El año 2018 fue un punto de inflexión para Amazon en España. Fue el primero en el que el gigante del comercio electrónico tuvo que lidiar con varias movilizaciones sindicales y huelgas en el mayor centro logístico con el que cuenta en el país, en Madrid, por el empeoramiento de las condiciones de trabajo. Ahora se conocen las cifras: la tecnológica recortó ese año más de un 9% el salario medio de la plantilla de su división con la que gestiona los casi 30 almacenes hasta situarlo en los 25.600 euros anuales.
Desde hace cuatro años, Amazon Spain Fulfillment, la filial con la que gestiona toda la logística para la entrega de paquetes a sus clientes en España, no ha hecho más que crecer a una gran velocidad. En 2015 contaba con una plantilla media -entre indefinidos y temporales, al margen de los contratos gestionados por Empresas de Trabajo Temporal- de 365. Cuatro años después roza los 3.000. El crecimiento procede, principalmente, del lado de los operarios de almacén, con salarios mucho más bajos.
Ese crecimiento en número no ha elevado los salarios medios de esos nuevos empleados. Es más, lo ha recortado. Según las cifras que acaba de presentar la empresa en el Registro Mercantil, Amazon recortó un 9,1% los sueldos de la plantilla. El ejercicio 2018 se cerró con unas retribuciones por empleado de 25.605 euros, frente a los 28.173 euros de un año antes. Estas condiciones son exclusivas de los trabajadores contratados por la filial.
Se trata, por tanto, del salario medio. Fuentes oficiales de la compañía quisieron precisar que no ha implementado "ninguna reducción salarial" en la compañía y que los rangos salariales de la plantilla están definidos "en base a una variedad de factores como los requerimientos del puesto, las habilidades , o los niveles de responsabilidad que varían de un puesto a otro". "También los rangos salariales de los distintos convenios colectivos influyen", asegura.
Al margen quedan todos los contratados a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que en el caso del mayor centro, representa casi la mitad del equipo total. Es imposible dilucidar sus condiciones particulares, pero se detecta su crecimiento en la fuerte subida del gasto de servicios profesionales independientes hasta los 134 millones -no se desglosa cuánto procede al pago a compañías como Adecco o Randstad pero todo apunta a que es un porcentaje muy relevante-.
El cálculo de ese salario medio se basa en la misma fórmula que utiliza la propia Amazon en su memoria anual. Se incluyen los salarios -sin gastos sociales- y se excluye el plan de incentivos sobre acciones que suelen tener los empleados clave y los 'jefes' (el gasto registrado durante el año 2018 para esta forma de remuneración 'extra' se elevó de manera importante hasta los 4,8 millones de euros). Este desembolso en emolumentos fue de 76 millones de euros durante el año.
El recorte de salarios se produjo en el año de las huelgas en el mayor centro logístico, ubicado en San Fernando de Henares (Madrid). Unas huelgas que fueron motivadas por la falta de acuerdo del comité de empresa con el cambio en las condiciones de trabajo ejecutado por la compañía tras acogerse al convenio regional de la logística y abandonar el que había negociado en el año 2016. Ese cambio implicaba, según denunciaron en su momento los sindicatos, un empeoramiento de las condiciones en el precio de la hora extra, las categorías profesionales, la garantía de subida salarial o el complemento de baja por incapacidad temporal.
Brecha salarial y de género
Si se entra en el detalle de los salarios, Amazon desglosa por primera vez en un informe de gestión y de información no financiera supervisado por la consultora EY. En él, el gigante explica que la brecha salarial entre los jefes y el personal menos cualificado (operarios de almacén) es de 1 a 5. Es decir, los directivos y mandos intermedios ganaron una media de 94.278 euros, frente a los 21.544 de los operarios de almacén.
¿Y entre hombres y mujeres? Hay que tener en cuenta que Amazon, como otras muchas empresas tecnológicas, tiene una inmensa mayoría de hombres en su plantilla. A cierre de ejercicio había 1.318 mujeres de los 4.140 del total. Es decir, apenas representan un tercio (31%). En materia salarial, las diferencias no son tan evidentes. Al menos, es lo que defiende la compañía en esa memoria de gestión: los hombres ganan una media de 25.598 y las mujeres 24.912 euros.
Al margen de las brechas, el incremento de actividad en la división también ha acarreado un mayor número de accidentes laborales que causaron una baja entre la plantilla. En total sumaron 187 durante todo el ejercicio, sin incluir los que se produjeron 'in itinere' (en los trayectos de camino al trabajo). En total, son casi 59 accidentes por cada por cada 1.000 empleados.
5 millones de negocio de la nube
Esa aceleración en la actividad de Amazon en España, con el fiel reflejo en su logística, se trasluce en las cuentas de resultados de la filial. Declara unos ingresos de 365 millones de euros, lo que supone un acelerón muy significativo respecto a los 211 millones de un año antes. Pese a ello declara unos beneficios antes de impuestos de 8,3 millones, lo que, tras los ajustes contables, supuso un pago de 4,6 millones de euros de Impuesto de Sociedades a la Agencia Tributaria en España.
No es esta la única filial de Amazon que acaba de presentar cuentas. También lo han hecho dos de las otras tres: la dedicada a la nube (Amazon Data Services Spain) y la que gestiona la publicidad que aparece en la web de su tienda (Amazon Online Spain). Entre ambas declararon algo más de 60 millones de euros y pagaron apenas 1,5 millones a Hacienda. El primero es el caso más llamativo. Esta tecnológica es la líder en soluciones en la nube, con una cuota de mercado de más del 30% a nivel global. Debido a que toda la facturación se hace fuera de España, por su estructura fiscal, la filial sólo declara apenas 5 millones de negocio.
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