'Climate stress test'

La banca destruirá 70.000 millones si no se prepara frente al riesgo climático

El Banco Central Europeo (BCE) urge a las entidades a incorporar las contingencias vinculadas a la materialización de impactos físicos en sus modelos internos.  

Christine Lagarde, BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE
Europa Press

El Banco Central Europeo (BCE) presenta sus primeros test de estrés climáticos. Se trata de un ejercicio novedoso y de aprendizaje, pero de sus conclusiones se desprende que 41 entidades financieras de la eurozona acumularían unas pérdidas crediticias y de mercado combinadas que ascenderían a 70.000 millones de euros si no adecúan sus marcos al riesgo climático, realizan una transición desordenada en un plazo de apenas tres años y se materializan, a su vez, inundaciones y sequías o temperaturas extremas.

La autoridad con sede en Fráncfort advierte incluso que esta estimación subestima de un modo significativo el riesgo real, puesto que los escenarios considerados en este ejercicio no son adversos como sí lo son en los test de estrés tradicionales a los que se somete al sector cada dos años. En esta ocasión no se está teniendo en cuenta el estallido de una crisis económica que acompañe a unos efectos climáticos negativos. Cabe señalar que el mercado teme a día de hoy que se produzca una recesión a nivel mundial. 

De manera general, el examen revela que las entidades aún no incorporan suficientemente el riesgo climático en sus modelos internos, a pesar de que han realizado algunos avances realizados desde 2020. “Los bancos de la zona del euro deben intensificar urgentemente los esfuerzos para medir y gestionar el riesgo climático, cerrando las brechas de datos actuales y adoptando buenas prácticas”, ha indicado el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria. 

“Esperamos que los bancos tomen medidas decisivas y desarrollen marcos sólidos de pruebas de estrés climático en el corto y mediano plazo", ha remarcado el vicepresidente de la Junta de Supervisión, Frank Elderson. El sector debe establecer herramientas para incluir los canales de transmisión de estos riesgos, por ejemplo sobre el crédito y el mercado, o en sus carteras, tanto corporativas como hipotecarias. De hecho, casi dos tercios de los ingresos de los bancos procedentes de clientes corporativos no financieros provienen de industrias intensivas en gases de efecto invernadero. 

En muchos casos, las 'emisiones financiadas' de los bancos están vinculadas a clientes muy grandes, por lo que deben intensificar sus esfuerzos para obtener datos e información más precisos sobre los planes de transición de estas compañías. "Esta es una condición previa para que los bancos midan y gestionen su exposición a los riesgos climáticos en el futuro", insiste el BCE en su informe. 

Los resultados muestran que la vulnerabilidad de los bancos a un escenario de sequía y calor depende en gran medida de las actividades sectoriales y la ubicación geográfica de sus exposiciones. El impacto de este riesgo se materializa a través de una disminución de la productividad sectorial, sobre todo en las actividades agrícolas y de la construcción, y un aumento de las pérdidas crediticias en las zonas afectadas. De manera similar, en el escenario de riesgo de inundaciones, se espera que las garantías inmobiliarias y las hipotecas, así como los préstamos corporativos sufran. 

Mostrar comentarios