Albella tira de Oliver Wyman para montar un relato que aporte a la CNMV más poder

  • Sebastián Albella asegura que su entidad se encuentra en un momento clave ante las reformas regulatorias que se plantean en los mercados de capitales.
Sebastián Albella
Sebastián Albella
EFE

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está ultimando un análisis de comparación benchmarking para medir sus funciones de control con los grandes supervisores homólogos de Europa y Estados Unidos. El objetivo de la entidad que preside Sebastián Albella no es otro que demostrar ante los poderes públicos la conveniencia de reforzar sus competencias ante el proceso de cambios en los modelos regulatorios que se están planteando en los mercados españoles de capitales. La CNMV ha contratado a tal efecto los servicios de Oliver Wyman, firma líder en consultoría de gestión especializada en el sector bancario y que actuó en su día como asesor del Banco de España en los primeros test de estrés que se efectuaron a los bancos en 2012.

Los técnicos de la empresa auditora trabajan en esta ocasión de la mano del director de Estrategia y Relaciones Institucionales de la CNMV, Víctor Rodríguez, uno de los ejecutivos que ha protagonizado un ascenso fulgurante dentro del organismo regulador y por el que pasan los asuntos más trascendentales o, cuando menos, los que más atención reclaman al presidente Albella. De sobra es conocida la actividad que el titular de la CNMV viene desplegando en los últimos meses para hacer valer el peso específico de su entidad hasta alcanzar en la medida de lo posible un nivel de autoridad efectiva equiparable al que ha caracterizado tradicionalmente al Banco de España.

Los ‘celos’ entre los dos principales organismos encargados del control y vigilancia del sistema financiero español fueron evidenciados por Elvira Rodríguez que llegó a interponer, cuando era presidenta de la CNMV, un recurso contencioso-administrativo reclamando mayor autonomía de contratación. La apelación no fructificó pero sirvió para demostrar el desequilibrio en los modelos de relaciones laborales que permiten al Banco de España utilizar a la Comisión de Valores como ‘cantera particular’ cada vez que ha tenido que adecuar su estructura con el fichaje de personal experimentado en labores de regulación y supervisión bancaria.

La situación ha mejorado ostensiblemente desde las restricciones presupuestarias impuestas en su día por el Ministerio de Hacienda en la etapa de Cristóbal Montoro y, de hecho, este año que ahora termina ha supuesto un incremento de 50 empleados en la plantilla de la CNMV. Sin embargo, lo que ahora está en juego excede del marco laboral añorado por la Comisión de Valores desde hace tiempo y se orienta de manera directa a un incremento del peso específico de la institución que acaba de cumplir su 30º Aniversario.

El modelo 'Twin Peaks'

El propio Albella dejó claro hace quince días con motivo de tan especial onomástica el momento histórico que vive la CNMV como consecuencia de las reformas que se avecinan en los sistemas de regulación de la actividad económica y financiera. El presidente de la Comisión de Valores se refirió concretamente a la nueva autoridad de protección de los clientes bancarios y, sobre todo, a la adaptación en España del modelo denominado 'Twin Peaks' (Torres Gemelas) que implicaría una reordenación a fondo de funciones separando claramente las competencias del Banco de España y las de la CNMV.

Esta división estructural de los dos grandes organismos de supervisión financiera dotaría a la CNMV de una credencial como entidad encargada de velar por todas las actuaciones relacionadas con la conducta de las sociedades cotizadas dejando al Banco de España el control de solvencia. El modelo 'Twin Peaks' constituye una asignatura pendiente desde hace tiempo en nuestro país y es defendido por los grandes organismos supranacionales como el FMI y la OCDE. Ahora ha vuelto a ponerse de actualidad toda vez que está siendo solicitado como una medida de carácter urgente por los principales partidos políticos, lo que ha sido aprovechado por Albella para sacar lustre a las potencialidades de la entidad que dirige desde hace poco más de dos años. 

En este contexto el análisis de mercado que Oliver Wyman entregará a la vuelta de Navidades ha incluido un serio trabajo de campo apoyado en opiniones profesionales recabadas entre los principales reguladores bursátiles del mundo. La consultora ha desplegado su capacidad multinacional para obtener argumentos suficientes que sirvan para demostrar el recorrido que todavía tiene que completar la CNMV si quiere  disponer de unas herramientas y procedimientos de gestión homologables con sus más importantes pares europeos. 

La Autorité des marchés financiers (AMF) en Francia, la Bundesanstalt fur Finanzdienstleistungsaufsicht (BAFIN) de Alemania, así como la Financial Conduct Authority (FCA) del Reino Unido e incluso la Commissione Nazionale per le Societa e la Borsa (CONSOB) de Italia son algunos de los principales a ejemplos a seguir. Todo ello sin olvidar a la Securities and Exchange Commission (SEC) de Wall Street, que también ha sido incluida en el estudio comparativo de Oliver Wyman. Ni qué decir tiene que Albella pica alto a sabiendas de que todas estas instituciones llevan la delantera en los países más desarrollados de nuestro entorno y que la crisis económica ha abierto un debate intenso sobre la calidad de la regulación financiera. España está obligada a ponerse a la altura y la CNMV tiene mucho que ganar. Ahora o nunca. 

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