Descartan cambios

La banca defenderá sus dividendos pese a las provisiones y la tasa extraordinaria

Los analistas confían en que las entidades financieras defenderán sus compromisos de 'pay out', ya que los pagos en efectivo y las recompras de acciones son claves para retener y para atraer nuevos inversores.

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La banca defenderá sus dividendos pese a las provisiones y la tasa extraordinaria. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

La banca española afronta un escenario lleno de luces y sombras. La subida de los tipos de interés ha dado un impulso a los ajustados márgenes de negocio de los últimos años, tras sacar al euríbor de la hibernación. La otra cara de la moneda alberga el escenario de desaceleración económica e, incluso, una recesión que obligará a elevar provisiones para cubrirse las espaldas en caso de un repunte de la morosidad y un aumento de los impuestos, como ha aprobado este jueves el Congreso. Pese a este contexto incierto, los analistas no prevén cambios significativos en la política de remuneración.

El dividendo, vía efectivo o recompra de acciones, es la gran baza con la que juega el sector para contener la sangría de accionistas que sufren desde el arranque del año. Durante los nueve primeros meses de 2022, los cinco bancos del Ibex -CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Santander y BBVA- han perdido hasta 64.000 inversores, situación que contrasta con su evolución en bolsa que, en general, es bastante más positiva que la del conjunto del índice español.

“Aún no se sabe el impacto real que el alza de tipos va a tener. Creemos que la retribución se mantendrá estable tal y como están definidas en el momento actual”, subraya la analista de Renta 4, Nuria Álvarez Añibarro, quien avanza que las provisiones se elevarán el próximo año, aunque el impacto será menor de lo que espera el mercado. Tras el fin del veto en 2021 por parte del Banco Central Europeo (BCE) al reparto de dividendos, que estuvo vigente durante casi año y medio por el coronavirus, las entidades financieras han pisado el acelerador en lo que a remuneración se refiere con ‘pay-outs’ que rondan entre el 40 y el 50%.

Uno de los más generosos en este sentido es CaixaBank, cuyo plan estratégico 2022-2024 contempla un ‘pay-out’ de entre el 50 y el 60%, en línea con el de Bankinter (50%) y Unicaja (50%). Ligeramente por debajo se encuentran el Banco Santander, que ha ratificado en su última presentación de resultados que lo mantendrá en el entorno del 40%, mientras que el Banco Sabadell da un impulso y lo eleva en casi diez puntos porcentuales desde el 31% de 2021. 

La entidad liderada por César González Bueno ha mejorado la compensación a los inversores tras duplicar beneficio y mete primera (se ha comprometido a repartir al menos el 40% de sus resultados) para colocarse en niveles similares a la competencia. Por su parte, el BBVA abre la puerta a mejorar esta ratio aún más si no encuentra nuevas vías de crecimiento orgánico e, incluso, no descarta otro plan de recompras de acciones, tras abordar su ‘megaprograma’ de más de 3.000 millones, equivalente a casi el 10% del capital.

Desde Credit Suisse esperan que la entidad encabezada por Carlos Torres continúe abordando su exceso de capital, bien a través de nuevas opciones de crecimiento o como un gran comprador de acciones propias para así atraer a inversores que van en busca de este tipo de operaciones estratégicas. Tradicionalmente las recompras de acciones no han sido recurrentes entre el sector español. Sin embargo, en los últimos meses se han colocado a la vanguardia de esta fórmula, que representa una oportunidad para dar un empujón en bolsa. 

Este 2022 se ha dado la circunstancia de que tres de los grandes bancos -CaixaBank, BBVA y Santander- han ejecutado recompras, eliminando acciones en circulación a una velocidad inédita. En el momento actual, la firma que lidera Gonzalo Gortázar ya se encuentra en la fase final del último plan, mientras que el encabezado por Ana Botín acaba de anunciar otro nuevo por casi 1.000 millones con la intención de amortizar el 2,24% del capital, en su línea por reducir acciones por primera vez en más de tres décadas. 

Desde Fráncfort llevan meses elevando el tono y pidiendo a la banca que actualicen sus planes de dividendo teniendo en cuenta el impacto que tendría en sus cuentas un posible escenario de recesión. Algunos analistas ya descuentan que las provisiones se elevarán de cara al próximo año, aunque creen que el impacto económico será menor del esperado y que el sector será prudente con este movimiento en aras de evitar trasladar miedo al mercado. 

Los resultados de la temporada estival arrojan que el sector cuenta con una sólida posición de capital para cubrirse las espaldas ante futuros imprevistos, mientras la morosidad se mantiene en niveles históricamente bajos, después de colocarse en septiembre (último dato disponible en el 3,79%, su umbral más bajo desde 2008, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. El retraso de la entrada en vigor de Basilea III a partir de 2025 es otro punto a su favor. Este acuerdo pone coto a los modelos internos de los bancos para estimar el riesgo de su cartera. En la práctica esto se traduce en que hubieran tenido que elevar sus requisitos de capital. Todo parece indicar que, por ahora, soplan vientos de cola para la remuneración a los accionistas de los bancos. 

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