“Nosotros sacamos más dinero a cada cliente”. Estas fueron las palabras de Emilio Gayo, presidente de Telefónica España. Las pronunció este martes en la primera convención anual de la patronal de las ‘telecos’. El contexto: el enorme esfuerzo inversor hecho por la compañía para hacerse con todos los derechos del fútbol. ¿Cuánto ingresa la operadora por cada uno de sus clientes de televisión?
El año 2017 lo cerró con un ingreso medio mensual de cuotas de televisión de pago que ascendía a 34 euros por cliente (el total del último trimestre sumaba 104 euros). Es, con amplia diferencia, el dominador de la escena. Vodafone ingresa 14,3 euros y Orange suma 16,3 euros, según las cifras hechas públicas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La evolución de esa cifra en Telefónica ha tenido tres factores clave: la incorporación de todos los clientes del antiguo Canal+ con la compra de DTS (con tarifas altas para su plataforma), la distribución del fútbol en sus propios paquetes y las diferentes subidas de tarifas. En el último trimestre de 2014, antes de que sucedieran ambas cosas, Telefónica ingresaba apenas 106 millones de euros por sus 1,8 millones de clientes (56,3 euros por cliente). Dos años más tarde, el negocio es casi el doble.
Entre sus competidores, el escenario es variado. Vodafone, que en 2012 decidió suprimir sus servicios de televisión con los primeros paquetes para evitar la tasa para financiar RTVE, cerró el año 2014 con un ingreso medio por cliente de 14,07, casi calcada a la cifra actual. ¿Y Orange? Ingresaba apenas 7 euros por cuota de cada uno de esos usuarios de su televisión en aquel ejercicio (algo menos de la mitad de los últimos).
El dominio de Telefónica
Al margen de las rentabilidad por cliente, que en el caso de Telefónica está marcada por la ‘herencia’ de clientes del antiguo Canal+, el mercado está definido por un dominio aplastante de la operadora española. Sólo en el año 2017, según la CNMC, la ‘teleco’ sumó 1.600 millones de euros en cuotas de televisión de pago. Esa cantidad representaba una cuota de mercado del 81%.
Esa es justo la principal preocupación de los competidores de Telefónica ante la próxima comercialización de los derechos del fútbol en la próxima Champions League y La Liga a partir de 2019. Temen que ‘subvencionen’ su crecimiento en ingresos de todos los paquetes, precisamente recortando los ingresos procedentes de la televisión amparándose en esta posición de dominio. Y es justo la razón por la que este martes, tanto Vodafone como Orange han reclamado a Competencia que vigile cualquier movimiento de la operadora en su gestión de los derechos durante las próximas temporadas.
¿Cuánto representan estos ingresos respecto a lo que acaba de pagar por quedarse con todos los derechos del fútbol? A Mediapro le ha pagado 360 millones por cada una de las tres próximas temporadas. Y a LaLiga le ha abonado 980 millones por campaña. En total, 1.340 millones de inversión (en el caso de LaLiga, sin contar con el desembolso que acarreará su producción, al no ser recomprada a Mediapro). El fútbol se comería el 83% de todos los ingresos televisivos, que también dependen del pago de la producción propia y de los derechos de emisión de otros canales.
La partida de ajedrez de la ‘recompra’ de derechos
Al margen del escenario actual, Telefónica arranca ahora una negociación con Orange y Vodafone para la reventa de los derechos tanto de la Champions como de La Liga. Por ley, está obligado a ofrecer una parte de los contenidos, tras la adquisición de DTS. Pero para la operadora es clave que acudan a pagar por la emisión. Y no está claro que Vodafone lo haga.
Orange ya ha anunciado que tendrá fútbol para sus 385.000 clientes de televisión de pago. Vodafone no lo tiene claro y su CEO en España, Antonio Coimbra, dejó entrever que no hay mucha intención de acudir a la puja para ofrecérselo a sus 1,1 millones de abonados. ¿El efecto de un posible ‘no’ de los británicos? Telefónica vincula el ahorro neto de costes del 5% principalmente a ese desembolso de los competidores.
Queda todo el mes de julio de negociación entre todas las partes. La partida de ajedrez ha arrancado. Queda por ver su resultado final.
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