Lenta recuperación

Air Europa cierra agosto a medio gas y a la espera de las trabas para volar a EEUU

Los datos de Eurocontrol muestran que la compañía de Globalia sigue con un nivel de actividad muy por debajo respecto al verano de 2019. Afronta septiembre con las nuevas restricciones a los pasajeros. 

Air Europa
Un avión de Air Europa en la pista de aterrizaje.
EFE

Con las dudas sobre cuál será el desenlace sobre la compra del grupo IAG y los rumores crecientes que apuntan a la necesidad de una nueva inyección de liquidez en la compañía, Air Europa cerró el mes de agosto volando a la mitad de su capacidad respecto al mismo periodo de 2019, anotándose una de las caídas más elevadas entre las aerolíneas españolas en comparación a sus cifras estivales previas al coronavirus. La amenaza de nuevas trabas en sus viajes que se han comunicado esta última semana hacia Estados Unidos nubla las perspectivas para los próximos meses.

De acuerdo a los últimos datos ofrecidos por Eurocontrol, la compañía del grupo turístico Globalia voló la última semana de agosto una media de 151 vuelos al día, lo que le llevó a cerrar el mes con una caída superior al 50% respecto a los datos de 2019. La monitorización de las aerolíneas que realiza el organismo europeo pone de manifiesto que el descenso de Air Europa es más severo que el de otras compañías que operan rutas similares, empezando por Iberia (-25%). En cualquier caso, la compañía mejora los datos frente al verano pasado.

La última mala noticia para la compañía presidida desde junio por Richard Clark, hasta entonces subdirector general, ha sido la última decisión de la Unión Europea de imponer nuevos requisitos a los viajes no esenciales desde Estados Unidos. Aunque en la práctica sea una recomendación, el grupo de los Veintisiete acordó sacar al país atlántico de la lista de destinos considerados "seguros". El motivo de este veto: haber rebasado el umbral tolerado de incidencia acumulada de 500 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

Estados Unidos y América Latina son dos destinos prioritarios para la compañía española. La última comunicación de la compañía sobre su operativa, apuntaba que iba a restablecer sus vuelos a ambos destinos volando a 20 de sus 23 países habituales. Ya en mayo, el mismo día que venció el último estado de alarma en España, anunció que retomaba con tres frecuencias semanales -los martes, jueves y sábados- sus vuelos a Miami y a Nueva York.

Estos anuncios se han acompañado de una política comercial muy atractiva de precios bajos, para reavivar la demanda entre los usuarios. Pero ello repercute inevitablemente la facturación por pasajero. Una de las campañas más recientes promociona vuelos a la Península y Baleares desde 14 euros el trayecto, reservando ida y vuelta. Es una tendencia de todo el sector: los analistas de la casa de rating Moodys aseguraron que para 2023 los ingresos medios por plaza ocupada seguirán entre un 5% y un 15% por debajo de los niveles de 2019.

​SEPI y compra del grupo IAG

Los próximos meses serán decisivos para Air Europa. Hay dos operaciones que se condicionan entre sí y decantarán el futuro de la compañía. De un lado está el rescate del Gobierno, a través de la SEPI, tras haber concedido 375 millones de euros como rescate y haber entrada en la gestión. Pero con los condicionantes mencionados, la factura podría ser mayor en los próximos meses, en los que podría llevarse a cabo una nueva inyección de capital vital para continuar garantizando la continuidad de la empresa.

La otra gran operación que ahora mismo es una incógnita es la compra por parte del grupo IAG iniciada en 2019 y paralizada más tarde con motivo de la crisis del coronavirus. El consorcio hispano-británico ya ha dejado claro que sigue interesado en la operación, pero no a cualquier precio. Una mayor presencia del Estado en el capital desincentiva el interés de IAG por entrar en la gestión. A ello se suman los muy posibles descartes regulatorios -cesión de slots y de rutas- que la Comisión Europea imponga como condicionante para dar su a la venta, ya que, en caso contrario, una concentración de tal magnitud podría ser perjudicial para la competencia.

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