Acciona ha sido seleccionada como licitador preferente para desarrollar el sistema de transporte urbano en Auckland, en Nueva Zelanda, por un importe de 700 millones de dólares neozelandeses (400 millones de euros). La obra, en consorcio con el grupo local Fletcher, supone la construcción de carriles para autobuses y bicicletas que acorten los tiempos de desplazamiento, la reducción del tráfico, además de otras obras, con la previsión de finalizar los trabajos en 2025.
La empresa española llevará a cabo las últimas tres fases de las cuatro en las que se había dividido el proyecto llamado Eastern Busway, cuyo valor total alcanza los 1.400 millones de dólares neozelandeses (alrededor de 800 millones de euros). La reforma de infraestructura es una de las iniciativas para mejorar las conexiones en la ciudad, entre los barrios de Panmure, Pakuranga y Botany. Acciona y Fletcher contarán para el desarrollo del proyecto con dos de las principales empresas de infraestructuras estadounidenses, Aecom y Jacobs, que actuarán como empresas auxiliares.
La compañía española repite alianza con Fletcher después de que en 2016 ambas se adjudicaran el contrato de construcción y gestión durante 25 años bajo la fórmula de colaboración público-privada (PPP) de la autopista entre Puhoi y Warkworth, al norte de Auckland, lo que supuso el primer proyecto de Acciona en Nueva Zelanda.
El proyecto apunta a la ampliación de 18,5 kilómetros en cuatro carriles de la Autopista del Norte (State Highway 1) desde los túneles de Johnstone Hills hasta el norte de Warkworth, abarcando su diseño, construcción, financiación, operación y mantenimiento. Además, Acciona dejará que la corporación francesa Alstom se haga cargo de la llamada Operación del Metro.
Acciona desembarcó en Australia en 2002 y defiende ser "uno de los principales protagonistas del mercado de infraestructuras de Oceanía". La compañía cerró recientemente el proceso de adquisición de la mayor parte de la cartera de proyectos de Lendlease Engineering, la cual, junto con nuevos proyectos ganados en los últimos meses en este país, ha supuesto aumentar la cartera australiana de infraestructuras hasta más de 2.720 millones de euros, con una variada gama de contratos del sector público y privado.
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