Por la Covid-19

Abril-Martorell previene de un recorte de costes en Indra tras retirar el ERTE

El presidente de la compañía apuesta por una mejora de la competitividad en el corto plazo para después abordar una revisión estratégica.

El presidente de Indra previene de recortes de gastos por la Covid-19.
El presidente de Indra previene de recortes de gastos por la Covid-19.
Indra

La crisis del coronavirus ha removido los cimientos de las grandes empresas españolas. Indra es una de ellas. Y en este contexto, la tecnológica, participada en un 18% por el Estado, tiene sobre la mesa un recorte de costes en el corto plazo para tratar de mejorar su competitividad. Así lo expuso el presidente de la compañía, Fernando Abril-Martorell, a sus accionistas en la junta general de este jueves. Estas medidas de ajuste se producirán para combatir los efectos de la crisis del coronavirus, que ha implicado una "intensa contracción" de la actividad de sus clientes y un potencial retraso en algunos de los proyectos. 

Esta decisión se basa en un contexto marcado por las dificultades que atraviesan buena parte de los clientes de la cotizada española. Pese a que el sector TIC tiene una mayor capacidad de resistencia a este tipo de impactos que otros más 'tradicionales', la rentabilidad se ve "muy afectada por el parón", reconoce Abril-Martorell. Muchos de los servicios que presta son "imprescindibles" para compañías y administraciones, pero en el centro de operaciones de Alcobendas (Madrid) temen una mayor presión a la baja en los precios, que se sumaría a los "cambios estructurales" en la demanda de soluciones tecnológicas. Por contra, su cliente tipo tiene un gran tamaño por lo que sufrirá esta crisis "pero no va a desaparecer". Es decir, el negocio seguirá estando ahí para explotarlo.

Uno de los más importantes 'graneros' de ingresos para la compañía es la contratación pública en segmentos como el Transporte o Defensa. Y estas administraciones públicas están, como admite su primer ejecutivo, "muy expuestas" a diferentes recortes presupuestarios -para cuadrar las cuentas tras un importante esfuerzo fiscal para afrontar el coronavirus- o a los retrasos en los diferentes proyectos ya aprobados. Pero como contrapartida, este tipo de contratos son de muy larga duración y, por tanto, hay una cierta estabilidad a más años vista. Pero el potencial impacto en las ventas está en el corto plazo.

El impacto en el negocio de Indra se verá, principalmente, en el resultado de este segundo trimestre del año. En el primero el impacto fue "limitado" y se concentraba sobre todo en la división de Transporte y Defensa, en forma de retrasos de algunos proyectos. Sea como sea, el objetivo último de este paquete de recortes por parte del el equipo de Abril-Martorell es una mejora de la competitividad de la empresa para prepararla ante los nuevos retos de los próximos trimestres. "Debemos actuar a corto plazo sobre nuestra eficiencia y competitividad, perjudicadas por el impacto de la crisis", apunta. En este sentido, alude a la idiosincrasia de la compañía: parte de los trabajos contratados y ejecutados en geografías seriamente afectadas por la crisis de la Covid-19 se llevan a cabo desde España y con personal local, por lo que tiene "un efecto multiplicador en nuestras cuentas".

Hace ahora tres meses, a principios del pasado mes de abril, la cotizada planteó un giro y retiró la propuesta de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para su plantilla y la rebaja de salario después de las críticas de los sindicatos. Lo que sí que mantuvo fue, según hizo público, la rebaja en los emolumentos del equipo directivo. Tras esta decisión, dijo que mantendría un canal abierto de comunicación con los representantes de los trabajadores en España con el fin de compartir la evolución de la empresa "en la confianza de que en el momento que sea necesario apoye las decisiones que se deban tomar".

En principio, el equipo directivo no tiene entre sus planes un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ni un despido colectivo, tal y como reconocen fuentes conocedoras a La Información. El último ajuste de plantilla importante tuvo lugar en el año 2016, cuando se ejecutó un ERE para un máximo de hasta 1.750 empleados. Posteriormente ha habido planes menores de prejubilaciones. La plantilla a cierre del primer trimestre del año bajaba ligeramente de los 50.000 empleados y suponía una primera caída tras varios periodos de subidas tras integrar las diferentes adquisiciones -entre ellas la del grupo SIA- y el crecimiento.

Estos ajustes a corto plazo se van a combinar con cambios más profundos de cara a los próximos años y una revisión estratégica. "No podemos confiar en una recuperación ni rápida ni fácil", advierte Abril-Martorell a sus accionistas. De hecho, según sus propias previsiones, quedan trimestres en los que habrá una contracción de la actividad pero, sobre todo, habrá una redefinición de los modelos y una aceleración de tendencias como la digitalización, la automatización de procesos o el abandono progresivo de infraestructuras físicas por las digitales. "Tenemos que preguntarnos cómo mantener la creación de valor y actuar en consecuencia", apunta.

Oportunidades de futuro

Pero, precisamente, a la luz de todos esos cambios tecnológicos, identifican varias oportunidades digitales que podrían tirar de los ingresos durante los próximos trimestres y años. Señalan al sector de la movilidad, con soluciones que la hagan mucho más flexible; la seguridad, o la transformación digital en otras áreas como la banca y el resto de entidades financieras. En estas líneas de actividad han llevado a cabo en los últimos tiempos varias adquisiciones de compañías para mejorar sus capacidades. Entre ellas se encuentran el Grupo SIA, en la que invirtió casi 73 millones de euros a principios de este año para reforzar su división de ciberseguridad; Paradigma, por la que pagó casi 60 millones de euros (más hasta 30 millones por el 'earn out') para consolidar su área de consultoría para la digitalización, o la fintech Afterbank

Esas oportunidades están ahí pero desde la compañía entienden que aún hay una incertidumbre grande para lo que queda de año, por la crisis del coronavirus. "Hay elementos de incertidumbre por la profundidad y la duración de la crisis", advierte Abril-Martorell. Por ello, aún no han ofrecido una previsión de ingresos y beneficio para lo que queda de ejercicio, después de que en mayo decidiera retirar la que habían comunicado al mercado. Mientras dilucidan cuánto puede durar y su impacto real, preparan ajustes a corto plazo.

Mostrar comentarios