La tierra prometida para la gran empresa

Acciona, ACS, Iberdrola... Duelo español por conquistar 'El Dorado' australiano 

Aun estando en las antípodas de España, la economía de Australia se ha convertido en el nuevo objetivo de las grandes compañías, que luchan en nuestro país por no morir de inanición debido a la falta de actividad.

Hochtief (ACS) logra obras en minas de Australia por 333 millones de euros
Acciona, ACS, Iberdrola... Australia es la tierra prometida de la empresa española

Australia es sinónimo de oportunidades. Aun estando en las antípodas de España, la economía australiana se ha convertido en el nuevo objetivo de las grandes empresas, que luchan en el territorio español por no morir de inanición por falta de actividad.

Pese a la distancia económica y la diferencia cultural, Acciona, Naturgy, Iberdrola, ACS o Navantia se han convertido en la punta de lanza de la aventura española en una tierra próspera y que goza de unos niveles de endeudamiento tan bajos que permite la expansión inversora sin hipotecar unas cuentas saneadas.

La lucha por las infraestructuras

Acciona se encuentra a la cabeza en cuanto a los proyectos materializados en el país. Su cartera de negocios alcanza los 2.500 millones de euros en proyectos que van desde las infraestructuras ferroviarias, transporte por carretera, metro o grandes infraestructuras hidráulicas, como la presa de Rookwood en Queensland. Acciona trabaja en Australia desde 2002, algo que le ha valido para consolidar al país como el principal mercado internacional de infraestructuras para el grupo. La apuesta australiana le ha permitido adquirir recientemente la cartera de proyectos de Lendlase Engineering por 99 millones de euros. Con motivo de esta operación, Bede Noonan, director general de infraestructuras en Australia y Nueva Zelanda, señaló que Acciona "se convierte en uno de los principales constructores australianos". La frase, además de ser cierta, reporta jugosos beneficios para la rama australiana de Acciona.

En dura competencia, la filial australiana de ACS, Cimic, se está centrando en la construcción urbana como pilar fundamental de su negocio. En agosto, la empresa controlada por Florentino Pérez anunció la adjudicación de varias instalaciones en Brisbane, Queensland, que se unen a la ampliación y remodelación del hospital de Nepean, en Kingswood, por un valor de 380 millones de euros. Brisbane parece ser la ciudad amuleto de ACS en la zona, puesto que, apenas unos meses antes, a través de otras filiales, se adjudicó parte del metro en un contrato valorado en un total de 3.400 millones de euros. Australia es, tras Estados Unidos, el mercado más importante de ACS en el mundo y supone el mayor crecimiento geográfico de la constructora en el último año.

Si Brisbane es talismán para ACS, Nueva Gales del Sur lo es para CAF. En 2019, los de Beasain se llevaban al bolsillo un contrato para el mantenimiento de los nuevos trenes que la empresa pública Transport for New South Wales licitó para un periodo de 15 años y un importe cercano a los 500 millones de euros. El acuerdo supuso una nueva pica en Australia para las empresas españolas en el otro lado del mundo.

Próximamente, los nuevos tramos del metro de Sídney, la madre de todas las obras en Australia, serán adjudicados. ACS, Acciona y Ferrovial concurren como finalistas para competir por una megaconstrucción valorada en 4.000 millones de euros. Hacerse con cualquier nuevo tramo supondrá una lucha entre las tres para salvar las cuentas del coronavirus en España.

ACS, Acciona y Ferrovial concurren a los nuevos tramos del metro de Sídney, la madre de todas las obras en Australia

Competencia en energía

A finales de 2019 Iberdrola entró con fuerza en el mercado australiano con la construcción de una planta híbrida solar y un parque eólico con una capacidad de 320 megavatios. La inversión asociada a este proyecto fue de 310 millones de euros en el Estado de South Australia. Una cifra que se une a los más de 650 megavatios renovables con los que cuenta la compañía de Ignacio Sánchez Galán y que la convierten en un referente en cuanto a la generación renovable en el continente. La apuesta de Iberdrola le ha llevado a lanzar una OPA amistosa sobre Infigen, por la que la española contará con una presencia del 72,76% sobre la renovable australiana en su consejo de administración.

La energía parece actuar como reclamo para la presencia de empresas españolas. Recientemente, Naturgy ha incrementado su presencia en Australia a través de Global Power Generation (GPG) en la que coparticipa, al 75%, con el fondo soberano KIA para construir un parque eólico de 107 megavatios en el Estado de Victoria con una inversión de 131 millones de euros. El proyecto irá acompañado de un programa de almacenamiento de baterías de 20 Mw.

El parque eólico supone la cuarta inversión de Naturgy en el país, sumando un total de 600 Mw, a los que podría sumar otros 400 Mw próximamente. De realizarse, la energética se convertirá en uno de los principales operadores renovables en Australia, rivalizando directamente con Iberdrola en un duelo español por alzarse con el dominio de la energía limpia en el país.

Negocios en Defensa

Las oportunidades se extienden también al sector de la defensa. El Gobierno australiano anunció una macromillonaria inversión de 60.000 millones de euros para el desarrollo de su Armada. La preocupación por la política expansionista china llegó a Canberra en forma de contratos destinados a reforzar sus capacidades navales. Fruto de esta inquietud fueron los acuerdos estratégicos de mantenimiento con Navantia Australia para que los actuales buques en servicio, construidos, así como los futuros, se realicen por parte de la filial española. La relación con el país se remonta a comienzos de 2000 y ha permitido el diseño de destructores AWD (buques antiaéreos), dos buques anfibios y 12 lanchas de desembarco, así como dos buques de aprovisionamiento logístico. La actividad de Navantia llevó a la creación, en 2012, de su filial en el país.

Sin embargo, la aventura australiana de Navantia no sirvió para hacerse con el diseño, construcción y el mantenimiento de nueve fragatas antisubmarino. Un contrato que habría supuesto 22.200 millones de euros para las arcas de la naviera española y que, finalmente, se llevó la británica BAE Systems, en una licitación marcada por las negociaciones bilaterales entre Reino Unido y Australia para la consecución de un acuerdo comercial entre ambos países.

Australia pasó la primera ola del coronavirus casi indemne. Incluso con medidas de restricción, el país sumó un total de 11.441 casos y apenas 119 fallecimientos hasta julio. Sin embargo, la segunda ola de la Covid-19 se ha convertido en un incipiente tsunami. El Gobierno ha impuesto severas restricciones al tránsito aéreo, toques de queda y medidas de confinamiento para frenar los más de 25.000 casos acumulados desde esa fecha y unos fallecimientos que se han multiplicado por cinco desde entonces.

Tampoco ha escapado de los efectos económicos. A comienzos del mes de septiembre y por primera vez en 30 años, Australia entraba en recesión. Entre abril y junio el país sufrió una caída del 7% en el PIB. Aún lejos de las escalofriantes y preocupantes cifras de Europa, los australianos afrontan la recuperación con optimismo, confiados en las bonanzas de un ingente plan de infraestructuras que, desde 2017, prevé destinar 50.000 millones de euros para proyectos claves en el desarrollo de infraestructuras energéticas, de transporte y de la defensa.

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