Negociaciones para la reestructuración

Abengoa renuncia a la ley Covid y alerta: irá a concurso si no hay acuerdo el día 14

Una modificación de la ley de mayo suspendió la obligación de solicitar concurso de acreedores hasta el 31 de diciembre. Pero de no lograr la reestructuración, la empresa no podría sobrevivir hasta entonces. 

Abengoa
Abengoa renuncia a la ley Covid y alerta: irá a concurso si no hay acuerdo el día 14.
EFE

Abengoa sigue negociando su reestructuración con la banca a marchas forzadas. La compañía que preside Gonzalo Urquijo trabaja en los dos escenarios posibles de forma paralela: conseguir el favor del sector financiero para salir adelante o presentar el concurso de acreedores. Para llevar a cabo esta segunda opción, la compañía contrató a Ramón y Cajal Abogados que tiene todo listo por si hubiera que ejecutar este paso. La situación de la compañía es tal que, de no conseguir el apoyo de la banca antes del próximo día 14 de julio, Abengoa no podrá tan siquiera aprovechar las ventajas de la modificación de la ley concursal y presentará el concurso de inmediato. 

Así lo confirman fuentes conocedoras a La Información que señalan que esta es la idea que maneja la dirección de la compañía, pues sería imposible continuar la actividad con la situación financiera actual que les impide, incluso, pagar la totalidad de las nóminas de la plantilla. Cabe recordar que el pasado mes de mayo, y por la situación derivada de la Covid-19, se modificaron varios apartados de la ley concursal para dar más margen a las compañías antes de obligarlas a presentar el concurso de acreedores.

En concreto, y de acuerdo con el texto de la citada norma, la modificación se basa en aplazar el deber de solicitud de concurso de acreedores previsto en el artículo cinco. Este cambio permite suspenderlo hasta el hasta el 31 de diciembre de 2020. En la norma existe una excepción para las empresas en las que se haya solicitado el preconcurso antes del 30 de septiembre de 2020 -situación a la que Abengoa no puede acceder al contabilizar patrimonio negativo-. Para ellas, la solicitud se hará dentro del mes siguiente a contar desde que hayan transcurrido tres meses desde la comunicación del preconcurso.

Abengoa, sin el plácet de la banca, no tiene músculo financiero para llegar a final de año, por lo que de no conseguir esta gracia antes del próximo día 14 de julio -fecha máxima que se ha marcado la compañía para ello-, el concurso será inminente. Para evitarlo, las negociaciones siguen a buen ritmo y tras el empujón del Gobierno, confirman fuentes financieras, todo parece apuntar a que entidades financieras como Bankinter, Caixabank o BBVA darán un paso al frente para salvar la compañía. 

La compañía, especializada en sectores regulados como el agua o la energía, ha solicitado en el seno de su plan de reestructuración una nueva línea de liquidez de 250 millones de euros, 300 millones más en avales que les permitan acometer nuevos proyectos e imporantes quitas de deuda y capitalizaciones. Estas peticiones, para poder salvar la compañía, deben ser aceptadas en su totalidad, ya que se trata de un plan que no permite soluciones intermedias, sino que precisa de un acuerdo global y de carácter estructural que asegure la continuidad del actual proyecto industrial.

Para poder conseguirlo, además del apoyo de las entidades financieras, Abengoa contará con el respaldo del Estado, más allá de las facilidades que está poniendo el Gobierno de Pedro Sánchez para facilitar el acuerdo. En concreto, participará con hasta un 50% de los avales que se aportarán a través del CESCE, la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, y aportará liquidez a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), confirman fuentes financieras. 

Pero esta reestructuración no es la primera a la que hace frente la compañía en los últimos años. En apenas cinco se han llevado a cabo otras dos, una en 2017 y otra en 2019. En ellas se han invertido importantes recursos públicos -incluyendo la toma de una participación directa por parte del Estado- y privados. Este, junto a la delicada situación social en la que quedarían 30.000 trabajadores directos e indirectos en todo el mundo, sería uno de los argumentos que se estarían poniendo sobre la mesa para que, una vez más, se aúnen fuerzas y se evite el concurso de acreedores. La compañía sigue remando a contracorriente para antes del día 14 de julio, como señalaron al regulador, conseguir una solución. 

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