Reunión con Industria

La plantilla de Airbus exige al Gobierno más poder frente al consorcio europeo

Representantes de los trabajadores se reunieron con Galo Gutiérrez, director general de Industria, y reprocharon la pérdida de influencia del Estado como accionista, en contraste con Francia y Alemania.

Airbus
Un trabajador de Airbus.
UGT

Los trabajadores de Airbus han vivido desde la llegada del coronavirus un auténtico calvario, en el que los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) han empezado a encadenarse hasta traducirse en el cierre de una de las principales fábricas de la compañía en España. Y en la plantilla están cada vez más convencidos de que los recortes no cesarán, incluso, cuando se supere la pandemia, porque hay un factor que no se está analizando: la pérdida de influencia del Gobierno de España frente al resto de accionistas franceses y alemanes en un momento delicado para la empresa.

Es la idea que se trasladó durante una reunión el pasado 17 de mayo entre Galo Gutiérrez, director general del Ministerio de Industria, principal interlocutor del Ejecutivo con la empresa desde la crisis sanitaria, y representantes de la plantilla. Fuentes cercanas explican a La Información que la principal reclamación versó sobre la necesidad de que Moncloa influyera más en las decisiones del grupo. Ahora mismo, el Estado es accionista de la empresa a través de la SEPI, con un 4,1% del gigante aeronáutico. Pero el porcentaje es escaso e impide tener verdaderamente mando en plaza frente a Francia y Alemania quienes, a través de sus sociedades estatales, SOGEPA y GZBV, respectivamente, suman mucho más. Cada una de ellas tiene el 10,9% del capital social de Airbus. 

El temor de la plantilla no se circunscribe únicamente a los recortes por la crisis sanitaria. El cierre de Puerto Real (Andalucía) y los ERTE son solo dos de las muchas de medidas negativas que prevén que sufra el grupo en el país en los próximos meses. El miedo principal es que la división Comercial de Airbus, la que dependen del mercado de las aerolíneas, pese cada vez menos y que la única pata de negocio que resista en el país sea la de Defensa y la de Helicópteros

Así lo consideran directamente en el Sindicato Independiente de Profesionales Aeronáuticos (SIPA), el segundo más votado en la compañía. En la situación actual, critican, España solo tiene tres representantes en el primer o en el segundo nivel de la organización, cifra que llama poderosamente la atención si se atiende a que la compañía tiene 180 puestos de estas características. 

En detalle, hacen balance de cómo ha cambiado la situación para España en los últimos años. Mientras que en el acuerdo fundacional el país contaba con un puesto en el Comité Ejecutivo y lideraba una división entera, ahora puestos claves como la jefatura de compras o responsabilidades en nuevos proyectos como el FCAS tienen al frente a otros miembros del consorcio.

Esta pérdida de influencia se ha materializado, siguiendo la opinión de parte de los empleados, en carga de trabajo de poco valor añadido. Se refieren a que, por ejemplo, su negocio de ensamblaje de estructuras aéreas, una de las actividades de Airbus Comercial en España, cuenta con bajos márgenes que obligan a que la “única estrategia” sea la reducción de costes.

Todo ello también ha hecho mella en la plantilla, que ha vivido recortes, incluso, antes de la pandemia. Siguiendo las propias cuentas de Airbus de cierre de 2018 a final de 2020, los sindicatos señalan la distinta evolución del número de trabajadores en Alemania y Francia respecto a los de nuestro país. Mientras que en el resto de plazas europeas se observa un ligero crecimiento en el número de trabajadores, en el mercado nacional el balance arroja una pérdida neta de aproximadamente 2.000 puestos de trabajo

Moncloa quiere colocar directivos

El Gobierno, por su parte, es consciente de la complejidad del momento que vive Airbus. El Ejecutivo de Pedro Sánchez firmó el pasado verano un comunicado conjunto con la empresa en el que afirmaba que "la expectativa de España pasa por lograr una participación equilibrada y proporcional de sus nacionales en los puestos de alta dirección". De momento, no se han conocido cambios significativos en el organigrama de la compañía.

A estas promesas se han unido otras dirigidas a habilitar iniciativas gubernamentales que respalden el futuro de la industria aeroespacial España. Los anuncios sirvieron para calmar las aguas en un momento en el que Airbus había comunicado un plan de recortes a nivel mundial, pero no han venido acompañados de hechos que tranquilicen a los trabajadores.

Aplacar la incertidumbre es clave en estos momentos para un sector estratégico. La aeronáutica y la defensa concentran el 7,3% del PIB industrial y cuentan con una facturación de 13.040 millones de euros anuales. Además, generan 150.000 puestos de trabajo, de los cuales 57.618 son directos.

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