Amazon pone las bases para la construcción de su nuevo 'megacentro' de distribución en Illescas (Toledo). El gigante del comercio electrónico pone los ojos en la localidad castellana para levantar uno de los mayores emplazamientos logísticos, que debería estar en funcionamiento en dos años. Una de las claves: las diferencias salariales que llegan a los 5.000 euros en los empleados de base respecto a lo que cobran en la Comunidad de Madrid.
Los antecedentes no son especialmente halagüeños para la tecnológica. Esas diferencias salariales fueron claves para que se viera obligada a tirar de Empresas de Trabajo Temporal (ETT) con el fin de cubrir vacantes en la apertura de la primera fase del almacén de Illescas -con más de 100.000 metros cuadrados- esta primavera. Pese a que hubo traslados de algunos empleados del centro principal en Madrid, las dificultades para reunir la plantilla suficiente en el arranque fueron significativas.
Ahora, la compañía busca ampliar su presencia en la ciudad y levantar un nuevo almacén. En esta línea, ha creado una filial llamada MAD7 Fulfillment SL, dedicada a la compra, venta y arrendamiento de inmuebles de todo tipo. Según fuentes del comité de empresa en Madrid, se trata de la sociedad que gestionará el 'megacentro' en la localidad toledana. Desde la dirección de la empresa se limitan a decir, a preguntas de este medio: "No hacemos comentarios sobre planes futuros".
Estos planes, que fueron avanzados por 'El Economista', tienen en las condiciones de trabajo una de las claves. Según los datos de los principales sindicatos, debido a que ninguno de los centros de almacenamiento de la empresa estadounidense están vinculados a un convenio propio, las 'reglas' las marca el documento provincial y regional. Y en estos, negociados por patronales globales y los propios sindicatos, las brechas son importantes.
Sólo en el caso del mozo de almacén, que es la categoría más baja de las vinculadas al trabajo en el centro, en Illescas cobra una media de algo más de 14.000 euros anuales frente a los 19.000 euros que suponen la puerta de entrada en la Comunidad de Madrid. Estas diferencias se extienden también a puestos de responsabilidad y a otras categorías superiores, según confirman fuentes sindicales. La distancia que existe entre el ecopolígono de la localidad toledana y el centro logístico clave en San Fernando de Henares (Madrid) es de algo menos de 60 kilómetros.
Estas diferencias se producen en un momento en el que la sindicalización de las plantillas de Amazon es aún muy escasa, dado que muchos de los centros han sido abiertos en los tres últimos años. Sólo uno de cada diez almacenes tienen un comité de empresa formado y elegido por los empleados para negociar con la dirección. El último en hacerlo ha sido el de El Prat de Barcelona, el segundo más importante en España con más de 1.500 empleados.
El antecedente en 'BCN' con su filial
Al margen de las condiciones de trabajo, la trastienda societaria de este tipo de filiales ya es conocida. La compañía creó en el año 2016 la compañía BCN1 Fulfillment SL, con el objetivo de gestionar la construcción y gestión del almacén de El Prat. No tiene ningún empleado (todos sus mozos son contratados por la matriz). Es esta compañía no sólo se ha encargado hasta ahora de la gestión y la construcción del inmueble, sino también del arrendamiento a la matriz. Así, esta sociedad ha gestionado activos inmobiliarios por valor de 135 millones de euros, que corresponden al centro localizado en Barcelona, y los ha arrendado a la matriz Amazon Spain Fulfillment. Sólo en 2018, según sus propias cuentas, cobró 8 millones de euros por ese alquiler.
A principios de este año, el gigante contaba en España con más de una treintena de centros. La mayoría son gestionados directamente por ellos y otros están subcontratados a algunas de las empresas del sector. En los últimos meses ha arrancado un proceso de 'leasing-back' con algunos de sus centros. Precisamente lo ha hecho con el gran almacén de El Prat, por más de 130 millones de euros. Se lo queda, junto a otros dos en Londres y París, el fondo soberano de Corea del Sur. A esta operación se podría sumar otra con las instalaciones con las que cuenta en Sevilla.
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