Aena prioriza Japón y se prepara para pujar por sus grandes aeropuertos locales

  • Tras 'borrarse' de la carrera por los siete aeropuertos de la isla de Hokkaido para centrarse en Brasil, el gestor vuelve a peinar el mercado japonés.
Fotografía aviones en el Aeropuerto de Tokio / EFE
Fotografía aviones en el Aeropuerto de Tokio / EFE

Corría la primavera de 2018 y el entonces presidente de Aena, Jaime García Legaz, decidió encabezar en primera persona la delegación que la empresa de gestión aeroportuaria controlada por el Estado envió a Japón, para preparar el terreno de su participación en la competidísima puja por la gestión durante los siguientes 30 años de los siete aeropuertos de la isla de Hokkaido, un jugoso contrato que el operador español estaba dispuesto a pelear con los grandes gigantes del sector, los Vinci Airports, Mitsubishi State, Aeroports de París, Orix Co. y compañía.

Aena estudió las condiciones de la oferta, exploró las posibilidades de contar con socios locales para optimizar sus opciones de éxito y, según fuentes conocedoras del proceso, incluso comenzó a trabajar de forma preliminar en la configuración de una potencial oferta. Pero sobrevino la moción de censura, el cambio de Gobierno y con éste la expectativa de un cambio de guardia al frente de la empresa estatal. El caso es que el asunto se planteó en los foros en que debía tratarse y, finalmente, Aena optó por no concurrir a la puja que con tanto trabajo había preparado el equipo de García Legaz.  

En los meses siguientes, el nuevo equipo capitaneado por Maurici Lucena se centró en amarrar la operación de Brasil, que le ha permitido incorporar a su cartera internacional seis nuevos aeropuertos ubicados en el norte del país. Pero el éxito en esta aventura no ha saciado el apetito de la compañía por reforzar su despliegue internacional. Según fuentes próximas al operador aeroportuario, en las últimas semanas Aena ha vuelto a fijar su punto de mira en el mercado japonés, dónde el Ministerio de Territorio, Infraestructuras, Transporte y Turismo tiene previsto privatizar la gestión de algunos de los principales aeropuertos de su red aeroportuaria doméstica.

Consultadas sobre el asunto, fuentes oficiales del operador aeroportuario controlado por el Estado han eludido concretar este interés y se han limitado a asegurar que la compañía "en su desarrollo internacional, sigue los procesos en curso y presta atención a las posibles oportunidades que pueden ocurrir en el mercado. En este contexto, miramos todos los procesos siempre que la estructura de la oferta cumpla con los criterios estratégicos de Aena, pero aún no se ha tomado una decisión, se tomará cuando llegue el momento".

Sin embargo, otras fuentes conocedoras de los movimientos de Aena en el mercado internacional aseguran que la compañía habría situado en su radar dos de los procesos de privatización más inminentes anunciados por el Gobierno japonés: los de los aeropuertos de Hiroshima y Kumatomo. La empresa no ha confirmado este extremo.

Estos aeropuertos forman parte de la llamada 'segunda clase' de las infraestructuras aeroportuarias japonesas. No operan ninguna de las grandes rutas internacionales que conectan el resto del mundo con Japón -operativa reservada a los aeropuertos de primera clase-, su actividad internacional se limita a una serie de conexiones con la región (China, Corea del Sur...), pero tienen una importancia central en la red de conexiones aéreas domésticas. De hecho, Hiroshima y Kumatomo operan dos de las diez líneas más transitadas de las conexiones internas del tráfico aéreo nipón.

Japón es junto a Brasil, Cuba y Estados Unidos uno de los mercados prioritarios del despliegue internacional de Aena incluido entre los grandes objetivos de su recién aprobado Plan Estratégico y casi un imperativo para satisfacer a sus accionistas, que en los últimos años han afeado a la compañía sus reticencias a incrementar su presencia internacional pese a los jugosos beneficios arrojados año tras año por su operativa

En 2018, la red de aeropuertos de Aena registró 264 millones de pasajeros en sus instalaciones, una cifra récord en su historia y un 5,8% más que en 2017. El número de aviones también experimentó otro récord con 2,3 millones de vuelos. Durante 2018, sus ingresos crecieron un 7,3%, hasta 4.320 millones, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 2.656,6 millones, un 5,5% más, de los que menos de un 3% fueron aportados por su aún marginal actividad internacional. 

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