Abengoa reconoció en sus cuentas que Benjumea "renunció" y no fue cesado

  • El fiscal recuerda que su contrato solo le daba derecho a cobrar si era destituido por el consejo, pero no si su salida hubiera sido voluntaria
Imagen de Felipe Benjumea
Imagen de Felipe Benjumea
EFE

Los estados financieros de Abengoa presentados el 30 de septiembre de 2015, solo siete días después de la salida de Felipe Benjumea, reconocieron que el ex máximo ejecutivo de la compañía presentó "su renuncia" como presidente y consejero. Así lo ha manifestado el fiscal José Perals durante su alegato final en el juicio por las millonarias indemnizaciones que recibió el expresidente y el ex consejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, en el que ha pedido la condena de ambos. El documento, según el Ministerio Público, demostraría que la energética simuló su destitución con el único objetivo de que se embolsara 7 millones de euros del total de 11,4 que cobró. Esa cantidad no le habría correspondido de marcharse voluntariamente.

El documento ha sido revelado durante su informe, en el que ha solicitado la condena de los cinco acusados -Benjumea, Sánchez Ortega y los tres miembros de la comisión de retribuciones que propusieron sus pagos-. El consejo de administración destituyó al expresidente el 23 de septiembre, pero solo una semana después, reflejó en ese informe que no había sido un cese sino una "renuncia". Los siete millones que cobró por ello le correspondían únicamente por "cese anticipado", según su contrato de alta dirección, pero en ningún caso por dejar voluntariamente ese cargo.

Basándose en ese documento, entre otros, Perals ha mantenido que, en realidad, "no era necesario que Benjumea fuera cesado en la presidencia". El presidente, según el análisis del fiscal, "vio que su salida era necesaria porque se lo había recomendado un banco [el Santander], pero consideró que era bueno para él pero no para la empresa salir con esa cuantiosa indemnización". El Ministerio Público, además, ha mantenido que, pese a esa recomendación, que Benjumea presentó como "una condición inexcusable" para el rescate de la empresa, el expresidente se quedó como asesor cobrando lo mismo que venía percibiendo, una cantidad que superaba la que cobraba su sucesor como presidente, José Domínguez Abascal.

Vestir de "cese" lo que en realidad debió ser una "renuncia" fue posible, según Perals, porque gran parte de los miembros del consejo de administración de Abengoa fueron propuestos por Inversión Corporativa, la sociedad del propio Benjumea con la mayoría de las acciones. El fiscal ha recordado que en el contrato de aseguramiento de la ampliación de capital de la compañía que se firmó con los bancos el día de su salida, no recogía esta como condición pese a que si se impusieron otros cambios en el gobierno corporativo de la sociedad, como la salida de tres consejeros de Inversión Corporativa.

Perals ha señalado que tanto Benjumea como Sánchez Ortega (que cobró 4,4 millones por una cláusula de no competencia pero también siguió en la empresa como asesor) conocían que la situación de la compañía era "crítica". Y no solo por la reducción de los créditos para sus inversiones en Brasil sino por hechos muy anteriores como la caída de los precios del petróleo, el cese de las ayudas a las energías renovables o la mala situación de algunas de sus filiales como  Abengoa Bioenergía o Abengoa Solar. "Tenían conocimiento de la situación de la empresa y pese a ello aprobaron sus contratos y cobraron las indemnizaciones", ha mantenido el Ministerio Público.

Otro de los indicios contra ellos reseñados por la acusación pública es la rapidez con la que se producen los hechos. Los contratos mercantiles que les dieron derecho a sus resarcimientos se firmaron el 23 de febrero de 2015. Sánchez Ortega presentó su renuncia solo dos meses después, en abril, y Benjumea fue destituido formalmente el 23 de septiembre. Solo dos meses después de su salida, la empresa presenta el preconcurso. "Todo ocurrió en solo siete meses", ha subrayado Perals para subrayar que era "imposible" que los dos máximos ejecutivos de Abengoa no conocieran la mala marcha de la empresa. 

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