Mejora en el 'top 10'

Aena esquiva la crisis rusa y saca ventaja entre los grandes aeropuertos europeos

Barajas y El Prat escalan posiciones frente a Heathrow o Múnich durante las primeras semanas desde el estallido de la invasión sobre Ucrania. 

Un avión despega y al fondo la torre de control durante la presentación de la remodelación y ampliación del Aeropuerto de Sevilla, a 3 de marzo de 2022 en Sevilla (Andalucía, España)
Un avión despegando en la ampliación del Aeropuerto de Sevilla
EP

La redefinición del espacio aéreo tras la invasión de Rusia sobre Ucrania está teniendo efectos en las aerolíneas y en las operativas de los aeropuertos de Europa. Las consecuencias son diversas, desde el descenso de operaciones por las restricciones a aerolíneas rusas hasta el retraso de otras compañías aéreas por las rutas alternativas de viaje a y desde países de Asia. De momento, los principales aeropuertos españoles, Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona), no solo no sufren estos efectos, sino que crecen frente a otras plazas europeas. 

Así lo prueba uno de los últimos informes del organismo internacional Eurocontrol tras analizar la primera y tercera semana del sector aéreo en el Viejo Continente desde el estallido del conflicto bélico. En el ranking de principales aeropuertos, el de Madrid y el de Barcelona escalan posiciones, mientras que otros descienden. Es el caso de Heatrhow, en Londres, que cede tres puestos en esta clasificación en la primera semana -remontó en las siguientes-, o Múnich, que lo hizo durante la tercera. 

Sobre el caso londinense, el director general de Heathrow, John Holland-Kaye, dijo que "la recuperación de la aviación sigue sobrepasada por la guerra", a lo que hay que seguir sumando todavía "la incertidumbre del coronavirus". Holland-Kaye añadió como otros puntos de incertidumbre otras derivadas del conflicto bélico: el aumento de los precios del combustible y la preocupación de los viajeros estadounidenses a volar por la guerra. A este respecto, algunos motores de búsqueda empiezan a detectar cancelaciones de reserva no solo desde Rusia y Ucrania, como es lógico, sino desde países vecinos y amenazados como Polonia y Finlandia. 

Teniendo en cuenta la evolución de las salidas y llegadas que analiza Eurocontrol, Madrid-Barajas entra en el top 5 de aeropuertos europeos más concurridos, mientras que El Prat alcanza el séptimo. Esta clasificación la mantienen ambos aeropuertos tanto en la primera semana del conflicto bélico como en la tercera, cuando la incertidumbre sobre la economía se había incrementado a medida que habían aumentado las sanciones sobre Rusia.

Aena, por su parte, apenas ha hecho referencia a la crisis rusa en sus previsiones. Únicamente ha explicado que la supresión de las rutas con Rusia, Ucrania y Bielorrusia, países cuyo espacio aéreo no se puede sobrevolar, representarían alrededor del 1% de los asientos programados. Este porcentaje es insuficiente para truncar las previsiones de verano, periodo para el que las compañías aéreas han programado en los aeropuertos de la red 215,6 millones de asientos para dicha temporada de verano, lo que lleva al gestor aeroportuario a anotar ya cifras muy similares a las de 2019, es decir, antes de la pandemia.

Retrasos, cancelaciones y contaminación

Los últimos informes de Eurocontrol también recogen otra derivada de la crisis rusa: los retrasos de los vuelos por sortear el espacio aéreo ruso. La documentación consultada muestra retrasos de casi cinco horas en trayectos hacia Tokio (Japón) y Beijing (China) desde los aeropuertos europeos de Frankfurt (Alemania), París (Francia) y Ámsterdam (Países Bajos). En kilómetros, este rodeo se traduce en que los aviones se ven obligados a realizar aproximadamente 4.000 kilómetros adicionales para poder llegar a su destino.

No extraña la reacción de algunas aerolíneas japonesas. Las dos principales del país, Japan Airlines y ANA Holdings, han anunciado la cancelación de algunos vuelos a Europa. Por ejemplo, la primera de ella ha optado por cancelar los vuelos con origen o destino en cuatro plazas europeas: Londres, París, Helsinki y Frankfurt. No hay que olvidar que los mayores costes y kilómetros recorridos para llegar a Europa también comporta un encarecimiento de los billetes.

Todo ello también se traduce en mayor contaminación. Paul Williams, científico atmosférico de la Universidad de Reading, en Reino Unido, explicó a CNN cómo se habían incrementado las emisiones. Williams puso como ejemplo algunas rutas con determinadas aeronaves, como la Tokio-Londres que efectúan los Boeing 777-300ER. El profesor matizó que en cada vuelo no solo influye el trayecto, sino otros factores: el peso del avión, la altitud y la velocidad.  

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