Nuevo modelo de gobernanza

Azuaga trata de seguir en Unicaja hasta 2025, aunque sea sin poder ejecutivo

El todavía presidente de la entidad podría garantizar su continuidad en el cargo con calidad de dominical más allá de 2023. Necesita un pacto en el consejo que le permita renovar su mandato en la junta de abril

Manuel Azuaga, presidente ejecutivo de Unicaja.
Manuel Azuaga, presidente ejecutivo de Unicaja.
Efe

En paralelo a la guerra interna, el todavía primer ejecutivo de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, cuenta con una vía para mantenerse en la presidencia de la entidad más allá de 2023, año en que debe dejar el cargo según se prevé en el protocolo de fusión con Liberbank comprometido con el Banco Central Europeo (BCE). Azuaga, cuyo mandato vence en abril de 2022, podría garantizar su puesto en la entidad en calidad de consejero dominical hasta 2025, para lo que necesita un pacto que le permita renovar su mandato en la junta de este año.

Azuaga tiene por delante dos meses escasos para conseguir que alguno de los dominicales que entraron en el consejo el año pasado en representación de Liberbank le ceda su sillón, aun cuando la vigencia del mandato de todos ellos no vence hasta 2023. Esta vía precipitaría los cambios en el modelo de gobernanza acordados con Europa, que preveían despojar de las funciones ejecutivas a la figura del presidente en 2023. 

Esta opción llevaría a Liberbank a renunciar a alguno de sus asientos en el consejo -bien de sus dominicales, bien de los independientes promovidos por la entidad asturiana-, este pasaría a estar ocupado por Azuaga. Como contrapartida, Liberbank reforzaría antes de lo previsto a su 'hombre fuerte' en la entidad, el actual consejero delegado, Manuel Menéndez, quien podría asumir las funciones ejecutivas que dejaría vacante Azuaga desde el próximo mes de abril. En cualquier caso, el eventual nombramiento de Menéndez como consejero ejecutivo antes de 2023, como estaba planeado, exige la aprobación del consejo de Unicaja.

Existe otra posibilidad por la que Azuaga podría extender su mandato como presidente no ejecutivo hasta 2025. Esta pasa por alcanzar un acuerdo con el bloque de la Fundación Bancaria Unicaja que preside Braulio Medel. Esta vía se presenta inalcanzable dada la tensión que se ha instalado entre el presidente de la entidad y su homólogo en la fundación, quienes llevan meses manteniendo una encarnizada batalla en el marco de la reestructuración interna derivada de la fusión con Liberbank.

Esta segunda solución implicaría que Azuaga sea renovado en sustitución de uno de los cuatro consejeros representantes del primer accionista de la entidad, la Fundación Bancaria Unicaja. Se trata de Juan Fraile, María Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio y Manuel Muela. Todos ellos, al igual que el propio Azuaga, se juegan su sillón en la junta de este año después de que el patronato de la institución ratificara la renovación de sus representantes en la entidad malagueña. Se trata de un escenario difícil de concebir para Azuaga en el actual contexto de extremada controversia en el seno del banco andaluz.

La eventual renovación de Azuaga como dominical en la próxima junta precipitaría un año los cambios en el modelo de gobernanza comprometidos con Europa

La vía salomónica de un acuerdo con Liberbank es, a priori, la más factible para el éxito de los intereses de Azuaga que, de otro modo y descartado de facto el pacto con la Fundación, necesitaría el apoyo de dos tercios del consejo de Unicaja para continuar como presidente ejecutivo de la entidad hasta 2023, momento en que se produciría su salida. De acuerdo con el reglamento del consejo de administración del banco, es el propio Azuaga quien necesita un mayor respaldo para continuar en el cargo más allá de la próxima primavera dada su actual posición como consejero ejecutivo.

Dado el enfrentamiento interno que sufre Unicaja Banco, queda por ver si el consejo estará en condiciones de alcanzar una posición mayoritaria, de al menos diez consejeros, que avale la renovación del actual presidente. Sea cual sea la vía que explore Azuaga, el primer ejecutivo de la entidad deberá definir sus alianzas a contrarreloj, puesto que el mandato de siete de los quince miembros que forman el consejo expira en abril de 2022, lo que permite suponer que Unicaja celebrará su próxima junta antes del día 30 de dicho mes. Teniendo en cuenta que la convocatoria de junta debe hacerse con un mes de antelación, el conflicto tendrá que resolverse entre mediados y finales del mes de marzo.

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