El presidente ejecutivo de ACS, Florentino Pérez, confirmó la semana pasada al mercado que el grupo constructor tendrá nuevo consejero delegado antes de que acabe el año. La incorporación del nuevo CEO pone a la compañía en un dilema desde el punto de vista de su modelo de gobernanza, pues obliga a ACS a ensanchar el consejo de administración a 16 vocales, por encima del máximo que marca el código de buen gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La determinación de ACS de cerrar este año la vacante que dejó el cese de Marcelino Fernández Verdes como consejero delegado y su salida del consejo en marzo de 2021, obliga a la compañía a sumar un asiento adicional a su órgano de gobierno, en tanto que el mandato de todos sus vocales está en plena vigencia. Según el reglamento interno, los consejeros de ACS renuevan por periodos de cuatro años Los vocales que presentan los mandatos más antiguos, entre ellos el propio Florentino Pérez, no tienen que renovar hasta mayo del próximo año, ya que fueron ratificados en 2019.
El actual presidente de Cimic, Juan Santamaría, será quien estrene galones como nueva 'mano derecha' de Florentino Pérez, según fuentes próximas a la dirección de ACS consultadas por La Información. El presidente del grupo se abstuvo de dar nombres en la presentación de los últimos estados financieros de la sociedad el pasado viernes, aunque sí confirmó que el nombramiento se cerrará en la próxima junta de accionistas, que el grupo celebrará en el mes de mayo.
El consejo de ACS tiene previsto aprobar a Santamaría como CEO en una reunión que celebrará a finales de marzo, según las fuentes consultadas. Con esta decisión, la compañía resolverá la situación a la que abocó la salida de Fernández Verdes quien, pese a abandonar la matriz, sigue vinculado al grupo al mantener sus cargos al frente de la filial alemana Hochtief y del negocio concesional Abertis. Este giro reforzó los poderes de Florentino al frente de la constructora en un momento en el que las autoridades bursátiles han reforzado sus exigencias respecto a la separación de poderes dentro de las grandes corporaciones del mercado europeo.
La recomendación de la CNMV marca que el consejo de las cotizadas no debe tener menos de 5 vocales ni superar los 15. De acuerdo con el supervisor, este umbral es el adecuado para que el máximo órgano de gobierno desempeñe "eficazmente sus funciones con la suficiente profundidad y contraste de opiniones", en tanto que permite la participación de todos los consejeros y la agilidad en la toma de decisiones.
El cese de Fernández Verdes como CEO de ACS concentró todos los poderes en Florentino Pérez, una situación que la compañía espera resolver este año
La compañía tiene una vía alternativa a la ampliación del número de vocales. El consejo de administración de ACS podría forzar la dimisión de uno de sus miembros, una opción que no está exenta de complicaciones, pues choca con los propios estatutos sociales de la compañía. Según las fuentes consultadas, esta opción es improbable. La futura designación de Santamaría como CEO, que avanzó 'El Confidencial', aboca a una ampliación del número de consejeros que choca con el criterio del supervisor bursátil.
El primer ejecutivo de ACS también hizo alusión a otros cambios en el modelo de gobernanza del grupo. Florentino adelantó que la hoja de ruta de la compañía aspira a elevar el peso de los consejeros independientes en su máximo órgano de gobierno. A día de hoy, de los 15 miembros que componen el consejo, cinco son independientes, lo que supone un 33,3%, porcentaje que supera el umbral mínimo que recoge el citado código de buen gobierno de la CNMV.
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