83.000 empleos directos

Aena dispara hasta 56.000 millones el golpe para Cataluña del fiasco de El Prat

La suspensión de la aclamada inversión sobre el aeropuerto limitará el crecimiento de la región. El impacto económico del hub de conectividad habría impulsado la creación de empleo y el producto interior bruto. 

Aeropuerto del Prat
Aeropuerto de El Prat
EFE

La parálisis de la ampliación del aeropuerto de El Prat por 1.7000 millones de euros no solo dejará a Cataluña sin una infraestructura clave para su conectividad, sino que frenará el crecimiento económico de la región de Cataluña durante los próximos años. Según el gestor aeroportuario Aena, el territorio no podrá beneficiarse de un impacto económico global de 56.600 millones de euros tras su desarrollo, frente a los 37.000 millones generados actualmente. La suspensión, además, también lastrará el repunte del empleo, tanto a nivel directo e indirecto. 

De acuerdo a la documentación publicada este jueves por el gestor aeroportuario, el desarrollo del aeropuerto de El Prat hubiese tenido un impacto global en el valor añadido bruto (VAB), el generado por el conjunto de productores de un área económica, de 27.997 millones de euros. Todo ello se derivaría de la gran inversión estructurada en seis grandes actuaciones. La mejora de la eficiencia operativa del campo de vuelos, la reconfiguración interna del la Terminal 1 y, sobre todo, el nuevo edificio satélite junto con la  plataforma de estacionamiento de aeronaves asociadas acaparan la mayoría de las inversiones.

El impulso de la infraestructura, además, hubiese permitido a Aena aprovechar el repunte de tráfico aéreo una vez certificado el final de la pandemia del coronavirus. Entre sus previsiones para los próximos años, hasta ahora desconocidas en detalle, Aena revela que manejaba que entre 2025 y 2026, momento en el que la movilidad tendría cifras previas a la pandemia, el aeropuerto alcanzaría en un escenario optimista los 72,2 millones de pasajeros (55,4 millones en uno pesimista).

Otro de los argumentos en defensa de la inversión en El Prat es el impacto en el empleo. A este respecto, Aena adjunta un estudio reciente del Laboratorio de Economía Aplicada AQR-Lab de la Universidad de Barcelona, en el que se han evaluado más implicaciones de esta ampliación. Según este estudio, el número de ocupados directos que genera el aeropuerto es de 38.117 y de 218.181 como efecto global. Y según Aena, simplemente la ejecución de las obras de desarrollo del hub generaría en torno a 3.200 empleos adicionales al año. La futura actividad del aeropuerto representaría, siguiendo sus previsiones, 83.000 empleos directos y 365.000 globales.

Un impulso a los vuelos de largo radio

En el plano operativo, Aena desvela que el objetivo de convertir El Prat en un hub es dejar de ser un aeropuerto de vuelos domésticos para ser uno que aproveche los destinos de largo radio y, al mismo tiempo, alimente así los de corto alcance. A datos de 2019, año en el que El Prat batió sus propias metas y fue el sexto aeropuerto de la Unión Europea por volumen de tráfico, Aena ofrecía en Barcelona 33 vuelos de largo radio que incluían 15 con América del Norte, seis con Latinoamérica y siete con Asia. 

Pero la compañía quiere más para los próximos años. Considera que el entorno del aeropuerto constituye un "caldo de cultivo" casi perfecto para su crecimiento y la mejora de la conectividad, que crecería a medida que iría captando nuevas rutas. A ello contribuiría el atractivo de la ciudad de Barcelona, por un lado, y la ubicación geográfica de la ciudad -entre América y Asia y puente con el resto de Europa y África-, por otro.

A ambas razones se sumaría una tercera: la saturación. Antes de la pandemia, El Prat había llegado al límite de capacidad con la operativa actual de sus pistas. El motivo era que el horario comercial atractivo para los vuelos de largo radio estaba llegando a su máximo y no todas las aerolíneas encontraban su espacio. Las consecuencias eran que las compañías terminaban optando por operar otros destinos europeos de competidores, los aeropuertos de Berlín, Múnich, Madrid, Viena y Roma.

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