Apenas un mes después de que Room Mate fuera a concurso de acreedores, su plan de rescate está más cerca que nunca. La operación urdida por el fondo estadounidense Angelo Gordon junto al grupo canadiense Westmont Hospitality, quienes ya han estructurado su plan de absorción de los activos de la hotelera, ha ganado enteros desde esta semana tras vencer el plazo para mejorar ofertas sin que aparezca ningún rival, según trasladan las fuentes consultadas. El calendario fue de diez días y se fijó por la juez concursal con fecha última este domingo a las 00.00 horas de la noche.
La recta final se inició el viernes 8 de julio, cuando el equipo de Pwc elegido como administrador concursal dio su plácet a la oferta de Angelo-Westmont y se lo comunicó a la juez, quien habilitó como medida un plazo de gracia para que concurrieran posibles interesados. Esta proposición no valía para cualquier candidato, sino para aquellos que solo estuvieran dispuestos a igualar las credenciales presentadas por el fondo de inversión y el grupo hotelero.
Angelo y Westmont ya habían cogido ventaja en Room Mate, pues a su oferta vinculante por la matriz de la hotelera -solo Room Mate SA está en concurso- sumaban su papel de acreedor tras haber asumido el préstamo puente que la compañía de Kike Sarasola recibió de Atitlan (Roberto Centeno y Aritza Rodero) con la esperanza de después obtener el rescate de la SEPI, dependiente del Ministerio de Hacienda.
Al margen de la oferta y sus términos, Angelo y Westmont han creado ya la estructura societaria con la que controlarán la hotelera, explican las mismas voces. Desde Países Bajos han constituido recientemente la estructura mercantil con dos compañías que responden a las siglas de los implicados (AGWH RM Holding 1 y AGWH RM Holding 2). Se trata de dos sociedades limitadas que coinciden en su domicilio social en Ámsterdam. Pese a la ausencia de ofertas alternativas, la última palabra la tiene la juez, que instruye el caso desde el Juzgado 14 de lo Mercantil de Madrid.
Casi un mes del concurso
Este último capítulo llega tras casi un mes de concurso de acreedores en Room Mate. Fue una decisión meditada por Sarasola, que durante meses trató de cerrar una oferta solo por el paquete accionarial de su socia Sandra Ortega -ahora es por toda la compañía-, quien había manifestado su voluntad de vender su participación. Ortega, que prestó oxígeno financiero a Sarasola durante los años de expansión, inició su salida pero de manera abrupta, ya que en paralelo abrió una guerra judicial con su ex gestor financiero por los avales que firmó en su nombre y, según defendió, se realizaron sin su aprobación.
Esos problemas han sido claves para explicar la situación que ahora mismo vive Room Mate. Sus problemas se acrecentaron porque el pool bancario (Bankinter, Abanca y Caixabank, entre muchos otros) tenedor de la deuda de la hotelera ha frenado otras propuestas de compra por la compañía, como fue el caso de Texas Pacific Group (TPG) y su socio local Itaka, quien quiso hacerse con la compañía en sus malos momentos. El propio Sarasola afirmó en un comunicado que el pulso de Ortega con la banca le ha perjudicado.
Pese a todo, la idea de acogerse a concurso es menos traumática de lo pensado. La empresa transmitió tranquilidad en su comunicado y aseguró que seguirá desarrollando su actividad con plena normalidad. "El objetivo prioritario de la firma ha sido y es ofrecer el mejor servicio a sus clientes, siempre", explicaron. En el mismo escrito añadieron que la nueva ley concursal permitiría que el proceso fuese eficaz y que así ellos contribuirán "con todo lo necesario para facilitar su desarrollo de la forma más eficiente".
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