Atlantia reunirá a su cúpula para afrontar el órdago sobre el 65% de sus ingresos

  • La compañía prevé reunirse la próxima semana para trazar una hoja de ruta ante el desafío lanzado por el Gobierno italiano de revocar sus concesiones.
Atlantia, Giovanni Castelluci
Atlantia, Giovanni Castelluci

El enfrentamiento entre Autostrade, y por extensión su matriz Atlantia, con el Gobierno de Italia ha acaparado la atención mediática, tras el trágico derrumbe del puente Moranti. Las autoridades italianas han advertido que van a revisar todas las concesiones que posee la constructora a través de su filial, y han advertido que algunas podrían ser revertidas.

La situación no es fácil para Atlantia, como ha puesto de manifiesto el mercado: la italiana ha perdido en dos sesiones más de 6.000 millones, lo que supone más de 30% de su capitalización. Incluso en las primeras horas de la sesión de este jueves, la firma fue suspendida después de caer cerca del 50% según informó Reuters. El problema es obvio, la amenaza del Gobierno italiano no solo pone en jaque el 65% de los ingresos de Atlantia, sino que le puede generar mayores costes. Por un lado, la multa a la que puede enfrentarse, de unos 150 millones. Por otro, que si la concesión finalmente es retirada, Autostrade debería abonar hasta 3.200 millones a sus bonistas por el efecto de una cláusula que se incorporó en el contrato de colocación.

La importancia que tiene Autostrade a través de sus concesiones sobre la matriz es muy importante. Entre 2013 y 2017, la firma generó más de 4.000 millones en beneficios, de los cuales 3.750 fueron directamente a parar a Atlantia vía dividendos. De hecho, de los 2.903 millones que ingresó Atlantia en el primer semestre, 1.901 correspondían directamente a Autostrade, un 65%.

Atlantia, a través de Autostrade, tiene el control de cerca del 50% kilómetros de carreteras en Italia, con más de 3.000 kilómetros. En concreto, cuenta con seis concesiones que controla a través de participaciones en distintas empresas. La principal es Autostrade per L’Italia que acumula el mayor número de redes y kilómetros con más de 2.800, y generó en el primer semestre de 2018 hasta 1.740 millones de euros. Por las carreteras controladas por dicha sociedad, que tiene la concesión hasta 2038, pasaron más de 22.000 vehículos, un 90% del tráfico de todo el grupo.

Además, Autostrade per L’Italia es el punto central en la investigación, puesto que era la concesionaria de la A10, que se ocupaba del mantenimiento del puente Moranti. Asimismo, el año pasado había conseguido un contrato, para esa misma autopista, por valor de entre 4.200 y 4.300 millones de euros. Ahora, es el principal contrato que tiene en duda la compañía tras el trágico suceso.

El resto de concesiones de la firma, apenas cubren algo más de 160 kilómetros de carreteras. Por volumen de ingresos, la mayor segunda concesión es la de Meridionali con unos ingresos operativos cercanos a los 46 millones, con algo más de 50 kilómetros de carretera. La tercera, con unos ingresos en torno a 40 millones, es la Tengenziale di Napoli que es capaz de generarlo con apenas 20 kilómetros de carretera. Unos 30 millones ingresa a través de ‘Società Italiana per il Traforo del Monte Bianco’. Por último, los ingresos generados por Società Autostrada Tirrenica y Raccordo Autostradale Valle d’Aosta se quedan muy por detrás de las anteriores, pese a sumar la más de 80 kilómetros de carreteras.

Reunión de la cúpula la próxima semana

Por todo ello, con la firma desangrándose en bolsa y con una tormenta de efectos colaterales alrededor de la misma, es necesaria una reunión de urgencia al más alto nivel. La asamblea se dividirá en dos entregas: la primera, que solo reunirá a la cúpula de Autostrade, que incluye a Atlantia, al fondo Silk Road y a inversores extranjeros como Allianz, será el martes 21. La segunda, será un día después y reunirá a la junta directiva de la matriz, según ha explicado la prensa económica italiana. En concreto, será la familia Benetton junto al fondo GIC de Singapur, la Fundación CRT y HSBC.

Atlantia y Abertis son líderes en la gestión de autopistas en sus respectivos países | EFE
Atlantia y Abertis son líderes en la gestión de autopistas en sus respectivos países | EFE

El primer punto que de ambas reuniones será tratar el colapso del viaducto A-10 que tuvo lugar en Génova y que ha causado 39 muertes. Aunque obviamente, acto seguido en la reunión se deberá tratar las repercusiones políticas que está teniendo la tragedia tanto en el ámbito político, como a nivel de mercados con el hundimiento de la cotización. Pese a ello, fuentes de las empresas han asegurado a la prensa italiana que por el momento todo esta en el aire, puesto que cada día se conocen nuevas noticias y se hacen nuevas declaraciones.

Por último, se ha señalado que los socios principales de Atlantia, la familia Benetton, estaría pensando en cambiar a la cúpula de la firma, en un movimiento de lavado de cara. Se trata de una probabilidad plausible, señalan desde Italia. Aun así, no hay nada concreto hasta que lleguen las reuniones y además, cada decisión debe evaluarse y contar con la opinión de los accionistas minoritarios. Lo que sí parece más plausible, que a lo largo de la reunión se debata también el papel de los inversores extranjeros.

Autostrade pasa al ataque frente a las autoridades italianas

A través de una nota de prensa remitida el jueves, Atlantia se ha querido defender de las acusaciones del Gobierno de Italia. En primer lugar, la compañía ha criticado las formas del Ejecutivo en el anuncio de la posible revocación debido a que "puede tener impacto para los accionistas y obligacionistas de la sociedad". De hecho, así ha ocurrido: para los accionistas, las declaraciones del gobierno han hundido el valor de su inversión un 30% en apenas dos días. Por otro, también se han disparado el precio de los bonos de Atlantia, en este caso, al contrario que con las acciones, una subida del intereses de los mismos rebaja con fuerza su valor.

La firma también ha querido hacer hincapié en que si el Gobierno decide revocar las concesiones de Autostrade, "se deberá reconocer el valor residual de la concesión". La firma ha reconocido además, que se estaría hablando de un valor entre los 15 y los 20.000 millones de euros, una cifra muy alta para que la pudiera asumir el Ejecutivo italiano.

Por otro lado, también ha destacado que las acusaciones "se han efectuado sin una previa argumentación específica y en ausencia de comprobación de las causas efectivas". Este último punto, es uno de los puntos a los que se acoge con fuerza la firma, el otro es el alto coste, para descartar por el momento una posible intervención del ejecutivo italiano.

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