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ACS se anotará 2.300 millones de Cobra y elevará a 2 euros el dividendo de 2021

La constructora ha logrado una plusvalía neta de 2.900 millones con la venta de sus servicios industriales a Vinci, de los que el grupo tiene previsto reservar una parte en previsión a posibles eventualidades.

El presidente de ACS, Florentino Pérez
El presidente de ACS, Florentino Pérez
EFE

El acelerón final de ACS para cerrar la venta de Cobra a Vinci antes de 2022 ha concedido a la constructora margen suficiente para ser más generosa con sus accionistas. La compañía que preside Florentino Pérez tiene previsto anotarse 2.300 millones de euros por las plusvalías del traspaso de su filial de servicios industriales. En paralelo, el grupo prepara una mejora del dividendo de 2021 hasta los 2 euros, según fuentes próximas consultadas por La Información.

El consejo de administración del grupo constructor acordó el pago de un dividendo flexible a cuenta de 2021 de 0,468 euros o la entrega de un nuevo título de la compañía por cada 50 antiguos. Así lo comunicó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hace una semana. En consecuencia, fuentes del mercado confían en que el dividendo complementario, que se hará efectivo en julio, puede alcanzar los 1,532 euros. Todos estos extremos deberán ser ratificados en la próxima junta general de la compañía.

La compañía informó al mercado del cierre de la venta de Cobra por 4.902 millones de euros el pasado 31 de diciembre. La empresa detalló en un hecho relevante remitido a la CNMV que el grupo había obtenido una plusvalía neta no inferior a 2.900 millones por esta operación. La intención de ACS de anotarse solo 2.300 millones en plusvalías en los estados financieros del pasado ejercicio permiten suponer que la compañía se reservará los 600 millones restantes en previsión a posibles eventualidades, mientras que buena parte del total sustentará la mejora de la retribución al accionista.

La firma 'in extremis' de la escritura pública de compraventa de Cobra ha permitido a ACS poner el broche a un buen año, donde los resultados del grupo se vieron reforzados por la recuperación de todas sus áreas de negocio tras la pandemia. El impacto de la operación se reflejará ya en los estados financieros de 2021, donde las plusvalías, incluso descontando impuestos y los 600 millones que quedarán en la 'reserva', superarán los beneficios operativos de la constructora.

En 2020, ACS registró un beneficio de 574 millones de euros, un 40,3% menos que el año anterior debido a la crisis sanitaria y económica del coronavirus, cuando el resultado del grupo fue de 962 millones de euros. Al cierre del primer semestre de 2021, el grupo ganó 351 millones de euros, un 4,8% más que en el mismo periodo del año anterior, impulsada por la buena trayectoria del tráfico en las autopistas de su concesionaria Abertis.

Precisamente es en el campo de las concesiones donde ACS ha centrado el foco. Una vez cerrada la venta de Cobra, de la que solo queda pendiente la segregación (carve out) a favor de ACS de ciertos activos, la compañía que dirige Florentino Pérez tiene ahora más músculo para reforzar su peso en concesiones de infraestructuras. La constructora está buscando nuevas oportunidades en el mercado internacional después de perder el tren de Autostrade (ASPI), el gigante italiano de autopistas de peaje que la familia Benetton sacó a la venta la pasada primavera y en el que ACS llegó a mostrar su interés comprado sin llegar a presentar una oferta formal.

ACS busca poner la pica en las autopistas de EEUU mediante la adquisición de minorías potentes que otorguen al grupo cierto control sobre sus participadas

ACS se resiste a ofrecer más detalles sobre a qué destinará los casi 5.000 millones de la venta de Cobra, pero la compañía sí ha definido su estrategia de puertas para adentro. La hoja de ruta de la compañía pasa por extender el 'modelo Abertis' con la adquisición de minorías potentes que otorguen a la cotizada del Ibex 35 una posición de control en sus nuevas participadas. A nivel geográfico, la prioridad del grupo es 'poner la pica' en las autopistas de Estados Unidos, donde el potente plan de infraestructuras del presidente Joe Biden ha cautivado al gigante español.

El mercado espera que la compañía informe sobre cuál será el destino de los 5.000 millones de la venta de Cobra (a los que hay que sumar un pago variable de hasta 600 millones) antes de la próxima junta de accionistas, según varias fuentes financieras. Además de la inversión en concesiones, ACS ha dado muestras de su fuerte apetito en renovables. Más allá de operaciones concretas, la compañía está inmersa en un cambio de rumbo que aspira a romper el corsé atribuido al segmento constructor para integrarse cada vez más en el de los grandes grupos de concesiones, donde los inversores ven con buenos ojos mayores niveles de apalancamiento. 

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