Apple teme más problemas con Hacienda: reserva 3 millones en su filial de tiendas

  • El precio de transferencia pagado por la compra de los productos y de los cánones de explotación de imagen es la clave 
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Apple no cree que sus ‘affaires’ con Hacienda hayan acabado. Después de que la Agencia Tributaria le haya obligado a pasar por caja y pagar 14 millones de euros tras una inspección a su filial de tiendas, ésta ha reservado otros 3 millones más por “riesgos fiscales futuros”. El precio de transferencia al que la filial española compra a su matriz irlandesa los productos y los derechos de imagen son la clave para reducir al máximo su factura fiscal. El año 2017 lo cerró con el pago de 8 millones de euros en Impuesto de Sociedades.

Tras el cierre del año 2016, Apple estaba segura de que no acabaría bien para sus intereses la inspección que había iniciado la Agencia Tributaria por el Impuesto de Sociedades que grava los beneficios; el Impuesto de No Residentes, que grava la renta obtenida en España por empresas no residentes en dicho territorio (en este caso en Irlanda), y el IVA.

Así reservó 9 millones de euros en una provisión que, a tenor del resultado del acta de liquidación, era insuficiente. Pero, ¿por qué no ha gastado toda esa reserva? De los 9,1 millones guardados sólo ha gastado 6,1 millones. ¿Y los otros 3? “El saldo remanente corresponde a la estimación de la sociedad por riesgos fiscales futuros”, reconoce la propia compañía. Espera, por tanto, que haya más ajustes en el futuro.

El precio es clave

Tanto en este pago obligado de impuestos no abonados por la filial Apple Retail como en otros que se han vivido en el pasado hay una clave: el precio de transferencia. Éste no es más que el coste al que las empresas filiales locales pagan los productos y servicios que compran a las matrices donde reside la propiedad intelectual. Elevarlo sobremanera hace que los costes en las sociedades de los diferentes países también crezcan y, por tanto, reduzcan los beneficios (y, por ende, los impuestos de sociedades).

En el caso de Apple, hay tres tipos de precios. Uno el que cobra la filial Apple Marketing Iberia por la promoción de los productos y servicios. Se trata de una comisión sobre las ventas, que no es pública ni la deja patente en sus memorias anuales. Otro es el que cobra una de las dos sociedades con las que el gigante centraliza todas las ventas internacionales en Irlanda (Apple Distribution International) a Apple Retail Spain, la filial española de tiendas, por los productos que luego vende en sus tiendas.

El tercer precio es el que paga España a Irlanda, donde reside toda la propiedad intelectual, en forma de canon o ‘royalty’ por la explotación de la marca de la manzana mordida. De cada una de las facturas pagadas por Apple Retail, ésta deberá llevar a cabo una retención de hasta el 10% en concepto de Impuesto de No Residentes tal y como queda reflejado en el convenio de doble imposición entre España e Irlanda.

¿Y qué sucede con las transacciones digitales? Son las procedentes de su servicio en la nube (Cloud) o de la compra de todo tipo de contenido o aplicaciones en la App Store o iTunes. Todas ellas no pasan por España, pues quien factura todos estos productos digitales es directamente Apple Distribution International (Irlanda).

¿Dónde va el dinero del producto español?

El precio de transferencia es la clave. Pero, ¿cuál es el movimiento que hace el dinero desde que sale del bolsillo de un español que compra un producto en una de las once tiendas físicas de Apple?. Los 1.159 euros de un iPhone X son abonados en el establecimiento y facturados por dicha filial.

Pero para que ese iPhone pueda ser retirado de la tienda, Apple Retail Spain ha tenido que adquirirlo a la matriz irlandesa. Así, la filial gastó 279 millones de euros (facturó 382 millones) en adquirir esos productos a Apple Distribution International. Esta es la que, según el esquema que dio a conocer en su momento The New York Times, traslada todos los beneficios (que han tributado a un porcentaje mínimo gracias al acuerdo fiscal o ‘tax ruling’ alcanzado con el Gobierno irlandés) a una sociedad holandesa y esta lo envía de nuevo a la segunda matriz irlandesa (de ahí el nombre de ‘doble irlandés’). Ésta última, gracias a la legislación irlandesa, si está controlada por directivos de otros países, como el Caribe, los beneficios pueden moverse ‘gratis’. Apoyada en esa normativa, la empresa mueve las ganancias a un paraíso fiscal.

Problemas también en otros países

Los problemas que Apple está viviendo con la Hacienda española no son excepción en Europa. También en Reino Unido se ha visto obligada a pasar por caja y ajustar los impuestos abonados en el país en los últimos meses.

A esto hay que añadir la decisión de la Comisión Europea de exigir a la tecnológica la devolución de 13.000 millones de euros en impuestos no pagados en el país, debido a los acuerdos fiscales acordados con el Gobierno del país y que redujeron su factura fiscal allí al 0,005%.

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