España ante la reconstrucción

Álvarez-Pallete y las telecos: un plan maestro para digitalizarlos a todos

Las operadoras están llamadas a ser actor clave en esta transición tecnológica que la Covid-19 ha acelerado. El Gobierno quiere movilizar 140.000 millones en cinco años.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
EFE

Si hay una palabra manida por la política, las administraciones y las empresas es digitalización. Durante años ha sido un recurso utilizado con profusión en discursos políticos, planes de negocio y presentaciones ante inversores. Pero tras un tiempo de más teorización, la pandemia del coronavirus se ha convertido en un acelerador que ha enseñado las ventajas, los riesgos y las carencias. "Es como si nos hubieran metido en una cápsula del tiempo y hubiéramos avanzado años". Así lo describía recientemente el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, que ha aprovechado su mandato al frente de la operadora para predicar sobre esta revolución tecnológica.  Pero ahora, en este tiempo de distancia social y de 'nueva normalidad', el teletrabajo, la nube o el consumo digital de contenidos y de productos han pasado de ser una página en la típica presentación empresarial a un salvavidas para empresas y familias. Aún queda todo el trabajo para consolidar lo que esta tormenta ha obligado a hacer. Y las telecos, junto con otros actores, están llamados a facilitarlo.

En la segunda quincena de marzo, con un confinamiento histórico en España, todo estalló. Las telecos tuvieron que salir a escena en un hecho sin precedentes a pedir a sus clientes que redujeran al máximo el uso de herramientas no esenciales para evitar una caída generalizada de las redes. El tráfico se disparó: el procedente de la app de mensajería Whatsapp se duplicó en apenas unos días.  El de las herramientas vinculadas a la videoconferencia -Skype o Webex- se cuadriplicó ante un teletrabajo obligado para la práctica totalidad de los empleados en España y una educación digital necesaria con los colegios cerrados. El de los videojuegos se triplicó. Netflix y el resto de plataformas se vieron obligados a reducir un 25% la calidad de sus emisiones para no 'tumbar' estas infraestructuras. Internet estaba en plena ebullición.

Esa infraestructura de red es clave. Y hoy sigue habiendo una brecha entre la España de las ciudades y la 'vaciada' pese a los avances logrados. No toda la población tiene acceso a una cobertura de alta velocidad a internet en móvil y en el hogar. Y por eso, las operadoras han insistido en que acelerarán los planes para expandir sus redes. Antonio Coimbra, consejero delegado de Vodafone España, le puso cifras: para extender al 100% de hogares y empresas la red móvil 4G y una red de fibra de 1 gigabit se necesitaba una inversión de 250 y 1.500 millones de euros, respectivamente. Y Álvarez-Pallete ha recogido el guante: en un 'pacto digital' que presentó este mes de julio se comprometió a esa extensión de la fibra antes de 2025. Las redes ultrarrápidas 5G tendrán que esperar. España ha retrasado un año el despliegue por la pandemia, mientras gigantes como China aceleran.

La del despliegue de redes es una de las grandes medidas incluidas en un plan 'España Digital 2025' lanzado por el Gobierno de España que busca movilizar 140.000 millones de euros de dinero público y privado para prepararse ante este 'acelerón' tecnológico. El plan, que ha recibido críticas por su falta de concreción en numerosos aspectos, utilizará una parte significativa de los 140.000 millones que le corresponde al país del fondo de recuperación europeo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se apoyó precisamente en Álvarez-Pallete y otros primeros ejecutivos de la industria tecnológica de firmas como Microsoft o Netflix. Insistió en que el objetivo es que la estrategia dure "años y años" y se convierta en "una suerte de política de Estado".

El objetivo último es aprovechar la aceleración en el cambio de hábitos en empresas y familias por las restricciones del coronavirus. Un estudio de Mckinsey cifra en cinco años ese salto en la adopción de tecnologías digitales en empresas y de consumo a través de internet. La misma consultora ha elaborado una encuesta entre consumidores españoles y la cifra no deja lugar a dudas: se ha disparado la compra por internet de alimentación fresca (un 8% se ha lanzado a comprar y un 15% que ya lo había probado acabó intensificando su uso), la educación a distancia o el consumo digital de contenidos. Muchos de estos cambios han llegado para quedarse y otros acabarán reduciéndose en la medida en que las restricciones por el coronavirus se eliminen. Pero la realidad es que la aceleración ha sido muy significativa.

