Los proyectos del Fondo UE

El automóvil español acelera con el foco puesto en Europa y el vehículo eléctrico

Según datos de ‘Invest in Spain’, esta industria representa el 10% del PIB español y el 18% del total de las exportaciones, además de generar cerca de dos millones de puestos de trabajo.

coche electrico
El automóvil español acelera con el foco puesto en Europa y el vehículo eléctrico
EFE

El sector de la automoción siempre se ha considerado como el puntal español en la industria mundial. Ford, Mercedes-Benz, Nissan, Renault, Volkswagen, son solo algunas de las marcas que han apostado por España y que reparten su producción entre Almussafes, Vitoria, Ávila, Vigo, Palencia o Martorell, posicionando a España como el segundo mayor fabricante de automóviles de Europa y el noveno a nivel mundial.

Toda una industria estratégica que comparte un nexo común: los centros de decisión empresarial están en el extranjero. Sin embargo, esto no ha impedido que se establezca una comunión entre sindicatos, gobierno y empresas que ha permitido mantener a España en los puestos de cabeza de un sector que sólo en nuestro país, según datos de ‘Invest in Spain’, representa el 10% del PIB y el 18% del total de las exportaciones. Cerca de dos millones de trabajos están ligados a la industria, y de ellos 300.000 son empleos directos.

Sin embargo, no todo son noticias positivas y esperanzadoras para el sector. Además de la crisis producida por la pandemia, la aparición de nuevos competidores en los mercados internacionales, la dependencia estratégica de semiconductores y un cambio tecnológico basado en el vehículo eléctrico y de hidrógeno, amenazan la estabilidad del principal vector industrial español. Con el ánimo de paliar en la medida de lo posible los efectos negativos de estas variables y apuntalar las inversiones necesarias para acometer las reformas que necesita la automoción, Europa entera se ha lanzado a presentar planes que sitúan al coche como ‘el niño bonito’ de los fondos NextGeneration. Italia, con 19.000 millones y Francia con 20.000 millones de euros lideran las cifras de movilización de inversión que, en el caso alemán, ascienden a más de 5.000 millones de inversión directa en un sector clave para la recuperación económica europea.

España a por el sueño eléctrico

En España, el Ministerio de Industria ha dividido en dos la fuerza tractora del plan de recuperación. Por una parte, en una apuesta nada desdeñable a favor del vehículo eléctrico, destinará 4.295 millones hasta 2023 para prepararla hacia la ‘producción total’ de automóviles eléctricos. La inversión tomó forma jurídica durante la presentación del que fue el primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (PERTE). En segundo lugar, junto a los fondos propios del PERTE para el vehículo eléctrico, el gobierno espera generar un volumen de inversión cercano a los 19.000 millones de euros, en el que se incluyen 800 millones para la adquisición directa de vehículos y puntos de recarga, 300 millones dedicados a proyectos relacionados con la movilidad sostenible, y otros 3.000 para las plantas de fabricación, divididos en partidas para la mejora de infraestructuras, transportes y redes logísticas.

El objetivo del Ejecutivo es contar con una fuerza tractora impulsada por los fondos NextGen que sea capaz de crear una media de entre 68.000 y 141.000 puestos de trabajo, con un impacto sobre el PIB estimado entre los 10.000 y los 18.000 millones de euros en función del mayor o menor éxito del plan. El proceso administrativo para poder optar a las ayudas se ha simplificado, con el objetivo de fomentar la concurrencia entre diferentes empresas y fomentar la colaboración público - privada.

Las empresas deberán presentar sus proyectos de manera conjunta para poder optar a la financiación europea y se estima que, gracias a la apuesta por la movilidad eléctrica, España pueda constituir “asociaciones virtuosas” que unan a empresas energéticas con industriales, dando incluso la posibilidad de crear “campeones nacionales” en las que compañías como Iberdrola, Telefónica o Endesa, puedan prestar servicios conjuntos con otras tradicionalmente vinculadas a la automoción como Seat, el grupo Volkswagen o Ford para “revolucionar” el sector español del vehículo eléctrico.

La realidad está haciendo que las empresas vayan poco a poco accediendo a esta financiación. Según Auto Mobility Trends, el 27,5% de las compañías ya están participando en proyectos del plan europeo de reactivación, si bien el interés de las empresas por el mismo varía en función de su tamaño, yendo desde el 100% de las firmas de servicios de nueva movilidad, hasta el 16% de los concesionarios o el 58% de los fabricantes y el 24% de los proveedores de componentes y servicios.

Las aspiraciones del Ejecutivo pasan por la movilización total del sector en una iniciativa que puede ser “de los mayores proyectos no de España, sino de Europa, de las últimas décadas”, como aseguró el presidente del Gobierno durante la presentación del PERTE para el vehículo eléctrico, y en la que también se busca la complicidad con el consumidor. Así se espera que por las carreteras españolas circulen 250.000 vehículos eléctricos y se instalen entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga.

Formación para un nuevo sector

Con respecto al eje de la formación, un aspecto que la Unión Europea privilegia y condiciona para acceder a los fondos, la principal apuesta de España es por la fabricación de baterías, cuyo principal baluarte es la “Academia de las baterías” un proyecto repartido entre diferentes centros en los que se espera formar a 150.000 personas para cubrir toda la demanda que se espera pueda llegar a movilizar la nueva apuesta eléctrica en el país. En este sentido, todos los proyectos deberán acompañar a su propuesta un plan formativo en el que se prevean las necesidades para acudir a un mercado laboral, caracterizado por la falta de la mano de obra adecuada para dar salida a las pretensiones de gobierno y compañías.

Por último, la digitalización también tendrá un apartado en la transición industrial hacia el nuevo modelo de movilidad futuro. José Lopez Tafall, director general de ANFAC, aseguró durante un acto organizado por la CEOE en junio, que “la digitalización es un cambio que no tiene unos objetivos concretos, no hay un pacto verde europeo o similar, pero realmente es una fuerza que va a cambiar el sector de la automoción”. Y es que al carro de la automoción se han subido ya muchos países que ofrecen precios mucho más competitivos en la fabricación de vehículos. La digitalización, tanto de procesos administrativos como de producción, pasa por la inversión y la búsqueda de socios tecnológicos. Para Tafall, “desde el punto de vista de España y de su economía, con la digitalización nos estamos jugando la competitividad que tiene que verse reforzada con la digitalización porque nuestra base es la flexibilidad y no el precio bajo”.

Hasta el momento, el sector parece comprometido con el plan presentado por el gobierno. El hecho de que el PERTE del vehículo eléctrico haya sido el primero en inaugurarse pone de relieve la importancia de un sector directamente afectado por la pandemia, pero también por otros muchos factores que amenazan su continuidad como referente en la economía y fuerza laboral de España.

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