Bajo el foco del BCE

Abanca confía a Rothschild la entrada de socios financieros en Nueva Pescanova

La entidad gallega, dueña del 98% del grupo pesquero, trabaja con el banco de inversión en refinanciar el tramo de deuda senior por importe de más de 300 millones que arrastra la compañía.

Ignacio González, CEO de Nueva Pescanova
Ignacio González, CEO de Nueva Pescanova
Nueva Pescanova

Abanca ha contratado a Rothschild para pilotar la búsqueda de socios financieros que compren un porcentaje significativo de su participación en Nueva Pescanova, según distintas fuentes del mercado consultadas por La Información. La entidad, dueña del 97,76% de la compañía pesquera, también ha confiado al banco de negocios el proceso de refinanciación de deuda bancaria por importe de más de 300 millones que arrastra la empresa.

Los dos trabajos avanzan en paralelo bajo la atenta mirada del Banco Central Europeo (BCE). La deuda de Nueva Pescanova supera los 500 millones de euros y se ha convertido en un riesgo latente para el equilibrio financiero de Abanca, toda vez que la magnitud de la participación del banco gallego en el capital de la pesquera obligará a la entidad a consolidar el pasivo de su participada tarde o temprano.

Es por ello que, desde 2020, Abanca ha clasificado su participación en Nueva Pescanova como un "activo enajenable mantenido para la venta". Esta estrategia contable ha permitido al banco mantener la deuda de la pesquera fuera de su perímetro de consolidación y, de paso, sortear el cerco del supervisor bancario durante años. Pero la institución de Fráncfort ha empezado a impacientarse ante esta situación.

Abanca ha abierto la puerta a vender una parte de sus acciones, una operación que el banco está llevando a cabo con especial sigilo dada la estrecha vinculación y sensibilidad social que suscita la compañía pesquera en el territorio gallego. La idea con la que trabaja Rothschild pasa por incorporar a la empresa dos nuevos socios financieros que permitirían a Abanca reducir su posición en el capital por debajo de la barrera del 50% más una acción, tope que obliga a consolidar la deuda. El objetivo que persigue el banco es permanecer como máximo accionista de la compañía y repartir el paquete de acciones en venta entre los dos futuros socios.

Abanca busca aliados que renuncien a ejercer un papel activo en la gestión, algo que, a priori, deja fuera de las quinielas a los grupos industriales. Según las fuentes consultadas, Rothschild no orquestará un proceso competitivo al uso, sino que mantendrá negociaciones bilaterales con aquellos candidatos que considere oportuno. El objetivo preliminar pasa por obtener una valoración de 9 veces ebitda (beneficio bruto de explotación) -magnitud que ronda los 80 millones-, lo que permitiría a la entidad gallega captar unos 200 millones de equity (capital).

El objetivo preliminar de Abanca pasa valorar la empresa pesquera en el entorno de 9 veces ebitda para captar unos 200 millones de capital

Rothschild ya tiene listo el cuaderno de venta que repartirá entre los eventuales candidatos, según las mismas fuentes. Este mismo documento servirá de base para la operación de refinanciación en la que trabaja la pesquera de la mano del banco de inversión anglo-francés. Este segundo mandato abarca el tramo de deuda senior que arrastra el grupo por más de 300 millones de euros. 

Se trata de la deuda que no ha quedado en manos de Abanca, después de que la entidad gallega adquiriese la mayoría de las acciones propiedad de acreedores financieros, como Caixabank o Banco Sabadell, que en su día cambiaron deuda de la 'vieja Pescanova' por capital de la sociedad surgida de su reestructuración. Según fuentes del mercado, la gran banca española no está dispuesta a aportar nuevos fondos al grupo de alimentación. Así, Rothschild se encontraría en negociaciones con BNP Paribas, único candidato que, por el momento, ha mostrado disposición a suscribir un acuerdo de refinanciación. 

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