El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, da por descontado que la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, revisará sus previsiones de crecimiento y convergerá en cierta manera a lo que estima el consenso. El banquero asume un acercamiento mínimo del 80% y de hasta un 100%. En todo caso, ha asegurado que no se le debe dar tanta importancia porque la corrección responde al hecho principal de la guerra. El propio banco también ha rebajado sus proyecciones en torno al 1%.
Calviño quería llevar al Consejo de Ministros este martes la actualización del cuadro macroeconómico que acompañará al Programa de Estabilidad que tiene que enviar a la Comisión Europea antes del próximo sábado 30 de abril. Sin embargo, la complejidad para encajar la inflación ha abocado a la máxima responsable de la política económica del Ejecutivo a posponer la publicación de las nuevas cifras macro.
Precisamente la inflación empieza ya a dar importantes dolores de cabeza desde varios ámbitos. Para Banco Santander supondrá el diseño de una nueva estrategia para la gestión de costes, pues en este primer trimestre ya ha empezado a sufrir un incremento. Aunque considera que sus resultados han sido muy buenos, el CEO del Santander ha admitido que el grupo se enfrenta a un escenario de menor crecimiento que puede afectar a su actividad, por lo que deberá adoptar una postura más exigente en términos de costes para combatir los efectos de la inflación.
En España no prevé ejecutar ningún plan para reducir su estructura ante este nuevo entorno. "Tendremos que ver cómo gestionamos los costes para mantenernos por debajo de la inflación en un escenario más exigente", ha apostillado. Esta geografía todavía está recogiendo los frutos del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) firmado a finales de 2020, que se saldó con la salida de 3.572 personas.
El consejero delegado del grupo ha remarcado que el efecto de la inflación aplica a todas las empresas y al Gobierno. Existe un shock de oferta que resta renta disponible y por ello se debe acometer un mejor reparto. "Se necesitan políticas de rentas", ha añadido. Eso sí, aconseja que se tome como guía la inflación subyacente al permitir obtener una dinámica más equilibrada para el conjunto del país. También descarta que vaya a enquistarse y prevé que los precios volverán poco a poco a unos niveles más normalizados.
De cualquier modo, Álvarez ha insistido en que no se trata de un escenario de recesión sino de menor crecimiento, el cual es posible que tenga en algún momento cierta incidencia sobre el coste del crédito, así como el ya asumido impacto sobre los costes. Los objetivos, en cambio, se mantienen intactos. La entidad ha reafirmado su estrategia ante el mercado a pesar del nuevo contexto, pues existen elementos negativos que se verán compensados con otros más positivos, relacionados fundamentalmente con la subida de los tipos de interés oficiales.
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