La banca española, atemorizada: cómo unos 'papelitos' han colapsado Argentina

  • Los bancos españoles son las entidades europeas más expuestas al colapso argentino, cuya banco central está técnicamente en quiebra.
Fernández visita la tumba de Kirchner en el día del cumpleaños del exmandatario
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Los fallos de la economía argentina se han precipitado y en una sola sesión el peso se ha desplomado más de un 13%. Aunque llegó a caer por encima del 23%, muy cerca del 25% que se depreció la libra esterlina en el famoso miércoles negro de septiembre de 1992. El 'tsunami' de la divisa sudamericana ha obligado al presidente Mauricio Macri a pedir un adelanto del rescate comprometido con el FMI. La tensa situación que vive el país ha arrastrado a distintas compañías españolas, entre ellas el sector bancario.

La banca española acumula más de la mitad de todos los activos que mantiene la banca extranjera en Argentina. En concreto, las firmas nacionales tienen en sus balances una exposición cercana a los 24.000 millones de dólares, sobre los 50.921 millones de dólares -43.222 millones de euros- del conjunto de la banca extranjera. El segundo país con mayor exposición a Argentina es EEUU, con 9.400 millones de dólares -8.100 millones de euros-.

El colapso de una divisa en una sola sesión, como el que ha sufrido el peso argentino, no es tan raro como podría parecer. En realidad, es una tendencia histórica bastante común y sigue unos pasos previos que pueden alcanzar hasta varios años. En primer lugar, se necesitan unos desequilibrios ‘macro’ que Argentina cumplía a la perfección debido a su dependencia del exterior y fuerte déficit. Por otro lado, los flujos deben virar, lo que ocurrió en 2014 con el aumento del valor del dolar. Por último, una subida de tipos que enfría la economía nacional hasta que un evento, la petición del rescate, desencadena toda la tensión acumulada anteriormente.

Entre la maraña de sospechosos de la petición de ayuda por parte de Argentina, sobresale uno: las "Letras Intransferibles del Tesoro Nacional". Como el acceso a los mercados financieros era muy limitado y la administración Kirchner estaba necesitado de dólares, debido a un déficit muy alto, se decidió inventar una especie de pagarés. La fórmula era la siguiente: el Banco Central de la República Argentina (BCRA) imprimía dichas letras, y a cambio recibía dólares.

Con el paso de los años, el Gobierno argentino empezó a abusar del uso de los mismos, disparando el endeudamiento de su propio banco central. En 2013, el volumen en el balance del BCRA de las letras intransferibles era de 279.668 millones de pesos argentinos; en 2017 el volumen de los mismos alcanza los 726.744 millones. Por lo que en apenas cuatro años, se ha triplicado su uso generando un agujero importante en el BCRA.

El uso masivo de dichas letras tiene dos problemas principalmente: por un lado, que su valor real es cercano a cero, puesto que están denominados en pesos -pese a que se cobraron en dólares- y la divisa se ha depreciado con fuerza. Por otro, es que suponen entre un 30 y un 35% de todos los activos que mantiene en balance el banco central. Dicho de otra manera, pese a lo que se refleja contablemente el banco central de Argentina está técnicamente quebrado, puesto que sus pasivos son muy superiores a sus activos reales.

La quiebra técnica del BCRA va más allá, puesto que la administración Kirchner -que todavía necesitaba más dinero- emitió otros 'papeles' financieros. Se trata de los "Adelantos para Financiaciones al Sector Productivo", que eran pagarés a 12 meses, usados para financiar parte del gasto público. En este caso, al tener que ser pagados en un espacio más corto de tiempo obligaba al banco central a refinanciarlos continuamente, lo que disparó también su volumen en el balance del BCRA.

Obviamente, su valor también es cercano a cero por la fuerte devaluación de la divisa y los altos tipos. Se debe recordar que al igual que las letras el interés, apenas pagan un 15% de intereses, mientras que los tipos ahora están ya en el 60%. Por lo que finalmente, el BCRA tiene en balance dos instrumentos que suponen algo más de un 40% de su activo que realmente no valen prácticamente nada.

¿Cómo salvar la situación?

El principal problema al que se enfrenta Argentina es que los inversores saben que el BCRA no tiene activos suficientes para mantener la divisas, puesto que no hay reservas suficientes. Lo único que pueden hacer las autoridades argentinas es aumentar los tipos, de hecho se han subido hasta el 60%, y esperar a que una inyección de dinero devuelva el equilibrio al balance del banco central.

En este caso, ocurre igual que cuando la banca quebró en España. Los bancos sufrieron una importante pérdida de sus activos, muchos créditos no se podían devolver, por lo que no tenían capacidad de generar suficientes recursos para devolver sus pasivos. La situación se consiguió arreglar con una inyección de dinero que permitió equilibrar las cuentas bancarias; en este caso la solución parece la misma. Es más, si se suma la cantidad de "Letras Instranferibles" y adelantos y se transforman en dólares, da una cifra similar a los 30.000 millones que en un principio había pedido Macri, aunque a medida que la moneda se ha depreciado todavía más se han llegado a pedir los 50.000 millones.

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