Amazon cerró el año 2022 en el mercado español con unas ventas brutas generadas en su plataforma de comercio electrónico y en el resto de negocios que ascendieron a 6.400 millones de euros. Esta cifra, que incluye las de sus filiales directas y las de las dos sucursales de la matriz luxemburguesa, supone un crecimiento respecto a las cifras del ejercicio anterior, aunque el ritmo se ha ralentizado significativamente en pleno freno del consumo. El gigante estadounidense asegura que cuenta en España con alrededor de 40 centros, una cifra similar a la apuntada en 2021.
El grupo opera en España a través de dos grandes sucursales de matrices luxemburguesas, tanto para su tienda online -productos distribuidos de manera directa y a través de terceros en su marketplace- como para su negocio de computación en la nube. Además tiene otras filiales con las que gestiona otros productos como la publicidad digital o plataformas como Twitch. No consolida en ninguna sociedad española y tampoco ofrece datos segmentados de ambas sucursales. Pero sí que elabora un balance, que se ha hecho público este viernes, aunando toda la facturación generada en el país.
Esos 6.400 millones de euros hay que compararlos con una cifra de 2021 que no se ofreció cerrada. En aquel momento se apuntó a más de 6.000 millones. La compañía no fija la cuantía exacta. Si fueran esos 6.000 millones, el crecimiento sería de en torno al 6%, cinco puntos porcentuales menos que en el mismo periodo anterior. El grupo cerró el periodo en el negocio internacional -que incluye todas las ventas fuera de Estados Unidos sin contar la división de computación en la nube- con una caída del 8% por los efectos de las divisas hasta 118.000 millones de dólares.
En este balance anual, que la compañía lleva a cabo en España desde hace varios años, se incluyen cifras de contribución fiscal, pero sin desgloses específicos por tipología de tributos. Señalan que en 2022, los impuestos directos ascendieron a 317 millones -224 millones en 2021-, lo que supone un 5% de toda la facturación. La "mayor parte" corresponde a los tributos sobre las nóminas y Seguridad Social pagados por la empresa. El Impuesto sobre Sociedades es minoritario en esa cifra, al igual que otros más pequeños como el desembolsado por la adquisición o construcción de terrenos, el impuesto sobre los servicios digitales (la llamada 'tasa Google') o los derechos de importación.
La multinacional estadounidense no desglosa el Impuesto sobre Sociedades, que incluye entre los directos los cuales ascendieron a 317 millones (un 5% de los ingresos brutos)
No hay desglose en esta comunicación pública del grupo sobre beneficios netos generados por las operaciones, sobre los que se calcula el Impuesto de Sociedades. Las dos grandes vías de negocio -tienda online y nube- trabajan con sucursales de la matriz luxemburguesa. Estas son las que generan la venta, como establecimiento permanente en el país. En el informe presentado este viernes se argumenta que las ganancias de explotación "siguen siendo relativamente bajos" y lo justifica en la "presión de los precios", la inflación y las inversiones. "La mayoría de los gobiernos -incluido el español- animan activamente a las empresas a realizar estas inversiones y a menudo utilizan el sistema fiscal para ello", apostillan.
Al margen de los impuestos directos, la empresa asegura que en los indirectos, donde se incluyen el IVA y los abonados por los empleados y retenidos por el grupo, suman 614 millones -68 millones durante el año anterior-. La subida se explica porque incluyen las ventas de las terceras empresas que generan la venta en la plataforma (lo que se conoce en el argot como 'marketplace'). Esto se produce después de que la Agencia Tributaria sellara un acuerdo con Amazon para combatir el fraude en el IVA y otros impuestos indirectos. Con este pacto, la compañía estadounidense se compromete a facilitar a la AEAT información trimestralmente sobre los vendedores, para tratar de generar una mayor trazabilidad en el proceso y evitar incumplimientos.
En cuanto a la división logística, la empresa se limita a asegurar que tras los diferentes movimientos efectuados durante el ejercicio fiscal pasado el número de centros abiertos ronda los 40. Es la cifra idéntica a la aportada el año pasado. En su balance asegura que abrieron "nuevos centros". Fuentes internas de la compañía aseguraban a La Información a mediados del año pasado que había medio centenar, entre las estaciones logísticas -más pequeñas y más cerca de zonas urbanas-, almacenes para paquetes voluminosos o espacios para la entrega de frescos.
El gigante dibuja una planta de unos 40 centros logísticos en España, una cifra idéntica a la aportada el año pasado, en pleno freno
El grupo asegura que en los primeros meses de 2023 han ejecutado dos aperturas con centros robotizados. Una de ellas es en Zaragoza y otra en Girona -esta última estaba prevista para 2022 pero se retrasó-. En cambio, cerrará Martorelles, donde trabajaban casi 750 empleados. Se negoció con el comité empresa la salida o reubicación de la plantilla en estos dos espacios. Desde la matriz del grupo en EEUU se ha señalado que se trabaja en la "racionalización" de espacio logístico tras el boom post-pandemia. Desde Luxemburgo, como avanzó La Información, se han rebajado más de un 25% las inyecciones de liquidez para las inversiones en la división de almacenes en España.
En cuanto al empleo, la empresa apunta que hoy cuenta con más de 22.000 empleados a tiempo completo e indefinidos en España -no se cuentan los fijos discontinuos ni los reclutados a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT)-. Esto supondría, según sus propias cifras, un crecimiento de más de 4.000 puestos en este último año. El objetivo que se había marcado en un primer momento era alcanzar los 25.000 para el año 2025.
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