta compra fue alto, tanto por el precio como por la adquisición en sí, en la última cuenta de resultados que ha presentado la americana, no hay registro de Social Point.

La 'guerra' continúa

Hace algunas semanas que la guerra de los videojuegos se hizo más fuerte. Es que el gigante norteamericano Microsoft adquirió por más de 69.000 millones de dólares (más de 60.000 millones de euros) a la compañía Activision Blizzard para ampliar su negocio y quedarse con gran parte de los videojuegos del sector y sumar la parte de hardware, con su negocio de videoconsolas Xbox. Aunque Tencent y Sony son más grandes, este último 'player' ha continuado con la batalla para sumar terreno y se hizo con el desarrollador de videojuegos Bungie por 3.200 millones y aseguró que los futuros videojuegos de su nuevo integrante sí podrán ser utilizados en otras consolas y plataformas.

En España ya se ha consolidado sobremanera el sector. De acuerdo al último informe publicado por la AEVI (Asociación Española de Videojuegos) el ecosistema 'gamer' facturó 1.747 millones de euros en 2020, aumentando un 18% respecto al año anterior. Además, tras el auge inversor del año pasado y en lo que va de este año, el sector ha captado 21,2 millones de euros. En 2021 el mismo Activision Blizzard compró el estudio Digital Legends Entertainment y un año antes la americana Scopely se hacía con el estudio sevillano Genera Games.