"Es como si nos hubieran metido en una cápsula del tiempo y hubiéramos avanzado años"

Frente a esta población que ha adoptado hábitos de consumo digitales, motivados por las circunstancias de confinamiento, hay otra parte que aún no tiene competencias digitales o medios materiales (herramientas tecnológicas, conexión a la red...) suficientes para hacerlo. Es lo que se viene a denominar la brecha digital y ese es uno de los retos clave que deberán abordar administraciones y empresas. “El pacto digital debe traducirse en una reducción real de la desigualdad a través de una mejora de las habilidades digitales de las personas”, aseguraba el presidente de Telefónica sobre su compromiso de cara al próximo lustro. En el plan del Gobierno plantea medidas muy genéricas para lograrlo, con varios planes de formación de colectivos "peor situados" como los mayores o las personas con bajo nivel de ingresos y estudios. Se plantea que el 80% de la población tenga competencias digitales básicas (frente al 57% actual).

Esas competencias digitales no sólo se circunscriben a las familias, sino también en las administraciones (con una digitalización de todos los procesos), en las instituciones educativas y en las pequeñas y medianas empresas (pymes). En el caso de estas últimas, queda aún mucho por lograr. Según las propias cifras del Gobierno, menos de un 15% de las empresas utilizan herramientas de gestión de grandes cantidades de datos (big data) para mejorar sus procesos y sus ventas. La contribución del comercio electrónico a su negocio es de menos del 10%

Los grandes ganadores de esta explosión digital por el coronavirus están siendo, fundamentalmente, todos los gigantes tecnológicos cuyos servicios tienen una escala global y estaban listos antes del estallido de la pandemia. El ejemplo más paradigmático de esta tendencia es el de Amazon, que no sólo no ha visto una ralentización de las ventas, sino todo lo contrario. Gracias a la venta de todo tipo de productos en su tienda online y de espacio en la nube, la compañía ha disparado un 40% su facturación en un solo trimestre (entre abril y junio) hasta rozar los 89.000 millones de dólares. El resto de sus rivales, como Google, Apple o Facebook, han seguido con el acelerador pisado al máximo.

Este crecimiento de todos estos titanes los hace aún más grandes, lo que puede afectar a la competencia futura. Es por eso que en este tiempo las administraciones tendrán que lidiar, precisamente, con la regulación de un marco de juego donde tratar de reducir las desigualdades y los abusos y donde plantear una transición donde habrá pérdida de empleo por la automatización de muchos procesos. "Hay que garantizar una competencia justa mediante la modernización de los marcos fiscales, regulatorios y de competencia y mejorar la confianza mediante un uso ético y responsable de la tecnología", apuntaba el propio Álvarez-Pallete en su propuesta de 'pacto digital'. Precisamente a finales de julio los primeros ejecutivos de Google, Amazon, Apple y Facebook se vieron las caras con los congresistas de Estados Unidos en una investigación sobre sus prácticas anticompetitivas y posibles abusos de posición dominante en los mercados. Esta histórica comparecencia llega después de que se haya intensificado el debate sobre si será necesario trocear todos estos titanes para evitar monopolios y concentraciones de poder excesivas, como ya se hiciera con las grandes petroleras estadounidenses a principios del siglo XX.

Pero mientras se regulan a estos grandes, España busca aprovechar estas circunstancias para atraer el máximo talento y el mayor número de compañías de este sector. Con la ley de startups aún por ejecutar y mucha desconfianza del 'ecosistema' emprendedor hacia la gestión de las administraciones públicas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha puesto como objetivo tratar de crear varios 'hubs' de empresas de ciberseguridad o de producción audiovisual. A esto hay que sumar otras iniciativas para atraer talento y profesionales de compañías internacionales que apuesten por el teletrabajo. "Emprendedores e innovadores: ¡Venid a España!" era el llamamiento que hacía Miguel Arias, director de Emprendimiento Global en Telefónica, ante la decisión del Gobierno de Estados Unidos de congelar la emisión de algunos visados profesionales para extranjeros hasta 2021. No va a ser sencillo, como aseguraba el Índice Global de Competitividad de Talento, elaborado por Adecco y otras firmas: España se situaba en el puesto 30.

Son muchos los retos que hay por delante. La explosión digital que ha vivido el mundo no tiene precedentes y ha llevado la teoría de los planes de negocio y los discursos políticos a la realidad. La "cápsula del tiempo" que ha representado el coronavirus ha hecho su trabajo. Y ahora queda por ver la respuesta de países como España.

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