La prisa de Abertis con Hispasat: afronta 1.900 millones de deuda en solo un año

  • El salvavidas de la venta a Red Eléctrica permitirá a la compañía pagar y refinanciar parte de las obligaciones que vencen en los próximos meses.
Abertis, nuevo consejo de administración tras tomar su control ACS y Atlantia
Abertis, nuevo consejo de administración tras tomar su control ACS y Atlantia
ABERTIS

El acuerdo de Abertis para la venta de Hispasat a Red Eléctrica justo antes de la convocatoria de elecciones no parece ser casual. Unas negociaciones avanzadas y la prisa de la cúpula de Abertis para 'quitarse del medio' la compañía de satélites ante la posible incertidumbre política que pudiese llegar, tenía un motivo claro. La concesionaria tiene encima una deuda de más de 16.000 millones de euros, de los cuales 1.900 millones vencen en los próximos meses, según los datos de las cuentas de la compañía a 31 de diciembre de 2018. 

Un 'deadline' que obligaba a Florentino Pérez y Giovanni Castelucci a vender Cellnex e Hispasat -ya había llevado a cabo la enajenación de la primera en marzo- para cumplir con los compromisos de la banca y no ahogarse en la deuda de una enemistada concesionaria. El salvavidas de la venta a Red Eléctrica permitirá a la compañía pagar y refinanciar parte de las obligaciones que vencen ahora, pero no resolverá la situación de la firma, agravada por las diferencias que han surgido entre las dos compañeras de opa y que dificultan el matrimonio a largo plazo que preveían Florentino y Castelucci.

De los primeros 1.900 millones que vencen, 601 se corresponden con préstamos y los 1.298 restantes con obligaciones de pago. Las mayores cantidades de créditos con un vencimiento más cercano son aquellas que se corresponden con la matriz Abertis y con sus filiales española, francesa y brasileña, tres de los países en los que tiene más presencia. En cuanto a las obligaciones de pago, los mayores deudores son la propia Abertis, y sus divisiones en Italia y Brasil. 

De hecho, este es un problema enquistado ya que, según la misma documentación, solo en 2019 debe hacer frente al pago de 617 millones de euros en concepto de intereses en base a la deuda contraída hasta diciembre de 2018. Más exactamente, el tipo medio ponderado al que ha hecho frente durante este ejercicio ha sido del 3,73%, 0,3 puntos porcentuales menos que en 2017. 

Pese a todo ello, durante este 2018 Florentino y Castelucci han llevado a cabo varios movimientos con la deuda de la compañía. En primer lugar, durante "el ejercicio se han llevado a cabo distintas operaciones de financiación que han supuesto nuevos recursos para el grupo por importe neto de 1.279 millones", señalan las cuentas, "destinados a atender parte de los vencimientos de la deuda que han ocurrido durante el ejercicio de 2018". Un primer salvavidas que tuvieron que coger nada más llegar a la compañía. 

Del mismo modo, se ha "refinanciado deuda por un importe de 2.878 millones", señala la documentación. Hay un detalle que llama la atención. Tal y como reconoce la propia empresa, el 82% de la deuda contraída era a cierre de año "a tipo de interés fijo o fijado a través de coberturas". En cambio, según se detalla, "toda esta nueva deuda" -contraída durante 2018 con fecha de vencimiento en 2024 y 2025- "se ha cerrado a tipo variable", un gesto que no deja de resultar extraño con la subida de tipos sobrevolando. 

Sin cambios en la cúpula

ACS y Atlantia desembarcaron hace ya meses en el capital de Abertis y, sin embargo, no han llevado a cabo una revolución en su gestión. Al contrario. Han mantenido el equipo directivo, incluso, a su primer espada. José Aljaro se ha reforzado como primer ejecutivo a pesar de que no llegó a la cúpula encarnando el cliché de fichaje de relumbrón. Hombre de la casa, se afianzó en el cargo hace ahora un año cuando Francisco Reynés, del que era su mano derecha, dio el salto corporativo para convertirse en presidente ejecutivo de Naturgy.

De perfil bajo, Aljaro ha mantenido los mimbres de la antigua Abertis previa a ACS y Atlantia. Prácticamente la misma compañía, con distinto dueño, salvo por la reciente y aún por cerrar venta de Hispasat a Red Eléctrica y la de Cellnex hace solo unos meses. 

Hasta ahora, ACS y Atlantia han ejercido el poder, sobre todo, con un reparto de fichas en la más alta cúpula. El número dos de Florentino Pérez (y llamado a su sucesión en la constructora) Marcelino Fernández Verdes, encarna la presidencia no ejecutiva; y Atlantia tiene 'tomados' dos de los tres puestos como vocales del consejo de administración. El tercero es para otro hombre de Florentino, Pedro López Jiménez. Una división que no augura un matrimonio duradero como consecuencia de los últimos sucesos.

La venta de Hispasat, clave para el futuro

La venta de Hispasat era clave para el futuro de la compañía y su financiación. El antecesor de Jordi Sevilla -presidente de la firma de satélites-, José Folgado ya había pactado los términos esenciales de la transacción, que permitía al gestor de la red, controlado por el Estado (en un 20% del capital) a través de la SEPI, diversificar su negocio. Las bases estaban sentadas. 

El 'miedo' a un nuevo cambio de gobierno que pudiese dinamitar el acuerdo hizo que en Abertis, que necesitaba vender para poder hacer frente a su deuda, se encendiesen todas las alarmas y comenzase la presión para hacer efectiva la venta que se acordó hace solo unas semanas. 

La concesionaria minimizaba así su riesgo y, según declaraba a la CNMV, este movimiento le ayudaría a seguir "en línea con su estrategia de focalización sectorial con el objetivo de convertirse en un operador puro de autopistas".

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