Pierde fuelle en territorio nacional

Abertis tirará la toalla en España si no da un giro de 180 grados en la AP7 y AP2

El mercado nacional pasará a convertirse en un activo residual para la firma en manos de Florentino Pérez  y los Benetton después de que Fomento recupere el control definitivo de las autopistas en agosto.

Peaje Abertis
Abertis tirará la toalla en España si no da un giro de 180 grados en la AP7 y AP2
EFE

Abertis podría salir del pódium del mercado nacional de las autopistas de peaje. La firma en manos de Florentino Pérez y los Benetton perderá en meses su contrato más jugoso del país. El plazo para la explotación de los tramos más rentables de la AP-7 y la AP-2, que la empresa gestiona a través de su filial Acesa, finaliza el próximo 31 de agosto. El grupo que controlan ACS y Atlantia revivirá este verano la pesadilla que sufrió al desprenderse de las autopistas que gestionaba a través de Aumar. Y es que, en suma, las próximas reversiones al Estado abrirán un agujero en la compañía cercano al 30% del resultado neto consolidado que atesoró la firma hace tan solo dos años. 

En Abertis tienen claro que, si no se produce un giro de 180 grados antes del vencimiento de la concesión, el 'roto' de ambas autopistas obligará a la compañía a resignarse a que el mercado nacional baje posiciones, a pasos agigantados, en su balance. La cuenta atrás ha comenzado. Tras la salida de Abertis, el departamento de José Luis Ábalos se pondrá al volante de la AP-7 entre Tarragona y la frontera con Francia, y la AP-2 entre El Vendrell (Tarragona) y Zaragoza, de forma inmediata, en la madrugada del 31 de agosto. Acesa, la 'joya' de la compañía en el mercado nacional que en 2018 se impuso a sus competidoras con un beneficio cercano a los 308 millones de euros, se quedará sin dos de las vías de pago con más tráfico el país, incluyendo la conexión más significativa entre Francia y el Corredor Mediterráneo. 

Sin su mayor filón dentro del territorio nacional, Abertis perderá fuelle en suelo español y encomendará el ajuste en las cuentas a su capacidad de expansión internacional. La maquinaria lleva años en marcha. Con el vencimiento de las concesiones como ultimátum, hace años que Abertis es consciente de que su crecimiento en España entraría en un peligroso cuello de botella. La firma -en manos de Atlantia (50%), ACS (30%) y su filial alemana Hochtief (20%)-, ha ido recortando el peso del mercado español en sus fuentes de ingresos. Si se atiende únicamente al negocio de las autopistas de pago, España pasó de suponer el 38,5% del beneficio bruto del grupo en 2015 al 33% en 2018. Los resultados de 2019 atribuyeron a la actividad en suelo nacional el 29% de los ingresos totales de Abertis.

La empresa, que siempre ha manifestado su apuesta por un modelo de pago por uso en la red de autopistas española, es consciente del 'coto' que impone la política de la cartera de Ábalos a su negocio nacional. En 2019, Abertis dio un paso clave para su internacionalización, con la compra -junto al fondo soberano de Singapur GIC-, del 70% de la participación de Goldman Sachs en la  Red de Carreteras de Occidente (RCO), uno de los mayores operadores de carreteras de México. La operación -primer gran movimiento de la firma bajo el paraguas de ACS y Atlantia-,  se cerró por un monto total de 1.500 millones. ¿El objetivo? "Con la adquisición del control de RCO, Abertis demuestra su capacidad para sustituir la futura pérdida de ingresos derivados de la finalización de las concesiones, por otros activos con sólidas perspectivas de futuro y una vida concesional larga". 

Si quedaban dudas de la urgencia de Abertis por aplacar el 'agujero' de las vías españolas, el desembarco del grupo en EEUU en diciembre del año pasado despeja la ecuación. La catalana se hizo -junto a su socio Manulife Investment Managemen-, con la concesión de los túneles Elizabeth River Crossings (Virginia, Estados Unidos), protagonizando la mayor operación de infraestructuras sellada en el gigante norteamericano durante el año pandémico. El monto de la adquisición rondó los 2.000 millones y garantiza  a la compañía un plazo de explotación de 50 años. La apuesta de Abertis con el mercado internacional es firme y, gracias a ambas operaciones, la empresa ha logrado compensar la pérdida de terreno en suelo español. No queda otra.

El Ministerio de Fomento avanza con paso firme en su empeño de un país sin cabinas de peaje. El departamento de José Luis Ábalos hace meses que sondea las previsiones de tráfico en estas vías, previsibles para el momento en que se suprima el cobro de estas tasas. Con este fin, la cartera adjudicó un contrato por 538.466 euros para definir la 'hoja de ruta', con las medidas que el equipo de Ábalos deberá acometer una vez que se levanten las barreras tras la reversión definitiva de las concesiones al Estado. Se espera que el tráfico aumente notablemente -si la Covid lo permite-, una vez que el paso por la AP-7 y la AP-2 sea gratuito.

Todo apunta a que la supresión de los peajes seguirá su curso. Abertis, que perdió más del 30% de su tráfico en España a causa de la pandemia, ya ha puesto en marcha dos ERE en el marco de la pérdida de dichas concesiones. Todo apunta a que habrá un tercero. Dentro del accionariado, también existe cierta urgencia por consolidar la presencia internacional del grupo. El Gobierno italiano tiene a los Benetton ante el posible veto a las concesiones que Atlantia gestiona en el país, a través de su filial italiana Autostrade per l’Italia (ASPI), en la que cuenta con un 88%. La amenaza de este negocio, tiene al socio de Florentino Pérez contra las cuerdas y eleva la presión de la concesionaria italiana sobre la expansión de la filial española, que ya se ha convertido en su caballo de carreras.

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