Alsa dispara su negocio de VTC tras el aterrizaje de Castellanos y Moove Cars

  • Supera los 9 millones de euros de ingresos con su filial Tibus, que cuenta con 120 licencias y que trabajaron con Uber hasta que se fue de Barcelona.
Turismo VTC
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Es uno de los grandes tapados del sector de las licencias de vehículos con conductor (VTC). Su nombre está mucho más ligado al del transporte en autobús, donde es uno de los operadores clave en zonas como el centro y el norte de España. Pero el grupo Alsa ha logrado disparar su negocio en el alquiler de vehículos con conductor en plataformas como Cabify o Uber. Lo ha hecho después de que Moove Cars, el gestor de flotas impulsado por Jaime Castellanos y con el fondo de inversión King Street como principal accionista, aterrizara en su cúpula.

Marzo de 2018. Unos 300 taxistas acudieron a una de las estaciones de autobuses de Barcelona e impidieron durante una hora y media la entrada y salida de autocares de Alsa. ¿Por qué lo hicieron? Uber regresó ese mes al mercado y lo hacía de la mano -entre otros- de una de las desconocidas filiales de Alsa, Tibus. Sus 120 licencias VTC eran utilizadas en la plataforma del gigante estadounidense. Unos meses antes, todo se movía entre bambalinas: Moove Cars -hoy uno de los grandes grupos del sector con más de 4.000 autorizaciones en su haber- compraba el 40% de las acciones de Tibus por un precio que se desconoce. Se convertía en el socio 'industrial' de Alsa para operar todas esas licencias.

Hay que tener en cuenta que esas 120 licencias no son las únicas que tiene activas. De Tibus 'cuelgan' otras seis filiales que suman 450 autorizaciones disponibles para trabajar en Barcelona y, sobre todo, en Madrid, según queda reflejado el registro de actividad del Ministerio de Fomento. Ninguna de esas filiales presentan ingresos, por lo que en teoría sólo ejercen como 'tenedores' de esas licencias. ¿Y las cifras de la cabecera? Se dispararon de manera importante en ese año 2018 tras la llegada de Moove. En total generaron 9,1 millones de euros de ingresos (el año anterior sumaron 1,3 millones) con unos beneficios de casi un millón. El margen de ganancia es de algo más del 13%.

Esa subida en el negocio también se vio reflejada en el personal: de 33 a 185 empleados de media, entre los que no desglosan cuántos eran conductores y cuántos directivos o mandos intermedios. Pero, ¿cuáles eran las condiciones de trabajo? Uno de los aspectos más criticados de estos gestores de flotas hay que encontrarlos en los salarios a sus empleados. Al margen de las cotizaciones a la Seguridad Social, gastaron 3,7 millones de euros en personal. Es decir, una media de apenas 20.000 euros brutos anuales, incluyendo los directivos.

Otro de los puntos de interés de estas cuentas que acaban presentar en el Registro Mercantil sería la valoración que hace la compañía de las licencias VTC a cierre del año, con el decreto del Gobierno de España con el que le ponía una 'fecha de caducidad' de cuatro años a estos permisos y además abría la puerta a la Generalitat para que impusiera aún más restricciones (como el tiempo de precontratación de los vehículos, aprobado en el decreto de marzo y que acabó expulsando a Uber y a Cabify). Esta valoración es una incógnita, pues mantienen ocultas las valoraciones de su activo inmovilizado intangible, donde incluyen estas concesiones. En 2017, cuando aún no habían recibido muchos de los permisos a través de sentencia judicial, apenas sumaban unos irrelevantes 57.000 euros de valoración.

Ese decreto de la Generalitat y la marcha de Uber de Barcelona dejaba en el aire una parte de su negocio. No en vano, entre todas las filiales de Tibus suman 190 licencias para Cataluña. ¿Cómo se ha resuelto? Socialcar, una compañía de alquiler de vehículos, se lanzó en abril a operar respetando los 15 minutos de precontratación. Y, en parte, echó mano de la flota de vehículos y conductores de Tibus, según informó Economía Digital.

La guerra del taxi, en un 'impasse'

Moove Cars no es sólo accionista de esta filial. También lo es de decenas de compañías que suman más de 4.000 licencias VTC en toda España. Es el mayor gestor de flotas. Pero no el único. Se suman, por un lado, la propia Cabify, que se ha convertido en otro de l0s 'amos' del sector después de comprar por unos 30 millones de euros -y en acciones- la firma Vector Ronda Teleport, controlada por el empresario andaluz Rosauro Varo. Por otro está Grupo Auro, liderado por el exjefe del taxi, José Antonio Parrondo, y con inversores de internet como Félix Ruiz o Zaryn Dentzel (Tuenti) y fondos como GP Bullhound o FJ Labs.

Mientras tanto, la guerra con el taxi vive un 'impasse' extraño. Los taxistas siguen sin mover ficha, ni en Barcelona ni tampoco en Madrid. Las huelgas de principios de año han dejado paso a una calma tensa, marcada también por el enfrentamiento interno de varias asociaciones de taxistas de Barcelona.

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