800 empleos en el aire

La 'letra pequeña' de Díaz pospone los planes de Airbus para un ERE en España

La empresa aplicó un ERTE en noviembre, una medida que se prorrogará, por el momento, hasta el 31 de mayo, lo que obliga al gigante aeronáutico a aplazar los despidos, como mínimo, otros seis meses. 

Airbus anunció hace unos meses la salida de 900 trabajadores de su estructura en España.
Airbus anunció hace unos meses la salida de 900 trabajadores de su estructura en España.
Europa Press

Los primeros tambores de ERE para las plantas de Airbus en España sonaron en febrero. En junio, la empresa elevó a 15.000 los despidos previstos para su división comercial en toda Europa, de los que 900 los sufrirían las fábricas nacionales. La compañía pensaba completar estas salidas -que se sumarían a las 722 bajas de la división española de Defensa- antes del verano de 2021. La persistencia de la pandemia obligó a Airbus a lanzar un ERTE para más de 3.200 empleados, desde noviembre hasta el 31 de mayo, cuando se agota la última prórroga acordada entre el Gobierno, la CEOE y los agentes sociales. Ahora, el escudo coyuntural frena el plan de ajustes. La 'letra pequeña' del último decreto que ha sacado adelante la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, obliga a las empresas que opten por esta vía a esperar seis meses desde su finalización antes de proceder a cualquier despido

La lenta evolución de la crisis sanitaria y económica del coronavirus -que eclosionó semanas después de que la firma anunciase su estrategia-, ha ido moldeando las cifras del ajuste sobre la mesa del gigante aeronáutico. En este tiempo, Airbus puso en marcha un 'Plan de Adhesión Voluntaria' dentro de las fronteras nacionales, una estrategia de bajas incentivadas con la que suavizar el impacto de los despidos forzosos. Tras agotarse el plazo previsto para la adscripción de los trabajadores a las salidas pactadas, la escena deja aún cerca de 800 puestos en el aire

En concreto, la empresa ha dado luz verde a 413 peticiones de sus empleados para sumarse al plan de bajas voluntarias -de los cerca de 800 que, según fuentes sindicales, estaban predispuestos a adherirse a dicha estrategia-. La escena a principios de año deja en el aire el futuro de 617 trabajadores de la división Comercial y otros 154 de la de Defensa, tal y como se recoge en documentos internos a los que ha tenido acceso La Información. Ahora, la compañía está atada de pies y manos por la norma de Díaz que acota los ERTE en tiempos de pandemia. El expediente de regulación temporal de empleo en la compañía solo afecta a la división Comercial, precisamente, la que más lastra a la empresa en España.

Una vez que se agote la medida temporal, el próximo 31 de mayo, la firma deberá esperar medio año más, como mínimo hasta el 31 de noviembre, para empezar a firmar los despidos previstos en su polémico plan de ajustes, para cuya ejecución el grupo provisionó, a nivel global, 1.200 millones de euros. Así lo impone la cláusula de salvaguarda del empleo, que la titular de Trabajo se ha encargado de introducir en cada  nuevo decreto para extender los ERTE, incluido el último. Y el parón en los planes del consorcio paneuropeo podría ser aún mayor.

El 'salvavidas' del sector aeronáutico se ha convertido en una cuestión de Estado. El presidente, Pedro Sánchez, se reunió con el CEO mundial de Airbus, Guillermo Faury, en verano y tiene previsto otro 'cara a cara' en los próximos días.

Este diario ha preguntado a Airbus sobre la posibilidad de que el grupo extienda los ERTE más allá de mayo si, llegado el momenot, así lo permite la ley. "La situación es muy dinámica, ahora mismo no lo podemos saber", indican fuentes de la empresa. Cada nuevo margen retrasaría otros seis meses la aplicación de despidos, una circunstancia que, en plena crisis sanitaria, insufla oxígeno a los 12.500 trabajadores de la multinacional en España. Ni el ajuste temporal, ni las ayudas del Gobierno a través de nuevos pedidos, ni los 100 millones del Aerofondo que el grupo selló con la SEPI a fin de inyectar liquidez a la cadena de suministro del sector aéreo nacional; han desviado a la directiva de Airbus de su plan de reestructuración a largo plazo: las salidas forzosas son inevitables

El 'salvavidas' del sector aeronáutico se ha convertido en una cuestión de Estado. El presidente de España, Pedro Sánchez, se reunió el pasado julio con el CEO mundial de Airbus, Guillermo Faury. En el citado encuentro, Faury pidió el impulso institucional, desde el Ministerio de Defensa, a la compra de aviones militares, así como una salida para avivar la actividad de los vuelos comerciales, los más perjudicados por la pandemia. El líder socialista tiene previsto otro 'cara a cara' con Faury en los próximos días. Fuentes sindicales afirman que la estrategia internacional de la firma ha agravado la situación del grupo en España. En concreto, aseguran que, desde Toulouse, se apostó por centrar la producción en España en los A350 y A330, aparatos de fuselaje ancho que más sufrieron la caída del apetito de compras de las aerolíneas, mientras que concentró la fabricación de los A320 -"La niña bonita"-, que por ser de corto radio ha logrado mantenerse en niveles más óptimos, en Francia y Alemania. 

El comunicado que la firma envió la semana pasada a sus trabajadores, donde la compañía se hizo eco de que el 'Plan de Adhesión Voluntaria' no logrará frenar los despidos forzosos y deja claro que vienen tiempos difíciles para la plantilla. "Estas cifras ponen de manifiesto que en estos momentos la situación es crítica y que las medidas aplicadas hasta ahora, como los ERTE y el plan de desvinculaciones, han tenido un impacto significativo pero no han sido suficientes para mitigar ambas restructuraciones", insiste el texto. Para los sindicatos, el grupo está aprovechando "un problema coyuntural, para poner sobre la mesa la modificación de toda la estructura empresarial".

La tirantez en las plantas españolas es palpable. Airbus -en cuyo accionariado está presente el Gobierno a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)- tiene pendiente la negociación del VI Convenio interempresas, un asunto que, tal y como se ha planteado en primer término, anticipa momentos de fuerte tensión. El primer conato de propuesta de la compañía recoge, entre otros puntos, la suspensión de procesos salariales desde ahora hasta 2022, así como una revisión de las bolsas de empleo y las jubilaciones parciales y una apuesta por la flexibilidad. En el calendario, la presentación de los resultados consolidados que obtuvo la compañía al cierre del ejercicio anterior será un punto clave en la evolución de las conversaciones.

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